viernes, 21 de octubre de 2011

Origenes de semana santa



La Semana Santa es la conmemoración anual cristiana de la Pasión, muerte y resurección de Jesús de Nazaret o, lo que es igual, conmemorar sus últimos días; por ello, es un período de intensa actividad litúrgica dentro de las diversas confesiones cristianas. Da comienzo el Domingo de Ramos y finaliza el Domingo de Resurección, aunque su celebración suele iniciarse en varios lugares el viernes anterior (Viernes de Dolores)

La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristia en el jueves santo , se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del sábado santo al domingo de resurección.

Durante la Semana Santa tienen lugar numerosas muestras de religiosidad popular a lo largo de todo el mundo, destacando las procesiones y las representaciones de la Pasión.

A principios del siglo IV había en la cristiandad una gran confusión sobre cuándo había de celebrarse la Pascua cristiana o día de Pascua de Resurrección, con motivo del aniversario de la resurrección de Jesús. Habían surgido en aquel momento numerosas tendencias o grupos de practicantes que utilizaban cálculos propios. Ya en el Concilio de Arlés (en el año 314), se obligó a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día, y que esta fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría epístolas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos.

Es en el concilio de nicea(en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto. En él se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:
  • Que la Pascua se celebrase en domingo.
  • Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana. (De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).
  • Que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).
No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha de la Pascua se calculaba en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la cristiandad.

Finalmente fue Dionisio el Exiguo (en el año 525) quien desde Roma convenció de las bondades del cálculo alejandrino, unificándose al fin el cálculo de la pascua cristiana.

La Pascua de resurecciones el domingo inmediatamente posterior a la primera luna llena tras el equinocio de primavera, y se debe calcular empleando la Luna llena astronómica. Por ello puede ser tan temprano como el 22 de marzo o el 25 de abril.

En algunos países se suspenden las labores docentes durante dos semanas que abarcan desde el sábado anterior al viernes santo hasta el segundo domingo después del Viernes Santo.

La expresión Triduo pascual, aplicada a las fiestas anuales de la Pasión y Resurrección, es relativamente reciente, pues no se remonta más allá de los años treinta de nuestro siglo; pero ya a finales del siglo IV San Ambrosio hablaba de un Triduum Sacrum para referirse a las etapas del misterio pascual de Cristo que, durante tres días, et passus est, et quievit et resurrexit.

Deslumbrada por la realidad histórica de la muerte de Cristo, la primitiva Iglesia advirtió la necesidad de celebrar litúrgicamente este hecho salvífico, por medio de un rito memorial, donde, en obediencia al mandato expreso del Señor, se renovara sacramentalmente su sacrificio.
De este modo, durante los primeros compases de la vida de la Iglesia, la Pascua del Señor se conmemoraba cíclicamente, a partir de la asamblea eucarística convocada el primer día de la semana, día de la resurrección del Señor (dominicus dies) o domingo.

Y, muy pronto, apenas en el siglo II, comenzó a reservarse un domingo particular del año para celebrar este misterio salvífico de Cristo. Llegados a este punto, el nacimiento del Triduo Pascual era sólo cuestión de tiempo, cuando la Iglesia comenzase a revivir los misterios de Cristo de modo histórico, hecho que acaeció, por primera vez en Jerusalén, donde aún se conservaba la memoria del marco topográfico de los sucesos de la pasión y glorificación de Cristo.

De todos modos, en el origen de la celebración pascual, tampoco puede subestimarse la benéfica influencia de la respuesta dogmática y litúrgica de la ortodoxia frente a la herejía arriana; reacción que supuso una atracción de la piedad de los fieles hacia la persona de Jesús (Hijo de Dios e Hijo de María), y hacia sus hechos históricos. Cada celebración del Triduo presenta su fisonomía particular: la tarde del Jueves Santo conmemora la institución de la Eucaristía; el Viernes se dedica entero a la evocación de la Pasión y Muerte de Jesús en la cruz; durante el sábado la Iglesia medita el descanso de Jesús en el sepulcro. Por último, en la Vigilia Pascual, los fieles reviven la alegría de la Resurrección.


El Domingo de Ramos da comienzo a la Semana Santa, este día rememora la Entrada de Jesús en Jerusalén.





El inicio de esta festividad viene marcada por la primera Luna Llena posterior al Equinoccio de Primavera. El Domingo de Ramos es el domingo anterior a dicha Luna, por eso, todos los años la fechas varían.

La mitología judeo-cristiana dice que diez siglos antes había entrado en la ciudad construida por David su hijo Salomón montado en un borrico. Las gentes de la ciudad aclamaron al hijo de David con gritos de hossana, (que significaba:¡viva!). Por otra parte la profecía de Zacarías dice que el Rey de Israel entraría en la ciudad del monte Sión sobre el lomo de un pollino como rey de paz y como símbolo de los nuevos tiempos (un pollino en lugar de su madre). La borrica simboliza al antiguo Israel, el pueblo de la Antigua Alianza. El pollino aún no montado por nadie es la montura real y mansa del rey de la nueva alianza. Era costumbre entre las gentes reunidas para la Pascua recibir con gritos y cánticos a los nuevos grupos que llegaban. Los Reyes eran recibidos además echando mantos, ramos de olivo y palmas a los pies de las monturas reales, alfombrando el suelo para que estos pisaran sobre ellos.


De todo este simbolismo parte toda la tradición cristiana, ya que en recuerdo a ello se celebra la bendición de las palmas y las ramas de olivo.

A lo largo de los distintos países de tradición católica, y al margen de las celebraciones litúrgicas, diversas manifestaciones populares conmemoran la Entrada en Jerusalén y, en muchos casos, dan comienzo a las procesiones de Semana Santa, son muy conocidas las procesiones de la Borriquita o de la Pollinica en algunas comunidades, que aluden a la montura de Cristo representada en las tallas que procesionan.

En un principio, la iglesia católica llamó a este domingo el Segundo Domingo de la Pasión; en 1970 la designación formal fue cambiada. Junto a este cambio, también se decidió que la semana anterior a que fuera Pascua fue denominada como la Semana de la Pasión (antes llamada "Semana Santa" oficialmente, y todavía designada así por el público en general). De ahí que a veces podamos ver que se refieren a ella como la Semana de Pasión, pero es lo mismo, denominaciones a parte la Semana Santa se celebra desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.

Para la tradición cristiana es un día en el que se conmemora un triunfo, la entrada de Cristo en Jerusalén con el reconocimiento de un rey. A lo largo de la semana el tono es distinto ya que rememora la Pasión y Muerte pata finalizar con la Resurrección.


En este día la celebración de la misa comienza con la bendición de las palmas y ramos de olivo que llevan los asistentes y una vez comienza el oficio se realiza la lectura del relato completo de la Pasión, que en algunos templos es dramatizado y es leído entre tres personas para enfatizarlo más.

Dado que éste es el hecho principal que se celebra en este día las procesiones más conocidas aluden a él, sin embargo, al ser el comienzo de todos los festejos también nos es posible encontrar diferentes hermandades que procesionan en este día y representan otros pasajes distintos de la Pasión.


Otra curiosidad de este día que en algunos hogares se ha hecho popular es ese dicho de:"¡Domingo de Ramos! Quien no estrena, no tiene manos". En ese día mucha gente tiene la costumbre de estrenar algo, normalmente una prenda de vestir, lo cual dentro de la superstición popular significa que se tendrá buena suerte hasta el próximo año.


El Lunes Santo en cuanto a la celebración litúrgica católica recuerda el pasaje de la Unción en Betania, y la historia de los eventos que se sucedieron en Lunes Santo así como la expulsión de los mercaderes del Templo de Jerusalén. Tal y como lo refleja el Evangelio de San Juan.

Para los profanos sólo mencionar que Betania es la ciudad en la que vivía Lázaro, al que Cristo resucitó, y unos días tras este hecho en una cena con Lázaro, su familia y estando presentes María Magdalena y Judas Iscariote, es donde comienza la Pasión de Cristo, en este momento hace otro anuncio de su muerte y de su resurrección, y en el pasaje de la Unción se hace referencia a la murmuración de Judas basada en la avaricia que premoniza su posterior traición.



En este día las procesiones que se pueden encontrar aluden a distintos pasajes de la Semana Santa, dependiendo de la ciudad en la que estemos, pero las más comunes que salgan en este día son las procesiones del ECCE-HOMO, las de la Oración en el Huerto...

En Sevilla son muy populares la de Vera+Cruz, Santa Genoveva, El Beso de Judas, la de la Hermandad del Museo, que salen en este día.

La procesión sevillana de Vera+Cruz, en concreto, es de las más antiguas, se realiza desde 1448, la procesión consta de dos pasos, uno es el Cristo de la Vera+Cruz, cuya talla data del siglo XVI, realizada por un escultor anónimo...y el otro paso es el de La Virgen de las Tristezas de Antonio Illanes.


Aparte de las procesiones sevillanas que son de las más reconocidas, ya que la Semana Santa sevillana es un referente muy importante de esta celebración, el Lunes Santo es el día del "señor de Málaga", con lo que podemos encontrar la procesión de Nuestro Padre Jesús Cautivo.

En la procesión malagueña de El Cautivo podremos ver una imagen en la que Madre e Hijo van en el mismo trono y es impresionante la montaña de claveles rojos (para el Cristo) y blancos (para la Virgen) que se forma delante de las imágenes. Detrás del trono del Cristo desfilan los Regimientos de Infantería de Fuerzas Regulares Melilla.

Dado que este cristo arrastra miles y miles de promesas, mucha gente no espera a ver a la virgen pero merece la pena esperar para ver lo bonita que la hermandad la deja para este día.

Otra de las procesiones más seguidas en Málaga este día es la del Cristo de los Gitanos. Esta es una de las cofradías más antiguas, antiguamente era una de las últimas en salir y ahora es de las primeras que salen. En Málaga llaman cariñosamente a este Cristo el "señó Manué". El pueblo gitano siente gran devoción por esta imagen que acompaña cantando y bailando a un cristo atado a una columna con su virgen. El trono es uno de los tradicionales malagueños que se llama "trono de carrete".


Los nazarenos de esta procesión llevan un atuendo que es de los más originales de la Semana Santa:túnicas moradas en la sección del Cristo, y burdeos en la de la Virgen, con encajes en el pecho, mangas y bajos. Faraona morada en la sección del Cristo y blanca en la Stma. Virgen, ceñida por una corona de espinas.

El Lunes Santo es día laborable en muchas comunidades, con lo cual, es posible que algunas de las procesiones no sean tan multitudinarias como las que se celebran a partir del Jueves Santo que ya es día festivo a nivel nacional. Un dato a tener en cuenta sobre todo para los turistas extranjeros, ya que pueden disfrutar de una manera más tranquila de algunas de estas procesiones.




El Martes Santo continúan las celebraciones de la Semana Santa cristiana, según van acercándose los días de los principales cultos que son el Jueves y Viernes Santo, se va reflexionando acerca de diversos pasajes sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.



En cuanto a la liturgia cristiana en este día se conmemora la traición de Judas y el papel de éste centran las reflexiones del Evangelio que se lee en las ceremonias de los católicos en este día. Se da lectura al pasaje de las Negaciones de San Pedro, y la Pasión según San Marcos.


En algunos monasterios e iglesias que cuentas un con un mínimo de tres celebrantes se canta la lectura de la Pasión haciendo una escenificación de la misma, donde el sacerdote que oficia la misa representa a Jesús cantando los textos que a él corresponden. El diácono ejerce de narrador y lleva el peso mayor de la lectura, y el subdiácono actúa como el resto de los personajes.

Así empiezan los oficios litúrgicos de hoy, que se caracterizan por el inicio del canto de la Lamentaciones de Jeremías, en que se profetiza la desolación y el dolor de Jerusalén a causa de los pecados del pueblo.

Esto es en cuanto a la celebración religiosa en sí. Es el día en el que se exalta la imagen de la cruz y por ello muchas de las procesiones que en este día salgan al paso serán Cristos crucificados.


Al ser un día previo a los más importantes, que son el Jueves y el Viernes, en el Martes Santo salen a procesionar muchas hermandades relacionadas con los gremios, como la de los Estudiantes en Sevilla, cuya imagen venerada es el Cristo de la Buena Muerte que va crucificado.

Como son los días previos a las fiestas más grandes, nos encontraremos con ciudades más ajetreadas de lo normal. Muchas de ellas amanecen con una fragancia en el aire que entremezcla los aromas de el clavo, almizcle, ámbar...en definitiva un olor a incienso que invade toda la ciudad, en el caso concreto de Andalucía este olor se mezcla con el azahar tan característico de esta zona. Esto ayuda a que la gente salga de sus casas y se note más bullicio en la calle siempre que el tiempo acompañe. Podemos contagiarnos del nerviosismo de los habitantes que impacientes esperan asistir al desfile de la primera procesión del día y mostrar su fervor. La gente visita con mayor asiduidad las iglesias y monasterios, pudiendo ver cómo han engalanado las hermandades sus imágenes antes de sacarlas a desfilar.


A lo largo de esta Semana grande, podremos disfrutar del contraste en los colores, en los tejidos, en el silencio, en el sobrecogimiento, en las chicotás, el fervor popular... que acompaña a la celebración. Si es la primera vez que asiste a una celebración de Semana Santa, en estos primeros días se puede ir abriendo boca y planear con antelación a las procesiones a las que vamos a asistir, ya que si asistimos a alguna procesión de bulla, (que son las más alegres y en las que mayor número de gente se concentra), hay que saber muy bien dónde ir y cómo, ya que en muchas de ellas casi no se puede ni caminar.

La abundancia de hermandades y cofradías, y sobre todo la fusión de muchas de éstas, ha dado lugar a la acumulación de Pasos bellísimos y con una larga historia, que han de ir saliendo estos días de menor intensidad.

El Miércoles Santo es el día en que se reúne el Sanedrín, el tribunal religioso judío, para condenar a Jesús.
Hoy es el primer día de luto de la iglesia, con esto se llega al fin de la Cuaresma, se anticipa el Jueves Santo y entramos en el corazón de la Semana Grande.



La primera parte de la Semana Santa cristiana llega a su fin con la celebración de este día. Hasta este día lo que se ha celebrado se denomina también Pre-Pascua.

La palabra Pascua significa “paso” Dios pasa liberando. Significa por lo tanto, ya desde el Antiguo Testamento, el paso de una vida de esclavitud a una vida de libertad, y a partir de hoy es lo que se va a conmemorar hasta el Domingo de Resurrección.

El episodio de la condenación de Cristo por la traición de Judas es el que convirtió los miércoles en días de ayuno para los católicos, aunque luego se pasara la tradición del ayuno a los viernes. En cuanto a la tradición del ayuno durante la Cuaresma, se ha visto reducida a evitar el consumo de carnes los viernes. Por ello también es conocida la Semana Santa, ya que ha dado origen a tradiciones gastronómicas que ya están muy arraigadas y a la preparación de platos que sólo se degustan en estas fechas como es el caso del potaje o las famosas torrijas.

En la liturgia cristiana se da lectura a la Pasión según san Lucas y también se hace la lectura de la traición de Judas Iscariote en este caso en relato de San Mateo. El miércoles, es además junto con el viernes, el día penitencial de los tiempos de penitencia (Adviento, Cuaresma y Témporas), así que intensifican las prácticas piadosas y las procesiones penitenciales.


Podremos ver que en algunas ciudades salen de procesión imágenes que conmemoran la traición de Judas con su beso, como mencionamos siempre, esto varia de una comunidad a otra, ya que este pasaje en algunas ciudades sale a la calle el Domingo de Ramos.

Como curiosidad mencionar que en algunos lugares de América, las imágenes de Cristo crucificado muestran una llaga profunda en la mejilla izquierda y cuentan que esa llaga representa el beso de Judas.

Al ser estas fiestas las más importantes en la creencia cristiana, se realizan muchos actos importantes que sólo se dan ahora y que servirán a lo largo del siguiente año litúrgico que en esta semana comienza,como es la celebración de la Misa Crismal en ella, los obispos de las distintas Diócesis proceden a la bendición del denominado Santo Crisma, que será utilizado durante el año para los Bautismos, en las confirmaciones y en la unción de los enfermos. Durante la Eucaristía de esta misa los sacerdotes renuevan sus promesas sacerdotales. Así para ellos este día cobra más valor a un nivel religioso, no sólo por ser el ecuador de la Semana Santa y ser día grande.

Como lo que se recuerda es cuando Jesús es hecho preso por los romanos, este tema es el que prevalece en las procesiones. En Málaga, por ejemplo, se acude por la noche a ver la Procesión de los Panaderos donde la imagen es una talla donde aparece judas acompañado de dos romanos cuando van a prender a Jesús en el monte. Si bien las procesiones nocturnas sobrecogen, no se quedan atrás las que se celebran a lo largo del día.

Al ser el día siguiente festivo a nivel nacional, ya al caer la tarde se empiezan a celebrar mayor número de procesiones y de mayor importancia o asistencia, según como quiera valorarlo cada uno. El miércoles santo es un día que se puede aprovechar para poder disfrutar de las procesiones ya que no hay tanta gente como en días posteriores.


Como recomendación decir que es mejor verlas en calles anchas ya que si el paso es grande no podemos apreciar bien su hermosa belleza. Y no sólo disfrutar del espectáculo visual que nos ofrecen sino también intentan distinguir los aromas de azahar y jazmín, los inciensos, y el aroma de las flores que adornan los pasos que quedan impregnados en las ciudades.

Ya el Miércoles veremos que las ciudades se abarrotan de gentes de todos los puntos del planeta, entre ellos turistas, curiosos, y como no los cofrades amantes de la Semana Santa preparados para vivir intensamente los días posteriores sin pausa.

El Jueves Santo es junto con el Corpus Cristi y la Ascensión, el primero de los Tres Jueves del año más importantes en la religión católica. Al ser una fiesta de marcado carácter religioso no podemos dejar de mencionar sus peculiaridades en este aspecto. Es el día en que se celebra la última Cena en que Cristo instituyó la Eucaristía. También se escenifica el Lavatorio de los pies (sobre esto versa el Evangelio). Los pasos y procesiones se vuelcan en estas significaciones y empiezan a avanzar, ya en la noche, el misterio del Viernes Santo.



Los primeros testimonios explícitos de la celebración anual de la Pascua son de la mitad del siglo II y provienen de las Iglesias de Asia Menor que celebraban la Pascua el 14 de Nisán, día en que los judíos tenían prescrito inmolar los corderos. Estos cristianos, llamados precisamente “cuartodecimanos”, convencidos de que la muerte de Cristo había sustituido el Pesah judaico, celebraban la Pascua ayunando el 14 de Nisán y terminaban el ayuno con la celebración eucarística que tenía lugar al final de la vigilia nocturna entre el 14 y el 15 de Nisán. Las otras iglesias, guiadas por Roma, celebraban la Pascua el domingo después del 14 de Nisán.


Las más antiguas fuentes que testimonian la celebración anual de la Pascua provienen del área del Asia Menor y son: la Epístola de los Apóstoles, texto apócrifo escrito en torno al 150; la homilía Sobre la Pascua de Melitón de Sardes, del año 165 aproximadamente; una homilía Sobre la Santa Pascua de un Anónimo cuartodecimano de fines del siglo II; más otros textos menores. En estos documentos, la celebración de la Pascua se presenta esencialmente como un ayuno riguroso, generalmente de dos o tres días, seguidos de una asamblea nocturna de oración y lecturas (aparece la lectura de Ex. 12: la inmolación del cordero pascual), concluida luego por la celebración eucarística.



En cuanto a la celebración del Triduo sacro en Roma, cerca del año 416, una carta del papa Inocencio I al obispo Decenzio de Gubbio, aunque no habla de “triduo”, menciona una celebración especial de la pasión el viernes y de la resurrección el domingo, y también el ayuno del viernes y del sábado. Este mismo documento testimonia que el jueves antes de Pascua no hacía referencia alguna al Triduo sacro pero era el día de la reconciliación de los penitentes. Luego, en el siglo VII, la reconciliación de los penitentes es insertada en el marco de una Misa matutina celebrada en los Títulos romanos (cfr. Sacramentario Gelasiano, nn. 352-367). El mismo Gelasiano (nn. 391-394) es testigo de una segunda Misa, que inicia desde el ofertorio, celebrada en la tarde del jueves en los Títulos, cuyo tema central es la doble “entrega” (= traditio): la entrega que Judas hace de Jesús a sus enemigos, y la entrega que Jesús hace de sí mismo a los discípulos en la Eucaristía. En la Basílica lateranense, en cambio, el Papa celebra a mediodía una Misa conmemorativa de la Cena del Señor, en el curso de la cual son bendecidos el crisma y los oleos (cfr. Gelasiano, nn. 375-390; Gregoriano nn. 328-337).

Con respecto a la conservación y adoración del Santísimo Sacramento en el Jueves santo, las primeras manifestaciones las encontramos en los siglos XII-XIII (recordemos que en 1264 Urbano II instituyó la fiesta del “Corpus Domini”). La centralidad que progresivamente adquiere la adoración de las especies sacramentales en la piedad del pueblo cristiano es uno de los elementos decisivos que hará del Jueves santo un día del Triduo sacro.

El Jueves Santo tiene una celebración muy sobrecogedora y peculiar que se denomina el OFICIO DE TINIEBLAS, en la noche, después de apagar las luces, se van apagando paulatinamente todas las velas hasta dejar toda la iglesia a oscuras. Y así, en plena oscuridad, y sin acompañamiento de órgano, se canta el bellísimo Christus factus est. En realidad es un funeral por el Cristo muerto.

La misa de este día, que al ser conmemorativa de la última cena del Señor se celebra entre las 7 y las 8 de la tarde, tiene de especial, que en la lógica litúrgica es la PRIMERA MISA del año. De hecho las misas de todos los domingos lo que hacen es reproducir esta última cena a lo largo de todo el año. Por eso, sin tener nada distinto de la misa de cualquier domingo, se le da una especial solemnidad, como dando a entender que los demás días del año se repite la Consagración del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

Las lecturas de el Evangelio que se hacen en este día hacen referencia al lavatorio de los pies que precedió a la santa cena; un acto que destaca como muestra del amor fraterno empezando por los más necesitados. Y que el sacerdote que oficia la misa de este día vuelve a representar, lavando los pies a los demás sacerdotes en señal de humildad, mucha gente acude a ver esta escenificación muy típica de este día.

Después del lavatorio viene la gran solemnidad eucarística.Tras la consagración se lleva la Eucaristía al altar secundario que ha sido adornado como “monumento”, sirviéndose especialmente de las palmas del Domingo de Ramos, que los fieles prestan para este fin.

En muchas poblaciones donde los Monumentos a la Eucaristía alcanzan un valor estético extraordinario, los fieles dedican esta noche y la mañana del Viernes a visitar las iglesias de la ciudad para admirarlos y orar un rato ante ellos. La Sagrada forma que en esta celebración se consagra es la que luego queda expuesta a lo largo del año en el altar.

En las calles hay mucho bullicio porque comienzan los días grandes de la Semana Santa, conocidos como el Triduo Pascual, a partir de hoy ya es día festivo a nivel nacional, así pues, el número de gente que se congregue para celebrar las procesiones será sensiblemente mayor.

Las procesiones se celebran hasta muy entrada la madrugada.
Una de las tradiciones típicas de este día, cuyo origen no está muy claro ya que muchos lo achacan a una costumbre pagana, es la de regalar a los niños huevitos de chocolate con pequeños regalos dentro.

Esta costumbre tiene su origen en las costumbres católicas, aunque parezca una costumbre extranjera...Durante mucho tiempo estuvo prohibido comer carne y huevos en Cuaresma. Por eso, el día de Pascua, el Jueves Santo, que marca el final de la Cuaresma, la gente corría a coger gran cantidad de ellos, para comerlos en familia y distribuirlos como regalo.


Durante la Edad Media, en Semana Santa, era común que los censos feudales se pagaran con huevos. Por lo que se estipuló que el día de pago fuese el domingo de Pascua.

Es entonces cuando a principios el siglo XIX, en Alemania, Italia y Francia, aparecieron los primeros huevos hechos con chocolate, que se comenzaron a regalar conmemorando estas costumbres tan antiguas.


El Viernes Santo se recuerda el vía crucis, así se llama al camino que Jesús tuvo que recorrer llevando sobre sus hombros el madero en el cual iba a ser crucificado. Su muerte en la cruz y su sepultura. Constituye el núcleo central de la Semana Santa.



El Viernes santo en Roma, en el siglo V, según las homilías de san León y la ya citada carta del papa Inocencio I, se celebra exclusivamente una liturgia de la Palabra. A mitad del siglo VII, la liturgia papal nos ha transmitido sólo las oraciones solemnes que pertenecen a la liturgia de la Palabra (cfr. Gregoriano, nn. 338-355). En la misma época, en las iglesias presbiterales de los Títulos, la liturgia de la Palabra es unida a la adoración de la Cruz y a la comunión de todos los participantes con pan y vino consagrados el día anterior (cfr. Gelasiano, nn. 395-418). En los libros litúrgicos de la alta Edad Media, la comunión no es practicada siempre. En los libros litúrgicos del siglo XIII, está prescrita sólo la comunión del Pontífice. Surgirá así la costumbre que reservará la comunión únicamente al presidente de la celebración. Esta norma pasa al Misal de Pío V de 1570 y permanece en vigor hasta la reforma de Pío XII de 1956, que permitirá de nuevo la comunión de todos los participantes.

Es el día del máximo dolor y de la muerte de Jesús. Día de riguroso luto y no se celebra misa, sino un rito de oración, es el único del año en que no se celebra para expresar el luto de la iglesia. Se lee la Pasión según san Juan, se reza por todas las causas en una continua ceremonia de arrodillarse y levantarse, y en el centro de la celebración está la solemne adoración de la Cruz, pero como ya hemos mencionado no es una misa, sino un rito de oración. La mañana de este día se dedica a prácticas piadosas como el Vía Crucis, la visita a los monumentos, las procesiones penitenciales.

Aparte de la celebración del Via Crucis, también se puede asistir al Sermón de las 7 palabras , llamado también De la bofetada, por recordarse en él los últimos momentos de la vida de Jesús, desde que lo juzga el Sanedrín y recibe la bofetada, hasta que muere en la cruz después de pronunciar su última palabra. En muchos pueblos, éste se escenifica por las calles, mientras un penitente representa a Jesús y sufre los castigos que a él se le infligieron cumpliendo así una promesa.

Es el segundo gran día de las procesiones en que se vuelca el dolor por la muerte de Cristo y el dolor de su madre. Todas las procesiones que hoy desfilen estarán marcadas por la seriedad y sobriedad. Muchas de ellas con nombres como: Monte Calvario, El Sepulcro, El descendimiento....que no dejan duda de lo que hoy se conmemora.
Entre las 3 y las 6 de la tarde, para hacerla coincidir con el momento en que se produjo la crucifixión y muerte de Cristo, se celebra un acto litúrgico para conmemorarlo. Los crucifijos están tapados con un velo morado hasta la hora de la crucifixión en que son descubiertos.

Hoy es el gran día de los penitentes, el día de las procesiones en que nuestros antepasados exhibían públicamente su condición de condenados e imploraban el perdón. Los penitentes cumplen las promesas más atrevidas que se hicieron en momento de desesperación. Van con la cara cubierta con sus capirotes. Muchos descalzos, algunos con cadenas, otros con una cruz a cuestas…

A diferencia de la Semana Santa de otros países la española no cuenta con las imágenes truculentas que podemos ver en algunas procesiones como las de Filipinas o en Méjico...los pasos de los penitentes son duros, pero no llegan en ningún momento a crucifixiones reales, ni a mostrar las espaldas heridas de los mismos, como hemos visto en otras celebraciones.


Son las procesiones más sobrecogedoras: en absoluto silencio que permite oír el pisar de los pies, el arrastrar de cadenas, un silencio roto de vez en cuando por austeras y breves intervenciones de la banda de música, o por saetas desgarradas. Es el día más abundante en procesiones.
En Sevilla, en concreto, ciudad que utilizamos como referente de esta celebración, cuando las procesiones del jueves santo han regresado a las diferentes iglesias y parroquias comienza la espectacular MADRUGÁ. Para esta espectacular madrugá salen 6 pasos, en su mayoría vestidos de negro dando una sensación al ambiente difícil de explicar, hay que estar allí para saber lo que se siente, ya que aunque no se sea creyente, el turista queda contagiado por el fervor y la solemnidad que se vive en los actos del Viernes Santo.

En este día propiamente no hay culto oficial, es un día de luto por la muerte del Salvador. Continúa durante el día la visita de los monumentos y la celebración del Vía crucis al igual que en el Viernes Santo . Al anochecer empieza la gran Vigilia Pascual, que en su primera parte (bendición el fuego nuevo y del agua, lecturas, letanías, profesión de fe y Bautizos) corresponde propiamente al Sábado santo; pero la Misa de Gloria, muy solemne, con volteo de campanas y llena de aleluyas, corresponde a la celebración pascual de la Resurrección.

Es día de luto porque Cristo descansa en el sepulcro y hoy no hay misa. La iglesia guarda silencio: desde el viernes no suena el órgano acompañando los cantos, en señal de austeridad y dolor.

El sábado santo es día de recogimiento, remiten las procesiones, se reza en silencio. Hace algunos años sólo salía a procesionar un paso, aunque su número ha ido aumentando, no desfilan tantos como el Viernes. La gran celebración de hoy mira ya hacia la Resurrección, y es lo que se está preparando. 



Las vigilias comienzan al caer el sol y se prolongan durante toda la noche.




La celebración de la Vigilia tiende cada vez más a anticiparse a las horas de la tarde hasta que con el Misal de Pío V de 1570 es fijada en la mañana del sábado. En este contexto, aparece y se consolida la Misa del domingo de Pascua: el Gelasiano (nn. 463-467) y el Gregoriano (nn. 383-391) ofrecen cada uno un formulario dominical en el cual la resurrección es presentada como parte del único misterio pascual. Las fuentes posteriores hablarán ya de domingo “de Resurrección”. Respecto al ordenamiento de las lecturas bíblicas de la Vigilia pascual, los autores no están de acuerdo en la interpretación de los datos provistos por los antiguos Leccionarios y Sacramentarios. Según la opinión más común, la antigua liturgia romana conocía dos esquemas de lecturas: uno que forma parte del Gregoriano (nn. 36-372) con cuatro lecturas del Antiguo Testamento más dos del Nuevo, y otro que forma parte del Gelasiano (nn. 431-443) con diez lecturas del Antiguo Testamento más dos del Nuevo. Posteriormente, en el Misal Romano de 1570, las lecturas llegarán a ser hasta doce del Antiguo Testamento más dos del Nuevo. La reforma de Pío XII de 1956 reduce las lecturas y conserva las dos del Nuevo (Col. 3, 1-4; Mt. 28, 1-7).

La preparación de la Pascua comienza con la bendición del fuego nuevo, que se toma de una hoguera encendida fuera de la iglesia, estando ésta totalmente a oscuras y esperando los fieles con cirios apagados en la mano. El sacerdote enciende en ella una tea que una vez bendecida encenderán con ella sus velas los fieles. Hacia el final de este canto se procede a encender el cirio pascual, al que se le ponen los cinco granos de incienso que representan la inmortalidad, el Alfa y la Omega, y la fecha del año en curso; tras esto se encienden todas las luces de la iglesia. También se bendicen las aguas bautismales.

La característica esencial del Sábado Santo es la ausencia del Señor, ya que se recuerda su muerte no hay Eucaristía. Es imposible la Eucaristía por que el Señor no está, hoy ha muerto...pero se prepara todo con alegria para llegar al Domingo de la Resurrección.

A pesar de ser actos de carácter religioso, estas liturgias conllevan muchos elementos que las tiñen de belleza y llaman a la curiosidad de los turistas y no creyentes por todo lo que representan.

En la calle se han acabado las procesiones penitenciales. Estamos en tiempo de perdón, de resurrección, de gloria y de alegría. Las procesiones y demás celebraciones populares de este día tienen un aire más festivo.


El Domingo de Resurrección, es el día en que Jesucristo resucita después de la crucifixión, va al encuentro con sus apóstoles y luego sube hacia los cielos, también es la finalización de la Semana Santa.



El Domingo de Resurrección o de Pascua es importante para los católicos, ya que con la Resurrección es cuando adquiere sentido toda su religión.

En la Misa dominical este pasaje se recuerda de una manera especial. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo.

Este día de resurrección es alegre pero triste para los Cofrades, alegre por la manifestación de la resurrección que sustenta la religión y triste porque la Semana Santa finaliza.


Se realizan diversas procesiones religiosas, en muchas ciudades como coloflón de las fiestas desfilan representaciones de todas las cofradías, las procesiones de este día están llenas de color y alegria. Se mezclaran en los pasos capirotes de todos los colores que han desfilado a lo largo de la semana.

En algunas ciudades los nazarenos van vestidos de blanco hoy y reparten chocolatinas a los niños, como hemos podido comprobar a lo largo de la semana, cada comunidad tiene su propio toque en las procesiones, que les hace diferentes y únicas.

Hay pocas procesiones en el día de hoy...tampoco suele congregarse mucha gente porque en muchas ciudades comienzan a preparar las calles para volver a la rutina diaria, se recogen las sillas que se utilizaban para ver los pasos, se arreglan los balcones...las procesiones que hay suelen hacerse por la mañana y tienen el sabor de despedida de las fiestas y la vuelta a la tranquilidad.

Tras las últimas procesiones es habitual ir a disfrutar de la gastronomía propia de la ciudad en la que nos encontramos, y de las últimas torrijas hasta el año siguiente. Lo mismo sucede con la tradición de los huevos de Pascua, desde el jueves es habitual comprarlos.


La tradición de los huevos de Pascua va asociada a la imagen del conejo de Pascua que también tiene su peculiar leyenda: Ésta cuenta la historia de una mujer que pintaba huevos para sus hijos en la Pascua. Una vez decidió esconderlos en el jardín en distintos nidos. Cuando los niños encontraron los huevos, un conejo saltó del nido. Entonces, ellos pensaron que el conejo les había traído los huevos y así comenzó la historia.

Esta imagen se transmitió a los Estados Unidos por los inmigrantes alemanes que llegaron al Pennsylvania Dutch Country durante el siglo XVIII. Los niños creían que si se portaban bien, el Oschter Haws, que era el nombre que daban al conejito, pondría huevos de colores. Construían nidos en lugares apartados o escondidos de la casa, el granero o el jardín, para que éste pusiera sus huevos. Más tarde empezaría la tradición de construir elaboradas cestas para poner los huevos.
Sea o no verdad, los huevos, en todas las culturas, han representado el nacimiento de la nueva vida, la alegría, el renacer. De ahí que se adecúan perfectamente al sentido que este día tiene para los católicos. 
Además, todo esto no es nuevo, la imagen del conejo tiene su origen en las celebraciones anglosajonas pre-cristianas... El conejo, un animal muy fértil, era el símbolo terrenal de la diosa Eastre, a quien se le dedicaba el mes de abril.
Esto unido al significado de los huevos, y el hecho de que se utilizaban éstos como moneda de pago en la Edad Medieval en estas fechas, es lo que ha dado lugar a la extraña conjunción del conejo de Pascua.


Como curiosidad comentar que el Domingo de Resurrección es el culpable de que los domingos sean los que se consideran festivos y de descanso en la semana, ya que como es una fiesta clave del calendario litúrgico, en los primeros siglos del cristianismo, gracias a ella se cambió el día dedicado al descanso y a la alabanza a Dios nuestro creador, del Sábado al Domingo. En la religión judía en cambio, como no se reconoce la resurrección de Cristo, el día festivo sigue siendo el Sabbath o sábado.

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