Pontificia,
Muy Ilustre y Venerable Archicofradía Sacramental y Seráfica de
Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto, Nuestra Señora de la
Concepción, San Juan Evangelista y Nuestra Señora de la Oliva.
Málaga
datos
historicos

La
Archicofradía Sacramental de Nuestro Padre Jesús Orando en el
Huerto, Nuestra Señora de la Concepción y San Juan Evangelista, es
el resultado de la fusión de tres cofradías; la Archicofradía
Sacramental de los Santos Mártires, la Cofradía de Nuestro Padre
Jesús Orando en el Huerto y la Cofradía de la Concepción
Dolorosa.
La de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto,
instituida en el Cenobio franciscano de San Luis el Real fue
reorganizada el 1º de Noviembre de 1756 por el gremio de Olivareros
y Aceiteros y es en ese año en el que se encarga al imaginero
Fernando Ortiz una nueva talla de la imagen del Señor, para
sustituir a la que tenía, "por hallarse la misma de hechura
antigua".
La desamortización de 1835-36 obligó a esta
corporación a buscar acomodo en otros templos, en primer lugar en el
de la Aurora del Espíritu Santo y posteriormente en la Parroquia de
los Santos Mártires.
La Cofradía de Nuestra Señora de la
Concepción Dolorosa tiene su fundación primera en los inicios del
siglo XVII bajo la advocación de "Pura y Limpia Concepción de
Nuestra Señora", erigida igualmente en la iglesia del Convento
franciscano de San Luís el Real.
Ya a fines del siglo XVII
era llamada Cofradía de Nuestra Señora de la Pura y Limpia
Concepción. Fue reorganizada en 1730 con la advocación de
Dolorosa.
Por el Real Despacho de Su Majestad, la Reina Isabel II, de 11 de Octubre de 1865, que se incorporan a los Estatutos de 1867, en ellos se hace constar la fusión de esta Cofradía con la Pontificia Archicofradía Sacramental de la Parroquia de los Santos Mártires. Archicofradía ésta que hunde sus raíces n los primeros años de la toma de Málaga por los Reyes Católicos, teniendo constancia documental en el año 1520, siendo Sumo Pontífice el Papa León X y estando agregada a la Pontificia Archicofradía Sacramental de Santa María Supra Minerva de Roma, disfrutando de todas sus gracias y privilegios.
Se constata que a finales del siglo XVIII, tenía como agregadas suyas las Cofradías del Santo Cristo de la Columna y San Pedro, así como un Cristo Coronado de Espinas. En 1838 es trasladada e instituida en la Parroquia de los Santos Mártires en la Capilla de los Condes de Villalcázar y Mollina, patronos perpetuos de la Hermandad, con nombramiento de dicha condición en la reforma de Estatutos de 1856, en calidad de Hermano Mayor.
En el siglo XVIII la Archicofradía Sacramental de los Santos Mártires, reformó a sus expensas la Parroquia, dándole su estado actual y llenándola de motivos Sacramentales continuación de la parte sacramental.
Imagenes
Nuestro
Padre Jesús Orando en el Huerto: Original de Fernando Ortiz, del año
1757.
La imagen fue restaurada ,con motivo de su 250 aniversario por Manuel Carmona.
Siguiendo el relato de San Lucas (22,41 - 45), se presenta a Jesús de rodillas junto a un olivo del Huerto de Getsemaní, confortado por un ángel.
Si hacemos un poco de historia, el 1 de Noviembre de 1756, el Cabildo de la Hermandad de Jesús en la Oración en el Huerto, determinó la ejecución de una nueva efigie, “por hallarse la que tenía dicha hermandad de hechura antigua”, encargándosele la talla a Fernando Ortiz, escultor y académico malagueño, sin duda, el más importante y de mayor calidad de la Málaga del siglo XVIII.
Es, en este año de 1756, cuando Fernando Ortiz es nombrado especialista para el reconocimiento de nuevos yacimientos de piedras, con destino a la construcción del nuevo Palacio Real de Madrid, lo que le lleva a contactar con el arte de la Corte y asimilar aires europeizantes importados por los artistas extranjeros, preferentemente franceses e italianos que trabajaron en Madrid y, que transformarán por completo el universo creativo del artista malagueño, que a su regreso, infiltrará en la ciudad el nuevo arte y hasta cierto punto, lo elevará sobre la mayoría de los restantes artífices de la época, aún apegados al Barroco castizo.
Su estilo, cada vez más italianizante, conformará movidas composiciones, palpables en la imagen del San José de la Catedral de Málaga, el destruido San Sebastián de la Iglesia de Teba y la Inmaculada de mármol blanco del museo de Málaga.
Entre otras obras de Ortiz en nuestra ciudad podríamos citar las imágenes de santos que presidian las hornacinas de la Parroquia de Santiago o la Anunciación de las puertas del crucero de la S. I. Catedral, así como el esplendido retablo de San Rafael para este mismo templo, la imagen de la Virgen de las Angustias y Soledad, la de los Dolores de servitas o la Virgen de la Piedad de la hornacina de la fachada del Palacio del Obispo.
En el libro “El alma de la madera”, el profesor Sánchez López escribe que Ortiz imaginó al Señor del Huerto, arrodillado sobre un montículo rocoso, con los brazos extendidos y la mirada dirigida hacia arriba. La fuerza de la figura al tratarse de una imagen de vestir, se centra sobre todo en la posición implorante de las manos, con las palmas vueltas hacia arriba y la expresión desfallecida del rostro.
No obstante, el escultor pormenorizó cuidadosamente, todos aquellos aspectos concernientes al estudio corpóreo , estilístico y volumétrico de su obra. El cuerpo, de sobria, estilizada y bien modelada anatomía ofrecía una acertada visión realista del desnudo, prestando especial atención a determinados detalles somáticos tales como la complexión de la caja torácica, la apariencia nervuda de los brazos, el escaso pronunciamiento de la musculatura y el magnífico estudio de detalle realizado en el trabajo de los pies.
A la hora de seleccionar un criterio compositivo, Ortiz optó directamente por la versatilidad, un principio que le permitía jugar con la distribución rítmica de las masa escultóricas . La diferente posición y movimiento de ambos brazos, era equivalente al adelantamiento de la rodilla derecha respecto a la izquierda. Con ello se multiplicaban las siluetas y se enriquecían las perspectivas visuales.
No menos interesante era la solución dada al perizoma, ceñido a las caderas y muslos, a modo de calzón corto y con un pliegue en diagonal cruzando el área delantera.
El tratamiento del sudario a base de pliegues aristados que recordaban la textura angulosa del mármol, se relacionaban con fórmulas italianizantes de visible evocación berninesca, asimiladas por el artista durante su estancia en la Corte.
El rostro de tipo alargado, es especialmente hermoso. Las facciones se hallan esculpidas a base de golpes de gubia limpios y vigorosos, que señalan superficies y claroscuros de gran plasticidad. La talla de la barba en poblados y sinuosos machones, contrasta con el efecto pictórico de la perilla y bigote. La boca entreabierta y la dirección de la mirada se alinean con los intereses persuasivos del Barroco.
El erudito malagueño D. Narciso Díaz de Escovar ,menciona, en su obra, que al autor, se le pagaron por la realización de la imagen , la cantidad de 4.225 reales de vellón.
En 1931, el Cristo de la Oración en el Huerto resultó parcialmente destruido. En 1938 la imagen fue restaurada por Francisco Palma García, desdibujando las facciones originales, mediante repintes y capas de aparejo. Este escultor acopló a la efigie un candelero con el que se palió, provisionalmente, la pérdida del cuerpo primitivo.
En 1985, Ricardo Rivera Martínez realizó un profundo proceso que consiguió devolverle parte del antiguo esplendor, además de sanear la madera y eliminar parte de la reparación de Palma. Dicha intervención, consistió en la realización de un cuerpo anatomizado , distinto al original de Ortiz y la aplicación de unas nuevas carnaciones nacaradas a imitación de las originales.
Este año 2006, en el que se cumplieron 250 años desde que Fernando Ortiz, la Archicofradía para celebrar esta efemérides y rendir el mejor homenaje que se podía hacer a este artista y a su imagen más emblemática,devolviendole todo su esplendor y modificando las licencias impuestas por Rivera (modificación de la pierna genuflexa, cambiándola , talla como la original del perizoma, y estudio de detalle de los pies) La intervención en esta obra de Fernando Ortiz, dada su complejidad, y tras la preceptiva autorización de la Comisión de arte del Obispado de Málaga fue encargada a D. MANUEL CARMONA MARTÍNEZ, quizás el imaginero más importante y de mayor calidad del panorama artístico actual y que ha hecho realidad todas las expectativas que teníamos.
Nuestra Señora de la Concepción: Original Anónimo del siglo XVIII se atribuye a Fernando Ortiz.
Fue restaurada en el año 1978 por Eslava Rubio (Sevilla).
Luce, en su salida procesional, manto azul bordado en oro, plata y seda, realizado en los Talleres de Leopoldo Padilla (Sevilla, 1.947), reproduciéndose en el mismo, la imagen de un olivo.
Nuestra Señora de la Concepción lleva a sus pies media luna de plata, obra de Orfebrería Andaluza, S.L. (1995), según diseño de Salvador Aguilar (Málaga) y en su pecho lleva prendido un puñal realizado en oro y marfil, tambien diseño de salvador Aguilar y realizado en los talleres de Orfebrería Andaluza, Manuel de los Rios.
pasos
procesionales

HOMBRES DE TRONO: 185

Fue dorado por Manuel Calvo.
La Candelería es de Orfebrería Andaluza (1993), así como las barras de palio.
HOMBRES
DE TRONO: 210
Hábito
Procesional
EN
CRISTO: Capirote,
túnica y sardineta blanca, cíngulo morado. Los cargos llevan capas
de damasco morado, con el escudo corporativo
EN
VIRGEN: Túnica
blanca, con capirote y sardineta azul. Capas de damasco azul con el
escudo de la hermandad para los mayordomos.
estación
de penitencia: DOMINGO DE RAMOS
casa
hermandad: PLAZUELA VIRGEN DE LA CONCEPCION, 1
Su
Templo
PARROQUIA
DE LOS SANTOS MARTIRES
Fundada tras la reconquista en 1491 por los Reyes Católicos, en honor de los mártires locales San Ciriaco y Santa Paula para recuperar su culto, aunque no es erigida en parroquia hasta 1505 por Diego de Deza (Arzobispo de Sevilla).
En el s. XVIII sufre diferentes reformas modificando su estilo mudéjar inicial. Aunque su actual configuración ampliada data del siglo XVIII y por tanto con una rica muestra del barroco andaluz a base de yesería dorada que cubre los muros y bóvedas.
Presenta tres naves, y dos naves de capillas entre los contrafuertes, la central está cubierta con bóveda de medio cañón y tejones ampliados decorados. Contrasta el sencillo exterior con la profusa decoración y riqueza barroca de las naves interiores, fuertes y esbeltos arcos dividen el espacio entre la nave central, de gran monumentalidad y las naves laterales a cuyos lados se abren capillas que guardan las imágenes más preciadas de la imaginería de la Semana Santa Malagueña.
Es la más representativa del Rococó en Málaga, como se aprecia en su cabecera. Ha sufrido todo tipo de accidentes a lo largo del s. XIX y XX, tanto por conflictos como por fuerzas telúricas, o actos de destrucción. Su posterior restauración posibilitó su reinauguración en 1945.
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