jueves, 10 de noviembre de 2011

La Lanzada, Sevilla


Imperial, Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo Sacramento, Inmaculada Concepción de Ntra. Sra., Santa Espina de la corona de Ntro. Señor Jesucristo, Ánimas Benditas del Purgatorio, San Martín de Tours Obispo, Ntra. Sra. de la Esperanza Divina Enfermera y Real Archicofradía de Nazarenos de la Sagrada Lanzada de Ntro. Señor Jesucristo, Ntra. Sra. de Guía, San Juan Evangelista y María Stma. del Buen Fin.


Sevilla





datos historicos


Se fundó en 1591-95 en la iglesia de S. Nicolás bajo el título de Guía y Lanzada, siendo fruto de la transformación en cofradía penitencial de una hermandad gremial de gloria, que bajo el título de Ntra. Sra. de Guía, fundaron a principios del siglo XVI gentes marineras en el convento trianero del Espíritu Santo. Entre 1612 y 1622 realizó de manera ininterrumpida su estación de penitencia, el primer año en Martes Santo, y los restantes a la una de la tarde del Viernes Santo. En la reducción de cofradías de 1623 fue agregada a la de la Soledad, pero hacia 1630 esta unión se deshizo, quedando la corporación muy decaída, lo que propició que en 1642 se fusionara a una pujante Hermandad de gloria, que bajo el título de Ntra. Sra. del Buen Fin existía en el barrio de la Feria. Tras esta fusión desapareció el título de Guía para la Virgen Titular, pasando a ser el de Buen Fin; asimismo se aprobaron nuevas Reglas en dicho año. Hacia 1653 se instaló en el Convento de S. Basilio, donde adquirió capilla propia en 1670. En 1703 construyó andas y esculturas para el paso del misterio, de las que subsiste únicamente la actual Imagen del San Juan, estrenándolo todo, junto a un nuevo paso de palio, el Miércoles Santo de 1713. A partir de 1733 entra en la decadencia, de la que logra salir en 1754, contando con el apoyo de los frailes basilios quienes fueron los hermanos mayores efectivos de la Hermandad hasta 178 1, atravesando un período de gran prosperidad en estos años.


En 1796 se arruinó el almacén de la corporación, quedando destruidos sus dos pasos, lo que unido a los estragos que la epidemia de fiebre amarilla de 1800 provocó entre sus cofrades y a las desavenencias que surgieron con la comunidad basilia, dejaron la cofradía muy maltrecha, aunque logró recuperarse en 1807, volviendo a procesionar en el siguiente año. La invasión francesa de 18 10 provocó la ocupación del convento de S. Basilio, sufriendo la capilla de la Lanzada el asalto y saqueo de las tropas napoleónicas, que destruyeron numerosos enseres de la Hermandad, entre ellas las Imágenes de la Virgen del Buen Fin, las tres Marías y el Longinos, resultando dañadas las demás. Por todo ello en este mismo año se le encargaron a Juan de Astorga las actuales Imágenes de las Marías y de la Virgen del Buen Fin. Durante la invasión francesa radicó en S. Marcos, pasando en 1814 a su capilla de S. Basilio, de donde se trasladó en 1818 a la Iglesia de S. Francisco de Paula, adquiriendo allí nueva capilla propia. La exclaustración de este convento en 1836 le supuso la desamortización de dicha capilla y una gran crisis de la cofradía, quedando sin apenas vida corporativa hasta 1844 en que un grupo de antiguos hermanos la revitalizó, fijando su sede provisional en el ex-Convento de Pasión hasta trasladarse de nuevo a S. Basilio en 1849. En 1850 se aprobaron nuevas Reglas, concediéndole la reina Isabel II el título de Real Hermandad; al tiempo que adquirió un nuevo Crucificado procedente de la extinguida Hermandad de la Antigua y Siete Dolores, ingresando asimismo como hermanos de la cofradía los Duques de Montpensier, quienes actuaron como benefactores de la misma. En 1851 estrenó un nuevo paso de palio y nueva escultura del Longinos, y al siguiente, saya y manto bordados para la Virgen, la primera de las cuáles aún se conserva hoy día y se sigue usando en la salida procesional. Por cierre de la iglesia de S. Basilio se trasladó en 1851 al templo del Santo Angel donde consiguió en depósito la Imagen del Cristo de los Desamparados existente en el mismo, obra de Martínez Montañés. A partir de 1856, sufre un nuevo período de decadencia que se extiende hasta 1875, en que vuelve a procesionar, estrenando en 1877 un paso de misterio neogótico diseñado y tallado por el escultor Manuel Gutiérrez Cano, mayordomo de esta hermandad. En 1883 vuelve a entrar en crisis, recuperándose definitivamente en 1895, volviendo a hacer estación penitencial en 1896, año en que suprimió el paso de palio, estrenando al siguiente nuevas efigies de Longinos y caballo, obras del prioste de la cofradía, el escultor Emilio Pizarro.


En 1900 creó un precedente al ser la primera Hermandad que suprimió de su recorrido de vuelta el paso por Placentines y Francos, haciéndolo por la Avenida. En 1916, ante las graves desavenencias con los carmelitas del Santo Angel, fijó su sede provisional en S. Román, de donde salió en estación de penitencia reponiendo el Crucificado adquirido en 1850, al tiempo que se estrenaron los actuales hábitos de los nazarenos. En este año obtuvo como nueva sede canónica la Iglesia de S. Gregorio. En 1929 se bendijo la actual Imagen del Cristo de la Lanzada. En 1931 volvió a sacar paso de palio en el que figuró la nueva Imagen de la Virgen de Guía que al efecto se construyó en este año, la cual se pasaría al de misterio en 1936, sacando entre este año y el de 1939 bajo palio a la del Buen Fin. Desde 1932 sus Imágenes recibían culto en la iglesia de S. Martín, aunque continuara saliendo de S. Gregorio, hasta que en 1940 la autoridad eclesiástica le concedió la sede canónica en S. Martín. En este año de 1940 volvió a suprimir el paso de palio, retirando del culto a la Virgen de Guía. En 1950 estrenó el actual paso de misterio y en 1967 obtuvo la cesión de la Iglesia de S. Martín, asimismo en 1973 se estrenó el actual paso de palio. En 1981 se fusionó con la Hermandad Sacramental de S. Martín y con la de gloria de la Esperanza "Divina Enfermera". En 1995-96 celebró brillantes actos con motivo de su IV Centenario fundacional.


imagenes

El Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada, es una obra realizada por el escultor Antonio Illanes Rodríguez, en el año 1929. Se trata de la primera gran obra de este imaginero para la Semana Santa sevillana, puesto que aún en aquellas fechas se encontraba cursando estudios en la Escuela de Bellas Artes, en el hoy Museo del mismo nombre.


La imagen, mide 1,67 m. de altura y fue realizada en pino de Flandes. Se bendijo el 12 de marzo de 1929 en la Iglesia de San Gregorio, por entonces sede de nuestra corporación.
Ha sido objeto a lo largo de la historia de 2 restauraciones: una en el año 1957, practicada por el Profesor Escamilla, y la segunda en el año 1981 por parte de D. José Rodríguez Rivero-Carrera que le imprimió además la policromía que vemos en nuestros días, siendo la original obra de D. Manuel González Santos.
La hermandad celebró con diversos actos tanto el 50 como el 75 aniversario de la hechura de la imagen. En el primero de ellos, en 1979 el Santísimo Cristo procesionó extraordinariamente en el paso de la Virgen del Buen Fin desde la Iglesia de San Gregorio (en donde se celebró aquel año el Solemne Quinario en su honor) hasta nuestra sede, la Iglesia de San Martín. En el segundo aniversario, celebrado en el año 2004, realizó un Vía Crucis especial visitando el Museo de Bellas Artes lugar en el que se talló la imagen, como se citó anteriormente.
Como curiosidad diremos que la imagen participó en la Exposición Iberoamericana celebrada en nuestra ciudad en el año 1929, exponiéndose en el Pabellón de Bellas Artes y Artes Decorativas.

La imagen de María Santísima del Buen Fin fue tallada en el año 1810 por el escultor Juan de Astorga, siendo promovido su encargo por el entonces mayordomo de la corporación D. Marcos Valcárcel. La talla mide 1.60 metros y tiene la particularidad de tener su cara moldeada a modo de mascarilla de papelón ensamblada a un cráneo, siendo su busto de madera de cedro. Se pagó por ella la cantidad de 850 reales, encargándose junto a otros trabajos para la hermandad. La imagen ha tenido diversas restauraciones, siendo quizás la más importante la practicada por D. Manuel Escamilla en el año 1957, en la que se le añadió un pequeño frunce al entrecejo variando ligeramente su expresión.
La actual imagen de la Virgen del Buen Fin sustituye a la anterior, encargada en el año 1670 y que fue destruida por los franceses en el asalto a la Parroquia de San Basilio, sede por entonces de la corporación.
Conserva la policromía original efectuada por Joaquín de la Peña en el año de su ejecución. A pesar de que en numerosas épocas la imagen ha formado parte del conjunto escultural del paso de misterio, desde el año 1973 sale ininterrumpidamente en su paso de palio, diseñado por Luis Jiménez Espinosa de los Monteros. Conserva entre sus enseres la que se considera la saya más antigua de la Semana Santa sevillana, ejecutada por Concepción León en el año 1852. En el año 2006 le fue impuesta una nueva corona de plata sobredorada realizada por el taller de Ramón León y que luce en su salida procesional, sustituyendo a la anterior, de metal sobredorado ejecutada en el año 1955 por Rangel.
Entre los años 2009 y 2010 la hermandad celebró los 200 años de la hechura de la Titular, cuyos actos culminaron el día 15 de mayo de 2010 con la salida extraordinaria de la Dolorosa en su paso de palio, desde la Capilla de la Hermandad de los Servitas, anexa a la Parroquia de San Marcos lugar en la que fue bendecida.
La imagen de Nuestra Señora de Guía, puede considerarse obra del escultor José Rodríguez Rivero-Carrera realizada en el año 1983, si bien remodeló una imagen anterior realizada en el año 1971 por el imaginero Antonio Illanes Rodríguez. Mide 1.62 metros y en su realización se empleó madera de ciprés, siendo su estilo el neobarroco.

La imagen de San Juan Evangelista, puede considerarse sin lugar a dudas como de las mejores de las que existen en la Semana Santa sevillana. Es de autor anónimo, realizado allá por el año 1703, si bien se especula que pudo ser esculpida por algún seguidor del taller de Pedro Roldán. Está realizado en madera policromada y mide 1.70 metros.

La imagen de Nuestra Señora de la Esperanza “Divina Enfermera” es una obra anónima de la segunda mitad del siglo XVI, si bien su aspecto actual se debe a remodelaciones profundas realizadas en los años 1786 y 1922, esta última ejecutada por el escultor Antonio Castillo Lastrucci. La imagen, de gran valor artístico y devocional, fue titular de la Ilustre Hermandad de la Nuestra Señora de la Esperanza, fusionada con la Cofradía de la Lanzada en el año 1981.



pasos procesionales


El paso de misterio , representa el momento en el que el soldado romano (Longinos) montado a caballo propina la Sagrada Lanzada a Jesucristo en el costado, que yace en la cruz, para cerciorarse de su muerte. Así lo narra San Juán Evangelista en su evgangelio, siendo el único que recoge el momento: "Pero al llegar a Jesús, como le vieron ya muerto no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua". La escena, es presenciada por la Virgen María, San Juan y las tres Marías, que se hallan al pie de la cruz.

El canasto en el que cada Miercoles Santo se muestra este escena que describimos, es de estilo neogótico florido, dorado e iluminado con candelabros de guardabrisas, inspirado en la crestería del altar mayor de la Catedral de Sevilla. Fue diseñado en el año 1944 por Luis Jimenez Espinosa, que a su vez se encargaría de la talla junto a Manuel Guzmán Bejarano, Antonio Vega, Antonio Martín y Manuel Morillo. Se estrenó en el año 1950, si bien no salió completamente terminado hasta el año 1955. En el 1996 se iniciaría un proceso de nuevo dorado a cargo de Arosa y Calvo.
Se trata sin duda de unos de los pasos más grande de la Semana Santa sevillana, contando con unas dimensiones de 2,26 x 5,06 x 1,59 metros, siendo portado por 48 costaleros.
Cuenta con las esculturas de doce ángeles oferentes, tallados por Rafael Barbero y Luis Ortega Bru e inspirados en los existentes en el sepulcro del Cardenal Cervante de la Catedral de Sevilla.


El paso de palio de María Santísima del Buen Fin es una obra relativamente reciente, diseñada en 1967 por Luis Jimenez Espinosa y realizada entre los años 1971 y 1973, salidendo por vez primera en este último año.Se trata de un conjunto de estilo neogótico, de madera tallada y dorada y alpaca labrada y plateada, tallados por Antonio Martín Fernández. Cuenta con medallones plateados en el centro de cada respiradero y otros pintados con momentos de la vida de la Virgen, obras de Juan Luis Aguado.


La orfrebrería original del conjunto fue obra del taller de Hijos de Juan Fernández, si bien en los últimos años ha sufrido varias reformas. Del comienzo, aún conserva las rosetas de metal plateado de los respiraderos, el canasto con capillas, doce varales en forma helicoidal, jarritas frontales y de entrevarales, imagen frontal de la Virgen de los Reyes en plata de ley, ostensorio con reliquia de San Antonio María Clared, candelería en metal plateado y candelabros de cola de guardabrisas. Recientemente el orfebre Ramón León ha realizado nuevas maniguetas, faroles de entrevarales y esquinas, así como enriquecido la peana y modificado el canasto para labrar nuevos basamentos sobre los que apoyan los varales.


El palio es de terciopelo granate bordado en hilo de oro, siendo su conjunto de distintos autores. Así pues, su bambalina delantera corresponde al taller de Sobrinos de Caro (1973), la trasera a Fernández y Enríquez (1990) y las laterales a Curquejo, estrenadas en el año 1997. En el techo del palio se encuentra la "gloria" en forma de lienzo pintado, representando una antigua imagen de Nuestra Titular de Gloria, Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera. El lienzo es obra de Juan Luis Aguado y los bordados se realizaron en el taller de bordados de la hermandad.



Hábito Procesional


Las túnicas son Capa y sotana de color crema; antifaz de raso encarnado; cíngulo y botones igual tono, guantes blancos.


estación de penitencia: MIERCOLES SANTO





Su Templo


Iglesia de San Martín

c/ Plaza de San Martín s/n - sevilla



Su origen se remonta al repartimiento de la ciudad que tuvo lugar en el año 1250, tras la conquista de la ciudad por el Rey Fernando III el Santo.
El templo se levanta sobre los terrenos de una antigua mezquita. Si bien no hay unanimidad sobre la fecha de su fundación, parece seguro que se trata de una construcción gótica de principios del siglo XIV. Fue parroquia desde su erección hasta el año 1911. En aquella fecha pasó a ser templo filial de la Parroquia de San Andrés, hasta que en el año 1966 el Cardenal Bueno Monreal cedió la iglesia en “administración, usufructo y mantenimiento del culto”.
El templo es de estilo gótico-mudéjar, presentado la particularidad de que es la única de esta tipología en nuestra ciudad que consta de una sola nave. Cuenta con dos puertas de acceso. La principal, de estilo neoclásico se abre a la Plaza de San Martín tras un pequeño compás con reja y se constituye por pilastras que sustentan un frontón triangular. A su izquierda, en la fachada principal se alza un retablo cerámico de María Santísima del Buen Fin, mientras que en el lado contrario hacia la derecha se alza un retablo cerámico del Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada.
La otra portada es la que se abre a los pies y da a la calle Divina Enfermera. Se trata de una portada pétrea de arco apuntado. Destaca que todo el lienzo de esta fachada está realizado en ladrillo y piedra, y se remata por medio de una bonita vidriera con lacería. A la derecha de este ingreso se alza el retablo cerámico de la Esperanza Divina Enfermera.
El interior del templo es de una sola nave con cuatro tramos y presbiterio, siendo este de planta cuadrada e iluminado por medio de vidrieras de lacería.

El retablo mayor es de estilo renacentista y fue proyectado por Vermondo Resta en el año 1606 pero realizado por Diego López Bueno. Completa la realización de este retablo Gaspar Ragis, quien lo policroma entre 1606 y 1611. Este retablo consta de banco, dos cuerpos y ático, y en él se alternan tanto la escultura como la pintura. Las pinturas son obra de Gerolamo Lucente de Corregio, mientras que las esculturas las realiza Francisco de Ocampo. En el primer cuerpo, y de izquierda a derecha nos encontramos un lienzo de la caridad de San Martín, una escultura de San Pedro, y ya en la parte central se abre el camarín donde se halla una escultura de la Virgen con el Niño, obra del siglo XVII conocida como “Divina Maestra”. A la derecha del camarín se encuentra una talla de San Pablo y a continuación lienzo con el Sueño de San Martín.
En el segundo cuerpo, y en el mismo orden vemos, a la izquierda, un lienzo con la Resurrección de un neófito, después una escultura de la Virgen María anónima y un lienzo en el que se representa al titular de la iglesia. En el ático podemos contemplar un crucificado atribuido a Ocampo.
A ambos lados del presbiterio, bajo las gradas, se sitúan cuatros retablos colaterales, distribuidos de a dos sobre cada paramento.
En el lado derecho (lado del Evangelio) se localiza el retablo de la Piedad, obra anónima del siglo XVI. Consta de dos cuerpos. En el segundo de ellos se encuentra un altorrelieve representando la lanzada de Ntro. Señor Jesucristo. En el primer cuerpo, otro altorrelieve con figuras de tamaño natural que representa a Cristo muerto en el regazo de María.
En este lado derecho también se encuentra el retablo de San José, obra anónima del siglo XVIII realizado en estilo de transición entre barroco y neoclasicismo, presentando elementos decorativos rococós. Curiosa la decoración “chinesca” del banco.
Presenta pinturas sobre la vida de San José y una talla del santo, obra anónima de principios del siglo XVIII.
Al otro lado del presbiterio en el lado de la Epístola, se encuentra un par de retablos más. El primero de ellos, el de la Sagrada Familia de la Virgen, se trata de una obra de autor anónimo del 1780 de estilo de transición entre barroco y neoclasicismo. Aguarda una bella representación de la Virgen Niña, San Joaquín y Santa Ana atribuido a Benito de Hita y Castillo.
El segundo es un altar dedicado a San Antonio, obra anónima de finales del siglo XVIII. Contiene una talla del Santo, de autor anónimo del S. XVIII. En esta parte se encuentra desde fechas recientes un facsímil réplica a escala de la Sábana Santa, obra donada por el escultor e imaginero Juan Manuel Miñarro.
En la cabecera del lado de evangelio se alza el retablo de la Inmaculada Concepción obra anónima del año 1603. En el descansa la imagen de la Inmaculada Concepción que realizara el escultor Cristóbal Ramos en el año 1794. El retablo fue encargado por la Hermandad Sacramental de San Martín, siendo su uso original como alta del Comulgatorio o del Santísimo. En el año 1810 se le dio la morfología actual cruciforme para albergar en el mismo al Crucificado del Amor, cotitular de la Hermandad de la Concepción de Regina, fusionada con la Sacramental ese mismo año.
En este lado del Evangelio y avanzando hasta la Capilla Sacramental nos encontramos con el retablo de Nuestra Señora de la Europa. Se trata de una obra de Juan Calero realizada entre los años 1779 y 1780. Alberga la imagen de Nuestra Señora de la Europa esculpida en el año 1686 por Felipe Martínez. Esta imagen, que fuera titular de una antigua hermandad fundada en el siglo XVII y que radicaba en la cercana Plaza de la Europa, se trasladó hasta San Martín en el año 1854, extinguiéndose una década después.
Seguidamente encontramos la Capilla Sacramental, donde se expone el Santísimo Sacramento y alberga las imágenes del Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada, San Juan Evangelista y María Santísima del Buen Fin. El sagrario fue tallado por Dionisio Gutiérrez en el 1798, corriendo la orfebrería a cargo de José Guzmán. La bóveda es del siglo XV.
Avanzando unos metros encontramos la Capilla de María Santísima del Buen Fin, erigida en 1898 por cesión de la parroquia a la hermandad Sacramental de San Martín. Está coronada por una interesante bóveda del siglo XIV. El retablo se construyó en el año 1811, y en su tabernáculo se veneraba la reliquia de la Santa Espina.
Al final de este lado y ya los pies del templo se encuentra la Capilla Bautismal, que aguarda una Pila de mármol del siglo XVII y en el que recibieron el Sacramento del Bautismo personajes ilustres como Diego Girón, Juan de Mal Lara, Juan Ramírez de Guzmán, Diego Ortiz de Zúñiga y Benito de Hita y Castillo. En ella también se encuentra una talla de San Juan Bautista de Diego López bueno, fechada en el año 1617.
En la nave central del templo y avanzando desde el presbiterio por la nave de la Epístola, encontramos en primer lugar el altar de Nuestra Señora de la Esperanza Divina Enfermera. Se trata de una obra de autor anónimo realizado en el año 1667. En ella recibe culto la venerada imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, talla anónima de la segunda mitad del siglo XVI, aunque reformada ampliamente en el XVIII y en el XX. Junto a este altar se encuentra enterrado el analista Ortiz de Zúñiga, gran devoto de la imagen.
A continuación encontramos el altar de San Francisco de Paula, del año 1827 y ejecutado por Francisco de Acosta. Corona el retablo una pintura anónima de la Santa Faz. Preside una imagen de San Francisco de Paula de autor también anónimo.
avanzando, y a los pies del órgano encontramos la Capilla del Reposo labrada en el 1500 por Juan Sánchez. Alberga un retablo del 1756, de autor anónimo, con importantes pinturas de Juan Guy, de comienzos del siglo XVI recientemente restauradas. También contiene una imagen de Ecce-Homo del 1654 y un fabuloso paño de azulejos del siglo XVII.

2 comentarios:

Iglesias dijo...

todo muy bonito sobre todo el poner una foto de la lanzada de jerez.....

Miguel Angel Romero dijo...

Lamento el grave error.