Real
e Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su
Soledad
Huelva
Datos
Historicos
Desde
tiempo inmemorial, existía en la Parroquia de la Inmaculada
Concepción, la hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y
Veracruz, que venía organizando desde el siglo XIX, la tradicional
salida de una virgen sola, conocida popularmente como “la del
Silencio”, que cerraba los desfiles procesionales en la tarde noche
del Viernes Santo
Con
el comienzo de la Guerra Civil, la Parroquia de Inmaculada
Concepción, quedó totalmente destruida, tras el incendio de 1936, y
con ella todas las imágenes fueron pastos de las llamas. Por tal
motivo y para que no desapareciera la antigua costumbre de
procesionar a la Virgen de la Soledad, varios directivos de la
Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de la
Amargura, decidieron crear dentro de dicha corporación la de Ntra.
Sra. de la Amargura en su Soledad, con la citada imagen, para que
cerrara los desfiles procesionales de nuestra Semana Mayor.
La
primera salida procesional de Ntra. Sra., tuvo lugar a las cuatro de
la madrugada del Viernes Santo del 26 de Marzo de 1937, acompañando
a un cuadro con la imagen pictórica de Ntro. Padre Jesús Nazareno,
ya que las imágenes de dicha hermandad, quedaron destruidas en el
incendio ya mencionado. Posteriormente en la tarde noche de ese mismo
día, recorrería sola, las calles de Huelva, saliendo y recogiéndose
en la Iglesia de la Milagrosa, por estar cerrada al culto la
Parroquia de la Concepción. El primer itinerario fue el siguiente:
Rábida, Arquitecto Pérez Carasa, Palacios, Concepción, Mora
Claros, Puerto, Méndez Núñez, Plaza de las Monjas Vázquez López,
Murillo y Rábida.
Esta
primera salida fue presidida por D. Francisco Moya Jiménez, como
delegado de la Hermandad del Nazareno. Nada hubo de espectacular en
ese acto; dos largas filas de señoras con velas, y otras tantas de
caballeros, no hay música, sólo Silencio y Soledad para acompañar
a María. Desfiló en paso de estilo barroco, obra de Manuel García
"El Gitano", con respiraderos y canastilla tallados y
policromados.
Fue
donada la imagen al Sr. cura párroco de la Iglesia de la Inmaculada
Concepción, D. José Manuel Romero Bernal, por el Ilmo. Sr. D. Tomás
Domínguez Ortiz y su distinguida esposa, Doña Teresa Vázquez
Oliveira, en 1936, al encontrarse la Parroquia en ruinas y sin
imágenes para el culto. El Párroco, la hizo llegar a la Iglesia de
la Milagrosa, que hacía las veces de Parroquia hasta que el Templo
fue reconstruido.
La
imagen es de autor desconocido, pero procediendo de los antecesores
de dicha familia, quien la recibieron de varias generaciones
anteriores, y las características de su ejecución, según estudios
realizados por técnicos especializados, hay que suponer que data de
los siglos XVI o XVII. Se trata de una magnífica talla en madera, de
líneas perfectas y expresión muy humana de sentimiento y dolor, por
lo que se presume que el autor debió ser una de las figuras de la
época, o por lo menos un discípulo muy aventajado de los imagineros
célebres de esos siglos. Es la segunda Virgen en antigüedad de
nuestra Semana Mayor.
El
15 de Abril de 1938, la hermandad realizó su segunda salida
procesional desde el mismo templo y la procesión tuvo carácter de
rogativa por la terminación de la guerra. El Viernes Santo 7 de
Abril de 1939, hacen su segunda salida desde la iglesia de la
Milagrosa, recogiéndose en la capilla del Santo Ángel.
En
Junio de ese mismo año, Antonio León Ortega que había llegado a
Huelva en Mayo de 1938, insigne escultor ayamontino que a tantas
imágenes que hoy veneramos dio expresión y vida con su arte
singular, se llevó a su taller el busto de Nuestra Sagrada Titular
para hacerle las manos, tal cual las tiene en la actualidad. Manos
benditas que llevan los clavos y la corona de su bendito Hijo. Casi
tres años más tarde, concretamente en Febrero de 1942, es llevada
nuevamente a su taller, para arreglar la inclinación de su cabeza y
dejar la imagen como la vemos hoy en día, consiguiendo así más
expresión de dolor.
Para
entonces ya se había concluido la reconstrucción de la iglesia de
la Inmaculada Concepción y Nuestra amada Titular, sale por primera
vez procesionando de ésta a las 21,30 horas del Viernes Santo de
1940. La novedad de esta salida, estaba en el hecho de que los
hermanos que acompañaban a la Virgen, llevaron ya la túnica y
capirote morado de la hermandad del Nazareno, con la cruz blanca de
Jerusalén y el cíngulo amarillo.
En
el año 1942, los hermanos nazarenos, conservando la túnica morada y
el cíngulo amarillo, usaron por primera vez capirote negro, con la
cruz de Jerusalén en blanco y se acuerda que sea éste el hábito
para años sucesivos.
El
14 de Septiembre de 1944, la hermandad de Nuestro Padre Jesús
Nazareno y María Santísima de la Amargura, reunido en cabildo
general extraordinario, decidió pedir a la autoridad eclesiástica
la aprobación canónica de la cofradía de la Soledad. Huelva era
por entonces un arciprestazgo de la archidiócesis de Sevilla y el
arzobispo de Sevilla, el Excmo. y Rvdmo. Cardenal Don Pedro Segura y
Sainz, aprobó el 22 de Diciembre del mismo año 1944, las reglas, y
publicó el decreto por el que queda constituida como hermandad
independiente de la del Nazareno, La Hermandad de Penitencia y
Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora en su Soledad". En el
acta de constitución, nombraron hermano mayor a Don Manuel Serrano
Gil, firmando la misma: Justo Borrero de la Feria, Mariano García y
García, Francisco Heras Hernández, Roque Borrero de la Feria, Jesús
Dabio Maestre, Alfonso Barroso Cordero, Antonio Plata de la Corte,
Aurelio Linares Ríos Juan Beltrán, José Domínguez Barba, José
Arroyo Vélez, Antonio Tello Olivares y Juan Arroyo Vélez, firmando
como director espiritual Don José Manuel Romero Bernal, cura párroco
de la Concepción.
En
consecuencia, la hermandad del Nazareno, con fecha 10 de abril de
1945 transfirió toda la documentación y enseres a la hermandad de
Nuestra Señora en su Soledad. Entre los enseres más destacados,
además de la imagen, lo principal es el paso de estilo barroco, que
había sido terminado a principios del mismo año 1945 y estrenado el
Viernes Santo. El paso que había sido tallado y dorado en los
talleres de los hermanos García Camacho y Tello Olivares, fue donado
en su mayor parte por el que durante toda su vida había sido hermano
del Nazareno, directivo y durante mucho tiempo alma de esta
hermandad, y por tanto de los principios de la Hermandad de Nuestra
Señora en su Soledad , D. José Domínguez Barba.
El
primer cabildo general de la hermandad, reunido el 18 de Abril de
1945, aprueba las primeras reglas de la Hermandad, y hace notar la
obligación que supone a los hermanos del fiel cumplimiento, como
cristianos, del recogimiento y completo silencio en la salida
procesional, de la abstención total de lujo y música, y también se
recoge en las reglas, que la Bendita Imagen de Ntra. Sra. en su
Soledad, no podrá llevar joyas de ninguna clase, únicamente un
puñal atravesando su corazón, y en sus benditas manos la corona de
espinas y los clavos que fijaron en la cruz a su Divino Hijo.
El
11 de Marzo de 1949, en Cabildo General Extraordinario, se aprueban
dos modificaciones de las reglas, que se someten a continuación a la
autoridad eclesiástica: Que la Función Principal de Instituto, se
celebre el Viernes de Dolores, en lugar de celebrarla el 15 de
septiembre, que son los Dolores Gloriosos de la Santísima Virgen.
Que la túnica de los nazarenos sea de color negra, con capirote
verde y cinturón de esparto, igual que el utilizado por la Veracruz,
para no olvidar la relación que tuvo en un principio esta hermandad
con la misma.
Hecha
la correspondiente solicitud al Arzobispado de Sevilla, con fecha 28
de Enero de 1950, se aprueban los colores de la Hermandad, su túnica
y composición, así como el cambio de fecha de la Función Principal
de Instituto.
Se
incorporan a la Hermandad, personas jóvenes pertenecientes a la
Hermandad del Nazareno. Consignemos algunos de aquellos primeros
nombres: Borrero Ochoa, Borrero Morales, Hernández Carballo y otros,
que aunque estén ausentes de nuestra memoria, no lo están para la
Virgen. La Hermandad pasa por muchas vicisitudes; segundo Hermano
Mayor, D. Enrique Tello. Se suceden diversas juntas directivas,
cambian de nombres, pero lo que no cambia es el estilo de la
Hermandad.
El
pueblo con su fino olfato y buen sentido, empieza a llamarla "La
Hermandad del Silencio", pues de acuerdo con sus reglas, no hay
música, no hay saetas, no hay joyas, solo silencio y... Soledad.
Es
en el año 1962, cuándo la Hermandad, se encuentra con tan solo 5
hermanos en la corporación. El hermano fundador, Andrés Hernández
Carballo, su Señora, sus hijos y el farmaceútico Sánchez de
Gregorio, se dirigen al sacerdote jesuita, D. José María de Laraña
y Alvarez de Osorio, en esa época director del Colegio Politécnico
Madre de Dios. Le comentan al sacerdote la situación en la que se
encuentra la Hermandad. Comprendiendo la gravedad de la situación,
se hace eco del grave problema y lo comenta entre los muchachos del
colegio y de la comunidad de Javieres de la que él también era su
director. Fueron muchos los jóvenes que escuchando las palabras de
su querido sacerdote y de los miembros de la Hermandad, que se
inscribieron en la misma.
De
esa época, podríamos nombrar a muchos hermanos que se integraron en
la corporación: José Pons, que durante muchos años fue Hermano
Mayor, Manuel Sánchez Nieto (q.e.p.d) mayordomo durante bastantes
años, José Luis Zarra, Diego Fonseca, Bernardino Pons (q.e.p.d)
José Carrasco Lorenzo y muchos más, que sería innumerable nombrar.
Desde
esos años, la vinculación de la Hermandad con la Comunidad Jesuita,
es integra y sincera. Cabe decir que los primeros años sucesivos a
la entrada de los jóvenes javieres, la cofradía en su recorrido
pasaba por el interior del colegio recorriendo parte de su jardín.
Poco
a poco, aquellos jóvenes javieres, hicieron hermanos de la
corporación a sus familiares, hijos, sobrinos, amigos, hasta llegar
a nuestros días, en los que la Virgen en su Soledad, siempre estará
acompañada de fieles cristianos que le ayuden a caminar bajo el peso
del dolor por la muerte de su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo.
Al
Padre Laraña, se le concedió la Medalla de Oro de la Hermandad en
el cincuentenario de la misma y le fue impuesta en Agosto del año
1987, en la capilla del Nazareno, con la Virgen en su Soledad a los
pies del Señor de Huelva.
Hoy
en día sigue esa maravillosa vinculación, de hecho, en los años
que la Parroquia de la Purísima Concepción estuvo cerrada por
obras, desde el año 1999 al año 2007, la imagen de Nuestra Señora
en su Soledad, fue venerada en el interior de la Iglesia de San
Francisco Javier, que bien sabemos pertenece a los Padres Jesuitas de
nuestra capital. Como la puerta de la Iglesia, no reunía las
medidas mínimas para que la cofradía pudiera hacer su Estación de
Penitencia el Viernes Santo, cada Viernes de Dolores, se hacía una
sencilla procesión desde la Iglesia hacia la Capilla de la Hermandad
del Calvario.
Imagen
La
Virgen aparece sola delante de la cruz vacía de la que pende un
sudario, al que da la espalda; en sus manos lleva los clavos y la
corona de espinas. La imagen es anónima, de la escuela granadina
del siglo XVIII.
Paso
Procesional
El
paso de la Señora se ejecuta en los talleres de Manuel García en el
año 1945.
Hábito
Procesional
Túnica
negra, con antifaz, cíngulo y botonadura verde
Estacion
de Penitencia: Viernes Santo
Su
Templo
Parroquia
de la Purísima Concepción. Levantada en 1515 en terrenos donados
por Cristóbal Dorantes, es fruto de la expansión urbana de la
ciudad hacia la zona de la ría lo que llevó a un aumento de
población en la zona y a la necesidad de levantar aquí un lugar de
culto. El edificio presenta en planta y alzado tres naves que
desembocan por la cabecera en sendas capillas absidiales; tan sólo
existe una capilla lateral. La fábrica original es gótico-mudéjar
del siglo XVI; la capilla mayor presenta una bóveda de crucería
gótica de terceletes con nervio central, que queda separada del
parámetro por una línea de impostas; en la actualidad también se
pueden ver los arcos de medio punto tras la última restauración de
Antonio López concluida en 2006, en la que se recrea la bóveda de
cañón del edificio. La fábrica original del XVI sufrió varias
reformas, tras el terremoto de 1744 Pedro de Silva reconstruyó la
torre y en 1785 la iglesia amenazaba ruina por lo que fue restaurada
por Antonio de Figueroa. El retablo de Nuestra Señora de la Soledad,
se encuentra en la nave del evangelio, en el rehundimiento del tercer
tramo. La Virgen de la Soledad se encuentral al culto en un altar de
la nave del evangelio.
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