miércoles, 16 de noviembre de 2011

San Benito, Sevilla


Hermandad del Santísimo Sacramento, Pontificia y Real Archicofradía de Nazarenos de la Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo, Santísimo Cristo de la Sangre, Nuestra Señora de la Encarnación Coronada y San Benito Abad.


Sevilla



datos historicos



El 18 de Julio de 1554 el provisor del Arzobispo de Sevilla Fernando de Valdés aprueba las primeras reglas de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora de la Encarnación, con sede en el monasterio franciscano de Nuestra Señora de la Victoria, del barrio de Triana. Fueron sus fundadores en su mayoría carpinteros de ribera y calafates del puerto camaronero.

Tras una breve estancia en la parroquia de Santa Ana, hacia 1565 sus cofrades adquieren en propiedad un solar en la cava vieja, donde edificarían casa hospital y capilla para el culto de sus imágenes: el Cristo de la Sangre, crucificado tallado en 1553 por Francisco de Vega y policromado por Pedro Jiménez, y la Virgen de gloria de Ntra. Sra. de la Encarnación, efigie de candelero para vestir, atribuida al círculo artístico de Juan Bautista Vázquez “el Viejo”, y que, aunque muy retocada, aún conserva la corporación.
En 1587 el Cardenal Rodrigo de Castro dicta decreto por el cual todos los hospitales existentes en la ciudad (cuya cifra estaba cercana al centenar) se reducirán para un mejor servicio, fundiéndose sus propiedades en dos grandes centros: el hospital del Amor de Dios y el del Espíritu Santo. Los hermanos ante esta situación defendieron ante la comisión designada a tal efecto, la propiedad del hospital, así como de la necesidad de mantener el culto diario en esa zona del barrio, con lo que forzaron a desistir a dicha comisión de su inicial propósito
La Hermandad en esta época efectuaba regularmente su estación de penitencia a la parroquia de Santa Ana en la tarde del Jueves Santo con la imagen del Crucificado, pasando a partir de 1634 a realizarla en la tarde del Viernes Santo, incorporando ya la imagen dolorosa de la Virgen de la Encarnación que conocemos en la actualidad.
A lo largo del siglo XVII se alcanzaría un cierto esplendor y popularidad, prueba de ello es que se disfrutaban de tributos por juros y mandas testamentarias, por alquileres de propiedades en el barrio, contando también con las aportaciones procedentes de las fundaciones de capellanías de misas y con el recibimiento de diversas donaciones por parte de los devotos. Durante este periodo se acometerían importantes obras de reforma en la capilla, además de la renovación de los pasos procesionales.
Llegamos así hasta el siglo XVIII con una corporación ya consolidada plenamente y que efectuaba con bastante regularidad su estación de penitencia por el barrio, sobre todo a partir de la segunda mitad de la centuria, sin descuidar los cultos anuales y, especialmente, la Función a la Virgen de la Encarnación que se celebraba en su festividad litúrgica el día 25 de Marzo.
Con fecha 18 de Febrero de 1763 el provisor del Cardenal Solís aprueba las nuevas reglas de la Hermandad redactadas el año anterior, que vienen a sustituir a las primitivas que se encontraban desaparecidas. Dichas constituciones serían posteriormente aprobadas por el Consejo Supremo de Castilla con fecha 16 de Septiembre de 1789.
En 1792 la Capilla sufriría las terribles consecuencias de la riada que afectó a Triana, que produjo el desplome de sus pilares y techumbres por lo que la Hermandad se vio obligada a restaurarla en profundidad. Ello supuso un importante desembolso económico que repercutió negativamente en la vida de la corporación, suspendiéndose la salida procesional durante varios años. El 18 de Mayo de 1794, como acción de gracias por la finalización de las obras se celebró una solemne función y posterior procesión con la Virgen de la Encarnación de gloria.
En la procesión de 1808 el Cristo sufrió un accidente, cayendo al suelo y haciéndose pedazos, descubriéndose de esta manera su autoría al encontrarse un documento en su interior. Afortunadamente la imagen pudo ser restaurada, celebrándose una solemne función al ser repuesta al culto el día 25 de Marzo de 1809.
Una nueva procesión letífica tuvo lugar el 25 de Marzo de 1830 con la imagen de la Virgen de la Encarnación de gloria, que hacía treinta y seis años que no salía.
El Viernes Santo de 1845 realiza por primera vez su estación de penitencia hasta la Catedral atravesando para ello el puente de barcas que unía Triana con Sevilla. Estrenaban el paso del Cristo, de estilo neoclásico. El palio, de plata, era el más rico de la época y en su techo figuraba una paloma, motivo por el cual la dolorosa era conocida como la “Palomita de Triana”. Los nazarenos vestían túnicas de cola de color rojo en el Cristo y negro en la Virgen. Poco después la corporación entra en decadencia, procesionando por última vez desde Triana en 1848.

Sería en el año 1868 cuando la Hermandad volvería a resurgir celebrando incluso una procesión con la imagen de la Virgen de la Encarnación de gloria, pero en ese mismo año la Junta revolucionaria decreta el cierre al culto dela Capilla, que sería derruida en 1874, siendo trasladada la imagen del Cristo a un pueblo de la provincia, mientras que la de la Virgen pasó en 1875 a la Iglesia de San Benito. Este hecho constituye el fin de la etapa trianera de la Hermandad y el comienzo de la devoción a la Virgen dolorosa de la Encarnación en el barrio de la Calzada.
El 6 de Junio de 1921 el Cardenal Almaraz aprueba las nuevas reglas de la Hermandad con sede en la iglesia filial de San Benito Abad, en las que se añade el título de la Sagrada Presentación de Jesús al Pueblo, fijándose como día de salida el Martes Santo. En el año siguiente procesiona por primera vez desde su nueva sede con dos pasos; en el primero se contemplaba a Jesús en el momento de su presentación al pueblo, imagen tallada por Esteban Domínguez y que hoy se venera como Cautivo en Villanueva del Río. En el segundo, con todos sus enseres prestados por varias Hermandades, la Virgen de la Encarnación bajo palio. Vestían sus nazarenos túnica blanca con antifaz y capa negra en el Cristo, y túnica y antifaz color crema con capa roja en la Virgen.
La Hermandad no volvería a salir hasta 1928 en que lo hace con el nuevo misterio de la Presentación al Pueblo, incluido la imagen del Señor, obra del escultor Castillo Lastrucci, estrenándose igualmente el paso y los hábitos de los nazarenos, que son los actuales, compuestos por túnicas y capas blanca y antifaces de terciopelo morados. La Virgen volvería a salir en 1930, estrenando para ello la totalidad de sus enseres.
La iglesia de San Benito se vería afectada en Enero de 1948 por una inundación que hizo que se cerrase al culto, debiendo trasladarse las imágenes de la Hermandad a la capilla de la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres. Allí recibirían culto hasta 1950, año en que fueron llevadas a la parroquia de San Roque, donde permanecerían hasta Diciembre de 1952, cuando vuelven de nuevo a San Benito tras concluir la restauración del templo.
En 1958 la Hermandad se constituye como Sacramental al haber sido convertida en parroquia la iglesia de San Benito, y en 1966 el Papa Pablo VI concede los títulos de Pontificia y Archicofradía.
En 1967 la nueva imagen del Cristo de la Sangre tallada por Buiza un año antes procesiona por primera vez a la Catedral, mientras que el Martes Santo de 1971 el Cardenal Bueno Monreal bendice e impone a la Virgen la corona de oro de ley que han donado los hermanos y devotos.
El 18 de Febrero de 1991 el Cristo de la Sangre preside el Via-Crucis de las Hermandades de Sevilla que organiza el Consejo de Cofradías.
El Sábado Santo de 1992 el paso de misterio figura en el cortejo del Santo Entierro al igual que ya hiciera en 1965, y entre los meses de Junio y Julio forma parte de la muestra “Los Esplendores de Sevilla” en la parroquia del Divino Salvador.
El 1 de Diciembre de 1994 el alcalde de Sevilla impone a la Santísima Virgen la réplica de la medalla de oro de la ciudad concedida a las Hermandades sevillanas en un acto celebrado en la parroquia de San Benito. El 10 de Diciembre de ese mismo año, tras un Triduo preparatorio, es coronada canónicamente por el Arzobispo de Sevilla Fray Carlos Amigo Vallejo, la imagen de Nuestra Señora de la Encarnación en la Santa Iglesia Catedral.
En 1998, tras su aprobación en cabildo extraordinario, se incorpora a San Benito Abad como titular de la Hermandad.
En el año 2003 se conmemora el 75 aniversario de la bendición de la imagen del Señor en su Sagrada Presentación al Pueblo, celebrándose una serie deactos, entre los que destaca la procesión extraordinaria de la imagen sobre el paso del Cristo de la Sangre, que recorrió la feligresía el 25 de Enero. Culminó la conmemoración con una solemne función oficiada el 25 de Marzo.
Durante el año 2004 se conmemora el 450 aniversario fundacional de la Hermandad con un amplio programa de actos, culminándose las celebraciones el 11 de Diciembre con un Solemne Pontifical, celebrado el en el jardín de la residencia de las Hermanitas de los pobres, y la posterior procesión extraordinaria de Ntra. Sra. de la Encarnación en su paso de palo por las calles de la feligresía.
Finalmente, el 15 de julio de 2005 son aprobadas por la autoridad eclesiástica la Reglas por las que la corporación se rige en la actualidad.



Imagenes


El Señor de la Presentación al Pueblo, como todo el Misterio, es obra de Castillo Lastrucci (1928). Estan realizadas en madera policromada y representa el momento en que Pilatos presenta a Jesús al pueblo. En el aparece Jesús con las manos atadas y vestido hasta la cintura. Se conjunta el Misterio con Pilatos, dos soldados, un judío, Claudia, su sirvienta y un esclavo negro.

El Cristo de la Sangre es obra de Buiza (1966). Imagen de un crucificado que representa el momento en que Jesucristo dio su sangre por nuestra salvación.


La Virgen de la Encarnación es obra anónima del siglo XVII. Imagen de vestir, inclina la cabeza hacia la derecha con la mirada baja, tiene tallada la cabeza y manos.




pasos procesionales



En el primer paso se representa el "Ecce Horno", Jesús es presentado al pueblo por Poncio Pilato. El Redentor es sujetado con una soga por un esclavo negro que lleva además un flagelo. A la izquierda de Jesús se encuentra un soldado romano que lo escolta, con una lanza en su mano izquierda y una trompeta en la derecha. Contempla la escena un miembro del sanedrín que porta la sentencia. En la trasera del paso, junto al trono de Pilato, se encuentran Claudia Prócula, esposa de éste, su sirvienta y un centurión romano que porta el senatus.




Todas las esculturas las realizó Castillo Lastrucci de Lastrucci en 1928. El Señor es Imagen de talla completa con sudario y viste túnica de terciopelo granate bordada en oro por Carrasquilla en 1965. Luce potencias de oro y pedrería de Manuel de los Ríos de 1992.


Otros elementos del paso son el Trono (1985) y pebetero (1992) de Antonio Martín, dorado por Angel Feria y Artesanía Arosa, respectivamente. La loba amamantando a Rómulo y Remo que remata el trono así como el sillón son de Castillo Lastrucci (1948), este último reformado y enriquecido por Antonio Martín (1985). Senatus para el centurión en metal plateado obra de Villareal (1965). Trompeta para el soldado romano en plata sobredorada realizada por Manuel de los Rios (1999)


El conjunto va sobre un paso de estilo barroco rocalla diseñado y tallado en madera de pino de Flandes por Antonio Martín Fernández (1967-68), iluminado por candelabros de guardabrisas. Ebanistería de Francisco Bailac. Cartelas y ángeles de Francisco Buiza (1968). Figuras de los Apóstoles en los respiraderos de Francisco Berlanga (1985). Dorado por Herrera y Feria (1968-69). Faldones de terciopelo morado con broches en las esquinas bordados en oro en Albaida del Aljarafe (1983). Llamador en bronce fundido de Juan Sánchez Vela (1987).


En el segundo paso figura el Santísimo Cristo de la Sangre, tallado en madera de pino de Flandes por Francisco Buiza Fernández en 1966. Representa a Cristo fijado a la Cruz por tres clavos tras su muerte y ya herido por la lanzada. Se observa relajación en sus miembros y abundante sangre en todo su cuerpo. El sudario o paño de pureza ciñe su cintura y se anuda al lado derecho. Su cabeza se inclina hacia la derecha reclinándose sobre el pecho. Posee unas potencias de plata sobredorada labradas por Jesús Domínguez en 1966.


Va sobre un paso de estilo barroco diseñado y tallado en madera de pino de Flandes por Antonio Martín Fernández (1967-69), iluminado por candelabros de guardabrisas. Ebanistería de Francisco Bailac. Cartelas, ángeles, santos, evangelistas y ángel custodio de Francisco Buiza (1969), llevando éste una Custodia de plata labrada por el taller de Villarreal (1972). Dorado de Luis Sánchez Jiménez (1969). Faldones de terciopelo burdeos con broches en las esquinas bordados en oro por Enriqueta Martín Reina (1969). Llamador de metal de Luis Vacearo (1989).


En el tercer paso contemplamos a la Virgen de la Encarnación, dolorosa de candelero para vestir de autor anónimo, realizada en madera de cedro y fechada en el primer tercio del siglo XVII. Inclina su cabeza a la derecha y dirige la mirada hacia abajo, apreciándose en sus mejillas cinco lágrimas de cristal. Sus manos, retalladas sobre los originales por Sebastián Santos en 1953, están abiertas, portando un pañuelo en la derecha y un rosario en la izquierda.


Viste saya de terciopelo azul bordado en oro por Fernández y Enríquez (1990) y manto de terciopelo burdeos de los mismos autores (1980). Sobre sus sienes luce corona de oro labrada por Fernando Marmolejo en 1971. En su pecho lleva un puñal de oro de Manuel de los Ríos (1993).


La Imagen procesiona bajo palio de estilo barroco bordado en oro y seda sobre terciopelo burdeos por Juan Manuel Rodríguez Ojeda (1930-3 l), pasado y enriquecido por José Guillermo Carrasquilla Perea (1978-79). Medallón del techo de palio con el misterio de la Encarnación en marfil y sedas de Juan Arenas (1983). Faldones de terciopelo burdeos con broches en las esquinas bordados en oro y escudo de la Hermandad en el frontal, de Fernández y Enríquez (1994).


Obras de orfebrería son los candelabros de cola (1958), varales (1959), juego de jarras (1959 y 1963) y peana (1964) de Manuel Villarreal, labrado todo sobre metal plateado. Los respiraderos en plata de ley son también de Villarreal (2001). Candelabros de entrevarales de alpaca plateada (198 1) y llamador de plata (1994) de Manuel de los Ríos. Candelería de alpaca plateada del taller de Villarreal (1984). En la delantera del paso imagen del Angel de la Guarda en plata de ley, de Villarreal (1963)



Hábito Procesional


Las túnicas son Sotanas y capas blancas, con antifaces de terciopelo morados.


estación de penitencia: martes santo

casa hermandad: Calle San Benito, 4 - 41018 - Sevilla




Su Templo


parroquia de san benito abad

c/San Benito, 2 - sevilla



Las más antiguas referencias que se conocen sobre el lugar donde se alzaría la primitiva iglesia datan del año 562, cuando al parecer es edificado por el rey godo Atanagildo un monasterio dedicado a San Cristóbal. Hay otros historiadores que mantienen la opinión de que aquel templo fue en su origen una mezquita musulmana, dedicada con posterioridad al cristianismo, al ser tomada la ciudad por Fernando III el Santo. Según la tradición, en este lugar se celebró la primera Misa tras la reconquista, mandando San Fernando consagrar la antigua mezquita, para poder celebrar allí la Santa Misa en los treinta días posteriores a la rendición de la ciudad, pues el monarca había pactado con los musulmanes no entrar en ella durante ese período de tiempo.

La presencia en Sevilla de los monjes benedictinos, provenientes del convento burgalés de Santo Domingo de Silos, se remonta al momento citado de la reconquista de la ciudad en 1248, aunque será en 1259 cuando la orden se establezca en la capital, pues en dicho año el rey Alfonso X concede mediante Privilegio a Don Rodrigo, abad de Santo Domingo de Silos unas tierras junto a la Puerta de Carmona, en la llamada Calzada de la Cruz, donde los religiosos alzarían su iglesia y convento.
A finales del siglo XVI comienza a edificarse el actual templo, bajo la dirección del afamado arquitecto Juan de Oviedo y de la Bandera, autor asimismo de su diseño, pasando con posterioridad a ser dirigida la obra por el maestro de albañilería y sobrino del arquitecto, Andrés de Oviedo, concluyéndose en el año 1612 con la inestimable ayuda económica de los marqueses de Tarifa.
La comunidad religiosa estuvo establecida en el monasterio hasta el año 1835 en que fueron exclaustrados y se puso en venta el mismo, si bien la iglesia continuó abierta al culto convirtiéndose en filial de la parroquia de San Roque.
En el año 1956, mediante decreto del Cardenal Arzobispo de Sevilla, Dr. D. José María Bueno Monreal, la iglesia es convertida en parroquia, mientras que en 1958 la Hermandad de penitencia se constituye como Hermandad Sacramental de la parroquia.Fábrica exterior
La iglesia presenta su fachada principal, que se encuentra a los pies del templo, a la calle San Benito, mientras que la correspondiente al lateral de la nave de la Epístola asoma a la calle Luis Montoto; ambas contienen sendas portadas. El lado correspondiente a la nave del Evangelio lleva adosada nuestra Casa de Hermandad, la cual se comunica interiormente con el templo. Por último, la fachada correspondiente a la zona del presbiterio y que aloja las dependencias pa rroquiales, asoma a la vecina residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres.
La portada principal es adintelada, llevando sobre su cornisa una hornacina con un retablo cerámico en el que se representa a San Benito Abad. A ambos lados de la puerta se sitúan dos retablos cerámicos en los que se representan a los titulares cristíferos de la Hermandad. La portada lateral está formada por un arco de medio punto enmarcado con dovelas y se decora con un altorrelieve con los símbolos del reino de Castilla y León y un arquitrabe decorado con cruces griegas y de la orden de Calatrava. Sobre éste se sitúa una una hornacina que contiene un retablo cerámico con la efigie de Nuestra Señora de Valvanera.
La torre se erige a los pies de la nave de la Epístola y consta de un solo cuerpo y la zona de campanas. El primero es liso mientras que el segundo contiene vanos de medio punto en los cuatro frentes, sustentados por grupos de pilastras toscanas que sujetan la parte superior, donde se alza un chapitel ochavado que se decora con cerámicas, quedando rematado por una cruz de forja, situándose jarrones en las esquinas de la base.

Descripción Interior
Atravesando la puerta principal accedemos al interior a los pies de la nave central, sobre la que se abre el coro, que posee un hermoso órgano de tubos fechado en el siglo XIX. Desde este punto se despliegan las tres naves que forman la iglesia, siendo la central de mayor altura y longitud que las laterales, quedando rematada por una bóveda de medio cañón y sustentada por columnas toscanas pareadas unidas por arcos de medio punto. Sobre estos se sitúan ventanas con celosías a modo de tribunas, alternadas con frontones y yeseras.
El altar mayor, situado en la cabecera de la nave central de la parroquia, consta de antepresbiterio y presbiterio. En este último se sitúa el retablo mayor, de estilo neoclásico, que consta de banco, dos cuerpos divididos en tres calles y ático, estando policromado, en tonalidades cremas y rosáceas que imitan el veteado del mármol. Preside el primer cuerpo la escultura de Nuestra Señora de Valvanera, obra anónima del siglo XVII titular de la Hermandad de gloria establecida en este templo, mientras que en el segundo cuerpo figura la efigie del titular de la parroquia, San Benito Abad, de autor anónimo datada en el siglo XVIII. En el ático se sitúa la escultura de San Fernando, obra de José de Medinilla en 1717.
En las calles laterales de los dos cuerpos se hallan seis pinturas, añadidas en 2005, con las imágenes de San Pedro, San Hermenegildo, San Isidoro, San Leandro, Santa Justa y Santa Rufina.
Recorriendo la nave del Evangelio desde su cabecera, donde se halla la capilla del Santísimo Cristo de la Sangre, nos encontramos en primer lugar con un lienzo con representación de Santa Gertrudis pintado por Juan del Castillo en 1625.. A continuación se dispone un altar de estilo neoclásico que acoge una escultura de la Inmaculada Concepción de María, realizada en 1958 por Francisco Buiza. Seguidamente, y tras pasar ante la gran puerta que comunica la parroquia con nuestra Casa de Hermandad, encontramos otro altar neoclásico dedicado al Sagrado Corazón de Jesús de la fábrica religiosa catalana de Olot. El último de los altares laterales contiene la imagen de San Antonio de Padua, obra de Antonio Castillo Lastrucci de 1960.
La nave de la Epístola, donde se ubica la capilla sacramental, presenta primeramente un lienzo de Santo Domingo de Silos atribuido a Juan del Castillo. Le sigue un altar neoclásico presidido por la Virgen del Buen Alumbramiento, bellísima escultura atribuida a Roque Balduque. A continuación, y tras pasar ante la portada lateral de la iglesia que desemboca a la calle Luis Montoto, encontramos otro altar neoclásico que cobija a las imágenes de San José con el niño Jesús, obras anónimas del XVII. Finalmente hallamos un sencillo altar con la imagen de Nuestra Señora del Carmen, escultura dieciochesca de tamaño académico. Sobre este altar se observan restos en muy mal estado de una pintura al fresco que representa a San Cristóbal.

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