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viernes, 26 de abril de 2013

Hermandad de la Buena Muerte, Jaen


Real Hermandad Sacramental y Cofradía de nazarenos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Cristo Descendido de la Cruz y Nuestra Señora de las Angustias

Jaen



Datos Históricos

La Cofradía nace en 1926 transformando una antigua cofradía de Gloria, la del Señor de la Buena Muerte, que desde mediados del S. XVIII radicaba en el convento de La Merced y veneraba una portentosa imagen que representaba el momento en el que, tras la flagelación Jesús recoge sus vestiduras, obra que se había traído desde Granada en 1726 y atribuida a José de Mora, por la familia Mírez. Gozaba con Altar privilegiado de difuntos por lo que se le consideraba "abogado de la Buena Muerte".
Esta cofradía tenía por finalidad atender al entierro y sufragio de sus hermanos, y celebraba su Fiesta en el mes de mayo. En los años veinte del siglo pasado se encontraba escasa de apoyos y cofrades, manteniéndose viva gracias a ciertas familias ligadas en el tiempo a sus filas. Fue por ello que un grupo, liderado por Manuel Cañones de Quesada, decidió reactivarla transformándola en cofradía de Pasión.

Fue entonces cuando se encarga un crucificado al escultor comprovinciano Jacinto Higueras Fuentes y se radica en la Santa Iglesia Catedral, consiguiendo que el Excmo. Cabildo le facilitase la imagen de Ntra. Sra. de las Angustias, que había llegado a la Catedral procedente del extinguido convento de Carmelitas Descalzos. En 1930 se incorpora una imagen de San Juan, obra del valenciano Francisco de Pablo.

Desde su primera salida procesional en 1.927, la Hermandad aparece como una poderosa palanca que revitalizará la Semana Santa de Jaén, gracias al apoyo conseguido de distintas personalidades, y se presenta una procesión de inusitada belleza, brillantez y se ponen en marcha diferentes iniciativas hasta entonces desconocidas en Jaén. Todo ello da a esta Hermandad un indudable carisma y la revisten de una seriedad y señorío que habrán de caracterizarla desde entonces hasta nuestros días.
Desde 1986 tiene la condición de Hermandad Sacramental.


Imágenes


Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Obra de Jacinto Higueras Fuentes de 1927, realizado en madera de Aliso y crucificado sobre cruz, de sección plana, en madera de nogal. En 2009 fue restaurado por el Instituto Andaluz de Patrimonio Artístico.

Cristo Descendido de la Cruz
Grupo escultórico original del escultor santanderino Víctor de los Ríos Campos de 1959. Lo componen las figuras de Nicodemo, subido en la escalera, Jesús muerto en brazos de San Juan y José de Arimatea, María Magdalena, una de las santas mujeres y la Virgen María.

Nuestra Señora de las Angustias.
Atribuida al granadino José de Mora de principios del S.XVIII y procedente del desaparecido convento de S. José de P.P. Carmelitas Descalzos, al que llego en 1720. Fue restaurada por el I.C.R.O.A en 1983. Representa a la Virgen con su Hijo en el regazo con las manos entrelazadas en su pecho. Completan el conjunto dos portentosos angelitos plañideros que portan en sus manos el martillo y las tenazas de la pasión, en metal plateado, y enjugan sus lágrimas en delicados pañuelos bordados.


Pasos Procesionales


El Cristo, procesiona desde 2002 sobre sobrio trono, en madera de cedro y barnizado en nogal, tallado por José Tirao Carpio, e inspirado en la arquitectura y ornamentos de la Catedral de Jaén. Como elementos fundamentales destacan las reliquias de San Pedro Poveda, San Josemaría Escrivá de Balaguer y las del Beato Manuel López Garrido, expuestas en cuatro relicarios de plata realizados por los de talleres de Arte Moreno de Granada, colocadas en los costeros del trono. Así mismo son destacadísimas las cuatro tablas pictóricas incorporadas en las capillas perimetrales del trono que representan: La Santísima Trinidad, La Ascensión, La Asunción y la Eucaristía realizadas por encargo de la Hermandad a nuestro hermano, y afamado, pintor D. Francisco Huete Martos. Destacan también, en las esquinas del trono, las tallas de los evangelistas obra de José Dueñas Rosales.

Cristo Descendido, procesiona desde el año 2002, sobre el antiguo trono del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, en el que trabajaron Manuel González Fernández y José Castillo Ordóñez en 1928, y que fue ampliado y reformado por Vicente Castillo en 1958, adaptándose en 2002 para este grupo por José Tirao Carpio.

bellísimo trono barroco plateado obra del tallista Francisco Palma Burgos en 1950, restaurado en los años 1999-2001 por Eloisa Arcos.



Hábito Procesional

Túnica y capa blancas con botonadura negra y filo negro en bocamanga, cíngulo negro de lana, caperuz de seda negro y sobre el pecho, en círculo blanco de seda, el emblema de la Hermandad bordado. Guantes blancos y zapatos y calcetines negros.


Estación de Penitencia: Miercoles Santo

Casa Hermandad: c/Espiga 7 bajo



Su Templo


Santa Iglesia Catedral de Jaén


Conquistada Jaén en 1246, el obispo de Córdoba D. Gutierre consagró la mezquita mayor, la dedicó a la Asunción de la Virgen, y la convirtió así en el primer templo de la diócesis. El edificio musulmán pervivió hasta 1368, cuando el obispo D. Nicolás de Biedma derribó la mezquita e inició la construcción de una catedral gótica, dotada de cinco naves y claustro. No debió ser una obra sólida, pues a finales del s. XV D. Luis Osorio tuvo que derribarla y empezó a construir otra, en el mismo estilo arquitectónico. Para ayudar a la construcción, el prelado otorgó una serie de indulgencias y gracias, y el sínodo de 1492 ordenó la colocación de un cepillo en cada parroquia con el fin de recolectar donativos destinados a sufragar los gastos del nuevo templo. En 1500 tomó posesión del obispado de Jaén uno de los prelados que ha pasado a su historia como mecenas de las artes e impulsor de distintas edificaciones: D. Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, quien realizó importantes reformas en la fábrica de la catedral, aún en estilo gótico.

En 1525 un peritaje del cimborrio determinó que amenazaba ruina y empezó a considerarse la posibilidad de construir un nuevo edificio, más sólido que el ya existente. Intervino entonces un personaje que fue decisivo para el inicio de una nueva etapa constructora: el cardenal Esteban Gabriel Merino, arzobispo de Bari y obispo de Jaén, residente en la curia romana. El purpurado logró obtener del papa Clemente VII el breve Salvatoris Domini (20 diciembre 1529) por el que el pontífice concedió una notable cantidad de indulgencias a quien contribuyera económicamente a la edificación de una nueva catedral, a la vez que autorizaba la constitución de una cofradía bajo la advocación del Santo Rostro, compuesta por 20.000 hombres e idéntico número de mujeres. Con los fondos recolectados se iniciaron las obras hacia 1551 según los planos del que fue el gran artífice del nuevo templo, Andrés de Vandelvira. La modernidad de la obra nueva residía en la desaparición de la girola gótica, con lo que se creaba una planta de tipo salón. El mayor mérito de la catedral radica en que durante los siglos que duró su construcción, el plano originario de Vandelvira fue continuado por los demás arquitectos, empezando por su discípulo Alonso Barba, aunque la decoración posteriormente se barroquizara. Las obras se suspendieron por las crisis económicas que sacudieron el final del reinado de Felipe II, a las que se añadió la falta de recursos económicos.


En 1634, el cardenal D. Baltasar de Moscoso y Sandoval, decidido a sacar las obras del proceso de paralización que habían sufrido, obtuvo de Urbano VIII un breve fechado el 8 de enero 1635, por el que la Santa Sede, previa autorización de Felipe IV, autorizaba la aplicación de dos mil ducados anuales de la mesa episcopal, mil quinientos de la mesa capitular y las rentas de los beneficios vacantes de toda la diócesis. Esta gracia, prorrogada sucesivamente, supuso en recursos económicos más de la duplicación de las rentas de la fábrica, lo que permitió la prosecución de las obras con un ritmo constante hasta su conclusión. El arquitecto Juan de Aranda Salazar concluyó el crucero y la cúpula, y así en 1660 se pudo consagrar el templo con unas espléndidas fiestas. Siguiendo el proceso constructivo, en 1688 se culminó la fachada como un gran retablo de órdenes gigantescos, según diseño de Eufrasio López de Rojas, con relieves de Pedro Roldán y una balaustrada de Blas Antonio Delgado. En el interior, el coro fue construido durante el primer tercio del siglo XVIII aprovechando la sillería del XVI. Su bóveda fue proyectada por José Gallego y Oviedo del Portal, discípulo de Churriguera (1726), quien también diseñó la arquitectura pétrea del mismo coro. A finales del XVIII se decoraron las capillas y fue erigido el tabernáculo y ostensorio del altar mayor, con esculturas de Juan Adán. A partir de 1764 se habían iniciado las obras del Sagrario, con diseño de Ventura Rodríguez; esta última fase de las obras fue consagrada en 1801, con lo que así quedó concluida la construcción del primer templo de la diócesis.

martes, 23 de abril de 2013

Cofradia del Perdón, Jaen


Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Jesús del Perdón, Cristo del Amor en su Prendimiento, María Santísima de la Esperanza, San Pedro y San Juan Apóstoles

Jaen



Datos Históricos


Esta Cofradía se fundó el 8 de Junio de 1952, desfilando por primera vez en la tarde del Domingo de Ramos de 1954 (desfila el Miércoles Santo desde 1980). Fueron un grupo de jóvenes encabezados por Manuel Pestaña Sánchez quienes le dieron forma a la misma. En 1953 accede a la Gobernación Antonio Donaire Rus, quien se mantuvo en el cargo hasta su fallecimiento en el año 1981, siendo sin duda una de las personalidades más destacadas en la vida de la Cofradía. En 1954 se crea el Cuerpo de Camareras de María Santísima de la Esperanza. En 1965 fue cuando la Cofradía incorpora la advocación del Cristo del Amor, inexistente hasta ese momento. Un año antes era fundado el Cuerpo de Heraldos, para escoltar a Jesús del Perdón. Al fallecimiento de Antonio Donaire, es elegido Gobernador, con carácter provisional, José López Saavedra. Era el año 1981, y coincidió con la creación del Cuerpo de Costaleros, que procesionarían a hombros la imagen de Jesús del Perdón en la Semana Santa de 1982. Si por algo tenemos que caracterizar esta primera etapa de la Cofradía, llamémosla “antigua” es porque en la misma la Cofradía fue dotada de gran cantidad de enseres, la mayoría procedentes de las donaciones de los miembros de la Junta de Gobierno, en especial por parte del Sr. Donaire.


En 1984, es elegido Gobernador Juan José Romero - Ávila García, que lo fue hasta el año 1998. Fue el impulsor de la Cofradía moderna, aglutinando un gran número de gente joven en torno a la misma, gente joven que entró a la par de esta persona. La principal característica de este período que llamaríamos “moderno” es que la Cofradía adquirió gran vida interna, y llenó de contenido todas sus actividades y a sí misma. Gracias a ello, se renovaron las imágenes del Paso de Misterio del Cristo del Amor y se construyó la Fabricanía en los patios de Cristo Rey. Des de mediados de los 80, todos los pasos son portados por costaleros; y en 1990 se fundó el Grupo Joven, cantera inagotable de miembros de la Junta de Gobierno y auténtico bastión de la Cofradía. Igualmente, y tutelado por el Grupo Joven, funciona el Grupo Infantil, donde se engloban a los más pequeños de la Cofradía.

Desde 1998, ocupa el puesto de Gobernador Francisco Javier Palomo Marín, a quien ya se le debe el hecho de la renovación del canasto del Paso de Misterio del Cristo del Amor, dentro de una línea continuista.


Desde 2004 a 2010 es Joaquín Riquelme Montoro quien ocupa el cargo de Hermano Mayor. En esta etapa destaca posiblemente el hecho más importante de la historia de la Hermandad, al conseguir el título de Sacramental, gracias al denodado esfuerzon por cultivar el Amor hacia Cristo – Eucaristía de un buen puñado de jóvenes cofrades. Asimismo destaca la restauración de las Imágenes de la Virgen de la Esperanza y del Cristo del Amor; así como la importante renovación y mejora de la Bolsa de Caridad, culminada con el inicio de las gestiones para erigir el Centro de Día para personas mayores “Virgen de la Esperanza”. Asimismo se empieza a renovar en su mandato el canasto del Paso de la Virgen de la Esperanza.

Desde 2012 ocupa el puesto Rafael Mariscal Ayllón, que ha conseguido la inauguración del Centro de Día antes referido y la culminación de la renovación de las túnicas de la Hermandad.

Igualmente funciona el Cuerpo de Camareras de María Santísima de la Esperanza desde los inicios de la Cofradía. La actual Camarera Mayor es Esperanza Carrillo Garrido, A este colectivo se debe la renovación de la candelería del paso de Palio así como la adquisición de un precioso Servicio de Paso.
El hecho más destacado por el que se conoció a esta Cofradía en Jaén fue la liberación de un preso de la Prisión Provincial. Este hecho aconteció de manera ininterrumpida desde 1955 a 1974. Debido a este hecho, es Gobernador Honorario de la Cofradía el Cuerpo de Prisiones.


Imágenes



Santísimo Cristo del Amor en su Prendimiento son obra del imaginero trianero José Antonio Navarro Arteaga, que las realizó entre 1992 y 1994; y que sustituyeron a las primitivas de Juan Abascal Fuentes (1967) por el mal estado de las mismas.


Jesús del Perdón, de Francisco Palma Burgos en 1955.


María Santísima de la Esperanza, de Antonio Eslava Rubio en 1952


Pasos Procesionales










Hábito Procesional.

Para el Cristo del Amor llevan túnica blanca con cíngulo y bocamangas azules, caperuz y capa azul; para el Cristo del Perdón una túnica blanca con cíngulo y bocamangas rojas, caperuz y capa roja; para la Virgen de la Esperanza una túnica blanca con cíngulo y bocamangas verdes, caperuz blanco y capa verde.

Estación de Penitencia: Miercoles Santo



Su Templo

Parroquia de Cristo Rey





martes, 15 de enero de 2013

Hermandad de la Misericordia, Córdoba


La Piadosa Hermandad del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de Córdoba y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. 


Córdoba



Datos Históricos


La idea de poner en marcha el proyecto de esta hermandad surgió de un grupo de jóvenes, encabezados por Francisco Melguizo Fernández . El impulso del alcalde, José María Catanys Jiménez y el visto bueno del obispo, Adolfo Pérez Muñoz, hicieron posible que se materializase el proyecto. La elección de la imagen del Cristo de la Misericordia fue una decisión personal del fundador, que la había conocido oscura y olvidada en las histórica iglesia de la Magdalena, entonces cerrada al culto.

Entre la decisión de poner en marcha la hermandad y la primera salida procesional, realizada el Miércoles Santo de 1937, apenas transcurre un mes. En el plano jurídico-canónico la cofradía no existía ya que la primera aprobación del obispado data del 3 de abril, unos días después de la estación de penitencia. En el plano material, el Santísimo Cristo de la Misericordia fue llevado sobre el paso del Sagrado Corazón de Jesús cedido por los padres jesuitas de San Hipólito, iba iluminado por los candelabros arbóreos del paso de María Auxiliadora, prestados por la comunidad salesiana; como cruz de guía llevó una antigua cruz de madera, con una imagen pintada de Cristo crucificado, perteneciente a la iglesia de la Magdalena que la cofradía aún conserva en su casa de hermandad.

La Misericordia fue la primera cofradía cordobesa cuyos penitentes vestían un hábito nazareno confeccionado en su integridad con telas de color blanco, lo que contrastaba con el negro y morado dominantes en las procesiones de nuestra ciudad en aquella época.

La hermandad celebraba los cultos en San Pedro, debido a las reducidas dimensiones de la iglesia de la Magdalena, donde la imagen titular solía pasar la mayor parte del año. Eran muy característicos de esta hermandad los lujosos altares, de grandes dimensiones , con gran cantidad de puntos de luz y el espléndido realce que prestaban a la imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, izado en ocasiones hasta lo más elevado del retablo mayor de la parroquia. Para realzar estos cultos, la hermandad organizó y mantuvo una importante capilla musical que llego a sumar 114 miembros en su época de mayor esplendor y que funcionó desde 1940 hasta 1954.


En el año 1943 se estrenó el paso del Santísimo Cristo de la Misericordia, después de haber hecho estación de penitencia entre 1938 y 1943 en el paso de Nuestra Señora del Socorro. Proyectado por Rafael Díaz Peno, con tallas de José Callejón y dorados de Francisco Santiago Díaz, aun procesiona en la actualidad, siendo con el de Jesús Caído el más antiguo de nuestra ciudad y el primero que llevó madera dorada.

Bajo la dirección y diseño de Rafael Díaz Peno, se empieza a configurar el guión procesional con los estrenos de la bandera en el año 1943, el estandarte de Cristo, el cojín pasionista y el libro de reglas en el año 1948.

Tras el fallido intento de 1939, en el año 1950 se incorpora una imagen de Virgen como cotitular, que recibió la advocación de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo.

En el año 1956, se produce el cierre de la iglesia de la Magdalena lo que obliga a la hermandad a trasladarse a San Pedro viviendo la hermandad unos años de cierta regresión. Así el mandato de Rafael Osuna Cruz está marcado por la lucha por la subsistencia de la cofradía y la amortización de la considerable deuda contraída en los años anteriores, lo que llevó incluso a platearse la suspensión de la salida procesional de 1966 debido a que la procesión tenía un presupuesto aproximado de 43000 pesetas de gastos a fondo perdido y el pasivo de la hermandad era de 80000 pesetas. Finalmente no se llegó a suspender la procesión pero este hecho nos revela la difícil situación de la hermandad.

Superado el momento más difícil, comienza un proceso de renovación, recuperación y crecimiento a partir del año 1972. La hermandad restaura a sus expensas la capilla de los titulares en la parroquia de San Pedro, dotándola del aspecto que tuvo hasta el cierre de la misma en 1985. Durante el mandato de Francisco Varo Lucena se crea la primera cuadrilla de costaleros de la hermandad.

En el año 1985 se produce el cierre de la parroquia de San Pedro. La última misa en este templo tiene lugar el día 5 de mayo de ese año y tres días después las imágenes titulares fueron trasladadas a la ermita de San José, en la plaza de la Magdalena y de propiedad privada, motivo por el que no se podían celebrar cultos públicos y solemnes, pese a la buena disposición de la familia propietaria. Por este motivo, el 5 de octubre de este mismo año, tras una larga búsqueda de parroquias, iglesia y conventos en los que se obtuvo una negativa por respuesta, las imágenes son trasladadas al monasterio de religiosas jerónimas de Santa Marta, donde permanecerán hasta el Viernes de Dolores de 1998, en que solemnemente regresaron a San Pedro tras la reapertura del templo.

Las reducidas dimensiones del monasterio de religiosas jerónimas de Santa Marta, donde las imágenes van a estar hasta la vuelta a San Pedro, obliga a la hermandad a buscar un lugar desde donde realizar la estación de penitencia. La disposición favorable del Cabildo catedralicio permitirá a la hermandad iniciar y finalizar la estación de penitencia desde la Santa Iglesia Catedral, donde coincidirá algunos años con la hermandad de la Pasión que también deberá realizar su estación de penitencia desde el primer templo cordobés a causa del cierre de la parroquia de Nuestra Señora de la Paz.

En el año 1987, se cumplió el cincuentenario fundacional de la hermandad que se celebró con una serie de actos entre los que se incluyen, la edición de un cartel conmemorativo, la publicación del primer número especial de la revista Alto Guadalquivir, la celebración de un ciclo de conferencias sobre aspectos históricos de la Semana Santa cordobesa, y una exposición e fotografías antiguas del archivo de la hermandad.

En el año 1993 la hermandad organiza el IV Encuentro de Hermandades de la Misericordia de Andalucía, que incluyó una misa en la Catedral presidida por el obispo de la diócesis, monseñor José Antonio Infantes Florido.

Durante el mandato de Francisco Hernández Moyano, se adquiere un local para sede social de la hermandad que se haya en la plaza de San Pedro, justo frente a la fachada principal de la parroquia.

La reapertura del templo de San Pedro en el año 1998 va a suponer la vuelta de la cofradía a sus raíces. Esta reapertura tuvo lugar el día 7 de marzo y la cofradía anunció su regreso con la presentación de un cartel anunciador, un concierto de marchas procesionales y un ciclo de tres conferencias formativas. El Viernes de Dolores 3 de abril, y al término de un Vía Crucis iniciado en el monasterio de Santa Marta, las imágenes regresaban a su capilla de San Pedro doce años, diez meses y veintiocho días después de su salida. Así el Miércoles Santo día 8 de abril de 1998 la hermandad volvería a realizar su salida desde el histórico templo fernandino, hoy convertido en Basílica Menor.

En el año 2000 se produce un hito histórico para esta hermandad como es su fusión con la del Santísimo Sacramento y Santos Mártires de Córdoba que también está radicada en la Parroquia de San Pedro. Ese mismo año, al término del mandato de Francisco Hernández Moyano, fue elegido hermano mayor de la cofradía ya fusionada Ángel María Varo Pineda, que renunciará a su cargo un año más tarde, viendo la hermandad entre los años 2001 y 2003 un periodo de incertidumbre por la negativa a aceptar la convocatoria de elecciones prevista por los estatutos el entonces consiliario y párroco de San Pedro, Manuel María Hinojosa Petit, que impuso una junta gestora presidida por Pedro Redondo Gutiérrez hasta su fallecimiento en mayo de 2003, y desde entonces, y hasta la solución de la crisis, por Manuel Sánchez Prada.

La llegada al Obispado de Córdoba del prelado monseñor Juan José Asenjo Pelegrina coincide con el inició de la solución de esta situación. Después de que tres hermanos recurrieran ante el Pontificio Consejo para los Laicos en demanda de una convocatoria de elecciones, el nuevo obispo encarga al delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, Pedro Soldado Barrios, la apertura de negociaciones con representantes de la hermandad, convocándose estas finalmente el día 10 de enero de 2004, resultando elegido hermano mayor el cofrade Manuel Ramírez Pérez e iniciándose la normalización institucional de la cofradía que llega hasta nuestros días.

En el año 2005, con motivo de la celebración en nuestra diócesis del año de los Santos Mártires, la hermandad participará activamente en la organización de la peregrinación de las Cofradías cordobesas a la Parroquia de San Pedro, peregrinación esta que estuvo presidida por la imagen de Nuestra Señora Reina de los Mártires que fue conducida hasta San Pedro y que, ya en el interior del templo paso ante la capilla donde se encuentra las reliquias de los Santos Mártires cordobeses.



Imágenes



El Santísimo Cristo de la Misericordia es una imagen de Cristo crucificado, de autoría anónima y datable, según los estudios realizados sobre él, a finales del siglo XVI. El profesor Rafael Rivera Valle, que lo sometió a una minuciosa restauración en 1983, explicó que, en su opinión, representa el momento del desplome, es decir, el inmediatamente posterior a la Expiración, aunque la presencia de la llaga en el costado no parece confirmar esta teoría.

La imagen se puede catalogar en el estilo manierista, y muestra con un perfil muy estilizado y una cintura significativamente estrecha. La cabeza aparece inclinada hacia su derecha, los ojos y la boca están ligeramente entreabiertos y la colocación de la melena deja al descubierto con claridad la parte izquierda del rostro.

El Santísimo Cristo de la Misericordia comparte características de las llamadas escuela sevillana y escuela granadina de la escultura andaluza de su tiempo, por lo que no es fácil adscribirlo a una u otra. En cualquier caso, la finura de la talla y la delicadeza de la anatomización muestran sin duda alguna la mano y las gubias de un artista perfectamente conocedor de la técnica imaginera.

Como queda dicho, no se conoce el nombre de su autor ni la fecha exacta de su creación o consagración, ya que durante la citada restauración operada en 1983 se encontró en su interior un documento escrito, pero que hacía referencia exclusivamente a otra restauración anterior, operada en 1939 y llevada a cabo por el artista cordobés Rafael Díaz Peno, director artístico de la hermandad durante muchos años.


La restauración de 1939 no se limitó a reparar las partes que por el paso del tiempo hubieran necesitado un arreglo, sino que modificó sustancialmente el aspecto de la imagen. En efecto, manipuló la barba, que fue reducida en tamaño y minuciosidad del tallado de forma muy significativa, añadió algunas partes de escayola en la melena, sustituyó la corona de espinas, probablemente modificó la policromía —aunque este dato no es seguro, porque las fotos anteriores a esa restauración son todas en blano y negro— y policromó el sudario, que anteriormente era de color blanco liso y en el que incluso llegó a estampar el escudo de la hermandad fundada en 1937. Dada la imposibilidad de recuperación del original que produjeron algunas de estas actuaciones, la restauración de 1983 mantuvo el aspecto que la imagen había ofrecido desde 1939, retirándole solamente el añadido de escayola en la melena.

Lleva la imagen sus potencias originales de plata sobredorada, cinceladas en 1800 por el orfebre cordobés Mateo Martínez Moreno.



Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo es una imagen de autoría anónima, que –al haber sido titular de una hermandad de los Dolores fundada en los años finales del siglo XVII– tuvo que ser tallada, como mínimo, en la fecha citada (último tercio del siglo XVII), si bien algunas opiniones adelantan su creación hasta un siglo antes. Su aspecto externo no difiere sustancialmente del de tantas otras imágenes de su estilo y época: es una imagen de vestir, con una estatura de 1,64 metros, ojos grandes con pestañas naturales y lágrimas de cristal, a razón de cuatro por mejilla, y boca entreabierta que deja ver algunos dientes. Parece ser que las manos son de época posterior.

Al hacerse cargo de la efigie la hermandad de la Misericordia, en 1950, fue sometida a una primera restauración por Rafael Díaz Fernández; en dicha restauración se descubrió que el rostro no es de madera tallada, sino de terracota policromada. Otra restauración, que consistió exclusivamente en la reparación de algunas pequeñas grietas, le fue practicada a la imagen en 1978 por Manuel Camacho Melero. En 1987 Ignacio Torronteras Paz le hizo un nuevo candelero y adelantó ligerísimamente su torso.

Del valioso ajuar de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo destaca especialmente la corona procesional, de plata cincelada y dorada con aplicaciones de oro y pedrería, realizada en 1954 por el orfebre cordobés Rafael Peidró. Lleva la corona rica iconografía: en la parte frontal del canasto aparece el escudo de la hermandad, escoltado por las imágenes de San Acisclo y Santa Victoria; en la parte trasera, la tiara pontificia –símbolo de la parroquia de San Pedro– está acompañada de otros dos Mártires cordobeses: San Eulogio y San Marcial. La parte central del resplandor reproduce, en su frontal, la urna con las reliquias de los Santos Mártires que se custodia en San Pedro, y en su trasera hay una inscripción relativa a los donantes.

La corona ha sido exhibida en tres exposiciones de arte cofrade: en 1987, en la muestra Córdoba y sus cofradías, coordinada por la Agrupación de Cofradías de Córdoba; en 1993, en la exposición Misericordia’93, organizada por nuestra hermandad en el Museo Diocesano de Córdoba con motivo del IV Encuentro de Hermandades de la Misericordia de Andalucía, y en 1997, en la primera edición de Munarco (Muestra Nacional de Artesanía Cofrade), celebrada en Sevilla.







Pasos Procesionales



El paso del Cristo de la Misericordia es uno de los más característicos de la Semana Santa de Córdoba.

En la primera procesión, en 1937, fue el titular iba sobre el paso del Sagrado Corazón de Jesús de San Hipólito completado con unos candelabros de tulipas cedidos por los salesianos. La cruz del Cristo era la que tenía en la Magdalena, de dimensiones ajustadas para la imagen y pequeñas para el paso, por lo que se le preparó un suplemento de madera.

Entre 1938 y 1942, ambos inclusive, se utilizó el paso de Nuestra Señora del Socorro, cedido por su hermandad. En 1938 se estrenó una nueva cruz, más grande que la anterior, y en 1940 se acoplaron 'al paso de la Virgen del Socorro los grandes candelabros de faroles que andando el tiempo serían compañeros característicos del titular, y ello produjo un extraño efecto estético dadas las reducidas dimensiones del paso sobre el que iban. Se completaban estos candelabros con cuatro pequeñas estatuas de ángeles pasionistas que figuraban sostenerlos.

El Miércoles Santo, 21 de abril de 1943, se esrenó el paso del Santísimo Cristo de la Misericordia que se utilizó hasta 2010: una obra de madera tallada, dorada y policromada debida al proyecto de Rafael Díaz Peno, la dirección artística de Rafael Díaz Fernández, la talla de José Callejón y el dorado de Francisco Santiago Díaz. A partir de ese año dejaron de utilizarse los citados cuatro ángeles pasionistas, pero aun no estaba tal como hoy lo vemos, pues le faltaban las cresterías y los cuatro grandes jarrones para las flores, elementos éstos estrenados en 1947. En 1944 se estrenarían los faldones del valioso terciopelo negro antiguo galoneado de oro.

La canastilla es de forma abombada, de madera dorada en oro fino en centros y esquinas, y plateada en el interior. Se apoya en repisa de madera tallada y dorada con decoración vegetal, más abundante en las esquinas y centro. Por supuesto, es de estilo neobarroco. En el frontal, dos ángeles de talla entera, desnudos, escoltan el escudo de la hermandad, y en la trasera figura el escudo de la ciudad de Córdoba.



El lateral derecho lleva, en su centro, un artístico busto de Ecce—Homo con túnica de talla pintada en morado y oro, y cordón de oro al cuello, y en la cabeza corona de espinas y potencias de plata labrada. A ambos lados de este busto, y entre la decoración vegetal en plateado, sendos medallones pintados en estilo gótico con figuras y símbolos de dos Evangelistas. El lateral izquierdo tiene, en su centro, el busto de una expresiva Virgen Dolorosa con lágrimas de cristal y tocado de talla, que luce una pequeña diadema de plata cincelada. En simetría con el lateral derecho, otros dos medallones con la representación de los otros dos Evangelistas.

La Cruz procesional del Santísimo Cristo data de 1994, año en que sustituyó a la anterior; fue tallada en los talleres de Moreno Anguita y donada por una familia de cofrades. Lleva las mismas cantoneras de metal cincelado y dorado que llevaba la anterior Cruz, que se estrenó al mismo tiempo que el paso, en 1943.

Con base en el diseño de 1943, pero con un concepto nuevo, se estrenó el actual paso el Miércoles Santo, 20 de abril de 2011, con proyecto y ejecución de Andrés Valverde Luján e hijo en la talla, Ángel María Varo Pineda en el dorado, Gabriel y Antonio Castillo en la imaginería y policromado, y Creaciones Soriano en orfebrería.



El paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo es uno de los pasos de Virgen de más acusada personalidad en la Semana Santa de Córdoba, pues varias características lo hacen único: desde el tono malva de sus terciopelos hasta el color dorado de la totalidad de su orfebrería, pasando por el hecho de que los respiraderos son de madera tallada y dorada.

El Miércoles Santo, día 5 de abril de 1950, salió por primera vez bajo palio Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo. Dominaba un sentido de la provisionalidad, pues sólo era definitivo el bordado del frontal del palio; el resto de las piezas de terciopelo iban sin bordar. Los bordados, todos ellos con diseño de Rafael Díaz Peno y realización de las religiosas adoratrices de Córdoba, se terminaron en 1959. La orfebrería ha sido renovada en distintas etapas, y así los varales actuales datan de 1993 y fueron cincelados por Hermanos Lama de Córdoba, autores asimismo de los candelabros de cola estrenados en 1982; la candelería es obra de los talleres sevillanos de Villarreal y se estrenaron en 1996. Las jarras y ánforas florales fueron realizadas por Francisco Díaz Roncero y estrenadas en 1961.

Los respiraderos, como queda dicho, son de madera tallada y dorada en estilo barroco, obra de Jenaro Álvarez de Miguel de 1950 ampliada en 1978; el mismo autor talló este último año, en idéntico estilo y diseño, la peana sobre la que procesiona la imagen de la Virgen. Entre estos respiraderos se incluyen siete medallones de tabla pintada al óleo, que representan los Siete Dolores de Nuestra Señora: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, el Niño perdido en el Templo, la calle de la Amargura, la Crucifixión, Jesús muerto en brazos de su Madre y la Soledad de María. Todos ellos son obra de Rafael Díaz Peno y, al parecer, se basan en una serie sobre el mismo tema de un pintor alemán llamado Jenssen que se conserva en un museo de Munich.

Los respiraderos fueron dorados en pan de oro alemán por Manuel Camacho en 1978, y en pan de oro fino por Ángel María Varo Pineda en 2005; en este último trabajo se estofaron y policromaron diversas partes de los respiraderos que contienen decoración vegetal.

Tiene este paso un evidente interés artístico y un alto contenido simbólico: en el techo del palio, va bordado el anagrama del Ave María; en la bambalina frontal, el escudo de la hermandad, y en la trasera, el escudo de la ciudad. Las bambalinas laterales tienen la particularidad de ser de cinco piezas independientes en vez de una sola como es lo más frecuente. Esta independencia añade mayor gracia y soltura al sincronizado vaivén que los costaleros producen en el palio. Las bambalinas, además, llevan erigido un Via Crucis de dos estaciones en la frontal, otras dos en la trasera y una en cada una de las laterales.

Las gualdrapas también están bordadas: la frontal representa un corazón atravesado, en recuerdo nuevamente de la antigua advocación de los Dolores que la imagen ostentó durante siglos. Los faldones laterales, por su parte, llevan los emblemas de la Tiara y las Llaves, en uno de ellos, y el Pomo en el otro, como símbolos respectivos de San Pedro y la Magdalena.


Hábito Procesional

Túnica y capirto blanco con fajín morado.


Estación de Penitencia: Miercoles Santo


Casa Hermandad: Plaza de San Pedro





Su Templo


La hermandad de la Misericordia tiene su sede canónica en la Basílica Pontificia de San Pedro, uno de los doce templos fernandinos fundados a raíz de la conquista de Córdoba por Fernando III el Santo en 1236. La iglesia se halla en las proximidades de la Plaza de la Corredera, en plena Ajerquía y en el casco histórico de la ciudad, declararo Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.

Tradicionalmente, aunque sin una sólida certeza documental o arqueológica, se sitúa en el mismo solar la “basílica de los Tres Santos” que se habría levantado para acoger los restos de tres mártires –San Fausto, San Genaro y San Marcial–, asesinados en la misma persecución de Diocleciano que segó la vida de Acisclo y Victoria. También es antigua la tradición de situar en lo que hoy es San Pedro la primitiva catedral de Córdoba, erigida antes de la invasión islámica del año 711.

En cualquier caso, lo que hoy es posible ver en San Pedro responde en general a las trazas de finales del siglo XIII, aunque los añadidos y reformas han sido constantes a lo largo de los siglos: entre estas modificaciones, las principales son la portada (siglo XVI), el retablo mayor (siglo XVIII) y, sobre todo, la capilla del Sagrario (siglo XVIII), donde se veneran las reliquias de los Santos Mártires de Córdoba, además de los retablos que ocuparon los muros laterales y que desaparecieron en la última restauración –en varios aspectos discutible– de que fue objeto el templo entre 1994 y 1998.

Como dato curioso que demuestra la importancia histórica de esta Basílica, podemos recordar que al reducirse, en época de Carlos III, el número de iglesias en las que podían refugiarse los delincuentes, sólo quedaron en Córdoba esta iglesia y la Catedral.


Entre las obras de arte que se custodian en este templo destaca la Virgen de la Esperanza, de Gómez de Sandoval, obra realizada en 1713 y que desde 1998 preside la hornacina principal del retablo mayor; también se puede admirar una lámpara de plata cincelada por Lucas Valdés y regalada por la ciudad, en 1602, a los Santos Mártires de Córdoba, y un cuadro de Valdés Leal que representa a San Pedro.

En San Pedro, templo al que el Papa Benedicto XVI concedió el título de Basílica Menor el 23 de noviembre de 2005, y que recibió oficialmente el 15 de octubre de 2006, tuvieron su sede desde su origen las hermandades del Santísimo Sacramento y la de los Santos Mártires.

martes, 8 de enero de 2013

Hermandad de La Paz, Cordoba


Pontificia, Venerable e Ilustre Hermandad Franciscana y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y Nuestra Señora de la Paz y Esperanza.


Córdoba



Datos Históricos


El Jueves Santo de 1939, un grupo de cofrades se reúne en la ermita de San Juan de Letrán ante una vieja talla sedente del Señor de la Humildad y Paciencia y deciden constituir una nueva corporación, iniciando los trámites fundacionales. Encomiendan al imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo la talla de una imagen de Virgen a la que titularán como de la Paz por coincidir su realización con el final de la Guerra Civil, dándose la circunstancia de que buena parte de sus primeros hermanos eran excombatientes, anteponiendo por este motivo este título al previsto de Esperanza.

La bendición de la nueva imagen, que estuvo a punto de incorporarse a otra cofradía cordobesa recién fundada, la Misericordia, tuvo lugar en la iglesia de San Andrés, donde estaba previsto fijar la sede canónica el día 8 de septiembre de 1939.


Por desavenencias surgidas entre el párroco y los fundadores de la hermandad, la imagen es retirada del templo y llevada al domicilio particular de su autor, desde donde más tarde se trasladaría de incógnito a San Lorenzo. En febrero de 1940, la Curia Provincial de los Padres Capuchinos autoriza la erección de la cofradía en el convento del Santo Ángel adonde será conducida la imagen desde San Lorenzo, cantándosele la Salve ante el Cristo de los Faroles y entrando en el templo sobre unas parihuelas portadas por los propios religiosos de la comunidad.

El 26 de septiembre de 1940 se aprueban las reglas constitucionales y la hermandad recibe el título de pontificia solicitado al Nuncio de Su Santidad el anterior 31 de marzo, mismo día en que se ofreció al Ministro del Ejército el puesto de hermano mayor honorario que el capitán general Varela aceptó. A la muerte de este militar su viuda regaló su fajín a la Virgen de la Paz, que lo llevaría en distintas salidas procesionales.

A las ocho de la tarde del Domingo de Ramos 6 de abril de 1941 realiza su primera salida procesional. Acompañaba a la Virgen de la Paz en su paso una talla de San Juan Evangelista, donada a tal efecto por la comunidad de Padres Capuchinos de Antequera, que acompañaría a la Señora hasta el año 1960. En el año 1974 se vendió esta imagen a la hermandad del Buen Suceso que la incorporaría a su misterio.

En el año 1943, la hermandad se ubica definitivamente en el Miércoles Santo, en cuyo itinerario oficial ha ocupado habitualmente el penúltimo lugar, aunque en algunos años como 1967 1968 fuera la última en procesionar y en otras como 1954, la primera.

En el año 1942, el imaginero Juan Martínez Cerrillo realiza la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, por la cual cobró la cifra de tres mil pesetas. Esta imagen es bendecida el 24 de enero de 1943 y se incorpora a la estación de penitencia en el año 1945. Este mismo año, la cofradía obtiene el permiso de la Diputación Provincial para realizar su salida desde la iglesia de la Merced desde donde la realizará hasta el año 1960. Las obras de restauración de este templo impedirán la salida del mismo en el año 1961 y entonces la cofradía pide permiso para adecuar la puerta del huerto del convento que daba a la plaza de Capuchinos desde donde realizarán su salida cada Miércoles Santo hasta nuestros días.


En el año 1952 se estrena y bendice la casa de hermandad en la Cuesta del Bailio y se estrena la marcha "Paloma de Capuchinos" de Francisco de Sales Melguizo.

El 24 de enero de 1972 el obispo monseñor Cirarda Lachiondo bendice la capilla de la Virgen. También en este año, la Virgen estrena un nuevo manto.

En los años setenta, bajo el mandato de don José Gálvez Galocha se estrenó un nuevo paso y se llevó a cabo una campaña de donaciones que permitió la realización por Manuel de los Ríos de la corona de la Señora, que le fue impuesta por el guardián del Santo ángel, fray Santiago Díaz Valladares, el 23 de enero de 1977, entregándole en el mismo acto al Sr. Gálvez fray Ricardo de Córdoba, el título de franciscana.

En el año 1982 se entroniza en la calle central del palio una imagen de la Virgen de Rocío regalada por la hermandad rociera cordobesa. El 8 de septiembre de 1984 se bendicen sendos azulejos de los titulares, uno junto a la casa de hermandad y otro a la entrada de la plaza de Capuchinos coincidiendo con el 45 aniversario de la bendición de la Paz.

El día 8 de septiembre de 1989 se oficiaba la solemne función conmemorativa del cincuentenario de la bendición de la Paz. Durante todo el año 1990 la hermandad celebraría esta efeméride. Así el día 20 de enero, fray Ricardo de Córdoba pronunciaba el Pregón del Cincuentenario al que seguirían las celebraciones litúrgicas en honor de la Virgen de Paz cuatro días después, celebrándose el día 28 de ese mismo mes una función solemne retransmitida para todo el país por la Cadena COPE de radio. El 24 de febrero, en una misa solemne se recordaban la llegada de la hermandad a su sede canónica y la aprobación de sus reglas fundacionales. En este acto la cofradía impuso su medalla a todos los religiosos de la comunidad, que asimismo recibía como regalo una cruz conventual con sus ciriales de acompañamiento realizados por Manuel de los Ríos. El día 3 de marzo estaba previsto que el Señor de la Humildad y Paciencia presidiera el Vía Crucis General de las Cofradías de Córdoba en la Catedral aunque la lluvia hizo que este acto se realizara en el convento del Santo Ángel. El 13 de septiembre de ese año se inauguró una exposición de enseres de la corporación, presentándose el mismo día la monografía titulada "Cincuentenario fundacional de la cofradía de la Paz (1940-1990) escrita por José Gálvez Galocha. El 7 de diciembre la Agrupación de Cofradías realiza su Vigilia de la Inmaculada en el Convento del Santo Ángel, acto que se aprovecha para bendecir un nuevo simpecado. El día 8 de diciembre se celebra una solemne función religiosa en la misma iglesia del Santo Ángel, después de que el Cabildo catedralicio hubiera impedido la idea original de trasladar procesionalmente las imágenes a la Catedral para esta función. Los actos culminaban con una procesión extraordinaria que se celebró el día 10 de diciembre.

En el año 1993, la hermandad se centra en la celebración del cincuenta aniversario de la bendición del Señor de la Humildad y Paciencia. Así el día 20 de febrero don Antonio Peligro Sánchez pronunciaba el Pregón extraordinario y al día siguiente se oficiaba la solemne Eucaristía conmemorativa, seguida de un concierto de marchas procesionales a cargo de la Banda Municipal de Guillena. Asimismo, el primer sábado de aquella Cuaresma el Señor de la Humildad protagonizó el vía crucis de las cofradías cordobesas en la Catedral.


Tras terminar las celebraciones de este año 1993, una comisión de hermanos comienza el estudio para la trasformación del paso de misterio, en el que, conservando la talla del titular se incorporarían un abigarrado conjunto de figuras que realizaría el imaginero cordobés Antonio Bernal, y entre las que se incluía un romano montado a caballo, recuperándose así esta figura en nuestra Semana Santa tras desaparecer del misterio de la hermandad del Prendimiento. Estas figuras fueron estrenadas el Miércoles Santo de 1997.



Imágenes

Ante la imposibilidad de adquirir en propiedad la imagen del Señor existente en San Juan de Letrán, la Hermandad encarga en 1942 a don Juan Martínez Cerrillo la imagen de Cristo. Si bien, Martínez Cerrillo resuelve de manera diferente la iconografía de Humildad y Paciencia, apareciendo de pie, con los brazos abiertos, permitiendo el despojo de sus vestiduras, aceptando la cruel sentencia de Poncio Pilatos.

La imagen de Humildad y Paciencia de la Ermita de San Juan de Letrán se encuentra actualmente en la Parroquia de San Lorenzo.

La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia fue bendecida el 25 de enero de 1943 por el Conciliario de la Hermandad, Reverendo Padre Fray Jesús de Pedro Abad, actuando como padrinos don Bartolomé Torrico Martos y su esposa doña Antonia Torrico de Torrico.

La imagen, de talla completa, aparece de pie ligeramente flexionado hacia delante, con el brazo derecho hacia delante, quedando la mano a la altura de la cintura, y el brazo izquierdo ligeramente hacia atrás con la mano entreabierta.

La cabeza se encuentra ligeramente girada hacia la derecha y sus ojos entreabiertos en actitud de agotamiento y dolor físico.

Fue restaurado en 1989 por alumnos del profesor Rafael Valverde Luján.



Don Juan Calero Cantarero encargaba en 1939 al imaginero don Juan Martínez Cerrillo, natural de Bujalance, la imagen de una Virgen para la futura Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia. La talla fue entregada el seis de septiembre de 1939, siendo bendecida en la Parroquia de San Andrés el ocho de septiembre por el Muy Ilustre señor don Juan Eusebio Seco de Herrera, canónigo de la Catedral, actuando como padrinos del acto, doña Paz Courtoy de García y su hijo Gregorio García Courtoy.

De su rostro podemos destacar su mirada, caracterizada por unos grandes ojos y pestañas muy marcadas. En sus mejillas aparecen seis lágrimas, repartidas asimétricamente en cada mejilla en grupos de tres. La cabeza está inclinada muy levemente hacia la derecha, pero sin dejar de contemplar en el horizonte su mirada, buscando siempre a quien la contemple de frente. Tiene un elegante perfil, con líneas bien perfiladas; el entrecejo aparece ligeramente fruncido, con unas finas cejas muy señaladas en el entrecejo.

La boca aparece ligeramente entreabierta, con labios muy marcados y las comisuras abiertas, dejando escapar una ligera sonrisa que viene a reflejar la Esperanza de una pronta Resurrección de Cristo.


Pasos Procesionales



Estrenado en 1997. Es neobarroco, en fase de dorado, e iluminado por candelabros de guardabrisas. Tiene carpintería de Francisco Bailac y talla, en madera de cedro, de Talleres Santa Águeda, con dorado de Manuel Calvo Carmona (1999). El Señor luce potencias de plata sobredorada de Rafael Peidró (1967) y túnica de tisú de plata bordada en oro de Antonio Villar (1998) y diseño de Fray Ricardo. La orfebrería de las figuras del misterio es de los Talleres José Amil, los cueros de José Rodríguez Escobar y las vestiduras de Antonio Castelló (1997).


Orfebrería en alpaca plateada con peana de Angulo (1957), respiraderos (1972) de Villarreal, así como jarras (1977), varales (1979), restaurados por Orfebrería Maestrante (1999), candelabros de cola (1982), candelería de 92 piezas (1989) e imagen de la Virgen del Rocío (1982), en su calle central, de Ríos. El palio (1984-86), en malla de oro, con medallón central representando a San Rafael. El nuevo manto (2009), en tisú de plata, tiene bordados en plata de los talleres sevillanos de Salteras. La Virgen viste saya de color blanco con bordados en aplicación y pedrería de las MM. Filipenses (1973), pasados y enriquecidos por A. Villar (2000). Todos los bordados fueron diseñados de Fray Ricardo de Córdoba. La corona, de plata sobredorada con pedrería, es de Ríos (1975).


Hábito Procesional

Túnica blanca con botones verdes, cubre rostro blanco con ribete verde y dorado y cordón franciscano en blanco.

Estación de Penitencia: Miercoles Santo



Su Templo

Iglesia Conventual del Santo Ángel


El convento del Santo Ángel, de Padres Capuchinos se funda en 1629 sobre unas casas compradas al Marqués de Almunia en la antigua plaza de Almunia. Se conoce que estaba edificado en el año 1633, al ser el momento en que los monjes entran a vivir al convento. El día 6 de enero del año 1638, comienza a construirse la iglesia.

Sufrieron los Capuchinos tres exclaustraciones, en 1810, 1821 y la definitiva de Mendizábal en 1836. El convento fue vendido y demolido en su mayor parte. Según recoge Teodomiro Ramírez de Arellano, los materiales fueron empleados en la construcción de la plaza de Toros de los Tejares. Se conservó el claustro y la huerta aún hoy en día existentes, así como la iglesia.