Imperial,
Antigua, Ilustre y Fervorosa Hermandad del Santísimo Sacramento,
Inmaculada Concepción de Ntra. Sra., Santa Espina de la corona de
Ntro. Señor Jesucristo, Ánimas Benditas del Purgatorio, San Martín
de Tours Obispo, Ntra. Sra. de la Esperanza Divina Enfermera y Real
Archicofradía de Nazarenos de la Sagrada Lanzada de Ntro. Señor
Jesucristo, Ntra. Sra. de Guía, San Juan Evangelista y María Stma.
del Buen Fin.
Sevilla
datos
historicos
En
1796 se arruinó el almacén de la corporación, quedando destruidos
sus dos pasos, lo que unido a los estragos que la epidemia de fiebre
amarilla de 1800 provocó entre sus cofrades y a las desavenencias
que surgieron con la comunidad basilia, dejaron la cofradía muy
maltrecha, aunque logró recuperarse en 1807, volviendo a procesionar
en el siguiente año. La invasión francesa de 18 10 provocó la
ocupación del convento de S. Basilio, sufriendo la capilla de la
Lanzada el asalto y saqueo de las tropas napoleónicas, que
destruyeron numerosos enseres de la Hermandad, entre ellas las
Imágenes de la Virgen del Buen Fin, las tres Marías y el Longinos,
resultando dañadas las demás. Por todo ello en este mismo año se
le encargaron a Juan de Astorga las actuales Imágenes de las Marías
y de la Virgen del Buen Fin. Durante la invasión francesa radicó en
S. Marcos, pasando en 1814 a su capilla de S. Basilio, de donde se
trasladó en 1818 a la Iglesia de S. Francisco de Paula, adquiriendo
allí nueva capilla propia. La exclaustración de este convento en
1836 le supuso la desamortización de dicha capilla y una gran crisis
de la cofradía, quedando sin apenas vida corporativa hasta 1844 en
que un grupo de antiguos hermanos la revitalizó, fijando su sede
provisional en el ex-Convento de Pasión hasta trasladarse de nuevo a
S. Basilio en 1849. En 1850 se aprobaron nuevas Reglas, concediéndole
la reina Isabel II el título de Real Hermandad; al tiempo que
adquirió un nuevo Crucificado procedente de la extinguida Hermandad
de la Antigua y Siete Dolores, ingresando asimismo como hermanos de
la cofradía los Duques de Montpensier, quienes actuaron como
benefactores de la misma. En 1851 estrenó un nuevo paso de palio y
nueva escultura del Longinos, y al siguiente, saya y manto bordados
para la Virgen, la primera de las cuáles aún se conserva hoy día y
se sigue usando en la salida procesional. Por cierre de la iglesia de
S. Basilio se trasladó en 1851 al templo del Santo Angel donde
consiguió en depósito la Imagen del Cristo de los Desamparados
existente en el mismo, obra de Martínez Montañés. A partir de
1856, sufre un nuevo período de decadencia que se extiende hasta
1875, en que vuelve a procesionar, estrenando en 1877 un paso de
misterio neogótico diseñado y tallado por el escultor Manuel
Gutiérrez Cano, mayordomo de esta hermandad. En 1883 vuelve a entrar
en crisis, recuperándose definitivamente en 1895, volviendo a hacer
estación penitencial en 1896, año en que suprimió el paso de
palio, estrenando al siguiente nuevas efigies de Longinos y caballo,
obras del prioste de la cofradía, el escultor Emilio Pizarro.
En
1900 creó un precedente al ser la primera Hermandad que suprimió de
su recorrido de vuelta el paso por Placentines y Francos, haciéndolo
por la Avenida. En 1916, ante las graves desavenencias con los
carmelitas del Santo Angel, fijó su sede provisional en S. Román,
de donde salió en estación de penitencia reponiendo el Crucificado
adquirido en 1850, al tiempo que se estrenaron los actuales hábitos
de los nazarenos. En este año obtuvo como nueva sede canónica la
Iglesia de S. Gregorio. En 1929 se bendijo la actual Imagen del
Cristo de la Lanzada. En 1931 volvió a sacar paso de palio en el que
figuró la nueva Imagen de la Virgen de Guía que al efecto se
construyó en este año, la cual se pasaría al de misterio en 1936,
sacando entre este año y el de 1939 bajo palio a la del Buen Fin.
Desde 1932 sus Imágenes recibían culto en la iglesia de S. Martín,
aunque continuara saliendo de S. Gregorio, hasta que en 1940 la
autoridad eclesiástica le concedió la sede canónica en S. Martín.
En este año de 1940 volvió a suprimir el paso de palio, retirando
del culto a la Virgen de Guía. En 1950 estrenó el actual paso de
misterio y en 1967 obtuvo la cesión de la Iglesia de S. Martín,
asimismo en 1973 se estrenó el actual paso de palio. En 1981 se
fusionó con la Hermandad Sacramental de S. Martín y con la de
gloria de la Esperanza "Divina Enfermera". En 1995-96
celebró brillantes actos con motivo de su IV Centenario fundacional.
imagenes
El
Santísimo Cristo de la
Sagrada Lanzada, es una obra realizada por el
escultor Antonio Illanes Rodríguez, en el año 1929. Se trata de la
primera gran obra de este imaginero para la Semana Santa sevillana,
puesto que aún en aquellas fechas se encontraba cursando estudios en
la Escuela de Bellas Artes, en el hoy Museo del mismo nombre.
La
imagen, mide 1,67 m. de altura y fue realizada en pino de Flandes. Se
bendijo el 12 de marzo de 1929 en la Iglesia de San Gregorio, por
entonces sede de nuestra corporación.
Ha
sido objeto a lo largo de la historia de 2 restauraciones: una en el
año 1957, practicada por el Profesor Escamilla, y la segunda en el
año 1981 por parte de D. José Rodríguez Rivero-Carrera que le
imprimió además la policromía que vemos en nuestros días, siendo
la original obra de D. Manuel González Santos.
La
hermandad celebró con diversos actos tanto el 50 como el 75
aniversario de la hechura de la imagen. En el primero de ellos, en
1979 el Santísimo Cristo procesionó extraordinariamente en el paso
de la Virgen del Buen Fin desde la Iglesia de San Gregorio (en donde
se celebró aquel año el Solemne Quinario en su honor) hasta nuestra
sede, la Iglesia de San Martín. En el segundo aniversario, celebrado
en el año 2004, realizó un Vía Crucis especial visitando el Museo
de Bellas Artes lugar en el que se talló la imagen, como se citó
anteriormente.
Como
curiosidad diremos que la imagen participó en la Exposición
Iberoamericana celebrada en nuestra ciudad en el año 1929,
exponiéndose en el Pabellón de Bellas Artes y Artes Decorativas.
La
imagen de María
Santísima del Buen Fin fue
tallada en el año 1810 por el escultor Juan de Astorga, siendo
promovido su encargo por el entonces mayordomo de la corporación D.
Marcos Valcárcel. La talla mide 1.60 metros y tiene la
particularidad de tener su cara moldeada a modo de mascarilla de
papelón ensamblada a un cráneo, siendo su busto de madera de cedro.
Se pagó por ella la cantidad de 850 reales, encargándose junto a
otros trabajos para la hermandad. La imagen ha tenido diversas
restauraciones, siendo quizás la más importante la practicada por
D. Manuel Escamilla en el año 1957, en la que se le añadió un
pequeño frunce al entrecejo variando ligeramente su expresión.
La
actual imagen de la Virgen del Buen Fin sustituye a la anterior,
encargada en el año 1670 y que fue destruida por los franceses en el
asalto a la Parroquia de San Basilio, sede por entonces de la
corporación.
Conserva
la policromía original efectuada por Joaquín de la Peña en el año
de su ejecución. A pesar de que en numerosas épocas la imagen ha
formado parte del conjunto escultural del paso de misterio, desde el
año 1973 sale ininterrumpidamente en su paso de palio, diseñado por
Luis Jiménez Espinosa de los Monteros. Conserva entre sus enseres la
que se considera la saya más antigua de la Semana Santa sevillana,
ejecutada por Concepción León en el año 1852. En el año 2006 le
fue impuesta una nueva corona de plata sobredorada realizada por el
taller de Ramón León y que luce en su salida procesional,
sustituyendo a la anterior, de metal sobredorado ejecutada en el año
1955 por Rangel.
Entre
los años 2009 y 2010 la hermandad celebró los 200 años de la
hechura de la Titular, cuyos actos culminaron el día 15 de mayo de
2010 con la salida extraordinaria de la Dolorosa en su paso de palio,
desde la Capilla de la Hermandad de los Servitas, anexa a la
Parroquia de San Marcos lugar en la que fue bendecida.
La
imagen de Nuestra Señora
de Guía, puede considerarse obra del escultor José
Rodríguez Rivero-Carrera realizada en el año 1983, si bien remodeló
una imagen anterior realizada en el año 1971 por el imaginero
Antonio Illanes Rodríguez. Mide 1.62 metros y en su realización se
empleó madera de ciprés, siendo su estilo el neobarroco.
La
imagen de San Juan
Evangelista, puede considerarse sin lugar a dudas
como de las mejores de las que existen en la Semana Santa sevillana.
Es de autor anónimo, realizado allá por el año 1703, si bien se
especula que pudo ser esculpida por algún seguidor del taller de
Pedro Roldán. Está realizado en madera policromada y mide 1.70
metros.
La
imagen de Nuestra Señora
de la Esperanza “Divina Enfermera” es una obra
anónima de la segunda mitad del siglo XVI, si bien su aspecto actual
se debe a remodelaciones profundas realizadas en los años 1786 y
1922, esta última ejecutada por el escultor Antonio Castillo
Lastrucci. La imagen, de gran valor artístico y devocional, fue
titular de la Ilustre Hermandad de la Nuestra Señora de la
Esperanza, fusionada con la Cofradía de la Lanzada en el año 1981.
pasos
procesionales

El
canasto en el que cada Miercoles Santo se muestra este escena que
describimos, es de estilo neogótico florido, dorado e iluminado con
candelabros de guardabrisas, inspirado en la crestería del altar
mayor de la Catedral de Sevilla. Fue diseñado en el año 1944 por
Luis Jimenez Espinosa, que a su vez se encargaría de la talla junto
a Manuel Guzmán Bejarano, Antonio Vega, Antonio Martín y Manuel
Morillo. Se estrenó en el año 1950, si bien no salió completamente
terminado hasta el año 1955. En el 1996 se iniciaría un proceso de
nuevo dorado a cargo de Arosa y Calvo.
Se
trata sin duda de unos de los pasos más grande de la Semana Santa
sevillana, contando con unas dimensiones de 2,26 x 5,06 x 1,59
metros, siendo portado por 48 costaleros.
Cuenta
con las esculturas de doce ángeles oferentes, tallados por Rafael
Barbero y Luis Ortega Bru e inspirados en los existentes en el
sepulcro del Cardenal Cervante de la Catedral de Sevilla.

La
orfrebrería original del conjunto fue obra del taller de Hijos de
Juan Fernández, si bien en los últimos años ha sufrido varias
reformas. Del comienzo, aún conserva las rosetas de metal plateado
de los respiraderos, el canasto con capillas, doce varales en forma
helicoidal, jarritas frontales y de entrevarales, imagen frontal de
la Virgen de los Reyes en plata de ley, ostensorio con reliquia de
San Antonio María Clared, candelería en metal plateado y
candelabros de cola de guardabrisas. Recientemente el orfebre Ramón
León ha realizado nuevas maniguetas, faroles de entrevarales y
esquinas, así como enriquecido la peana y modificado el canasto para
labrar nuevos basamentos sobre los que apoyan los varales.
El
palio es de terciopelo granate bordado en hilo de oro, siendo su
conjunto de distintos autores. Así pues, su bambalina delantera
corresponde al taller de Sobrinos de Caro (1973), la trasera a
Fernández y Enríquez (1990) y las laterales a Curquejo, estrenadas
en el año 1997. En el techo del palio se encuentra la "gloria"
en forma de lienzo pintado, representando una antigua imagen de
Nuestra Titular de Gloria, Nuestra Señora de la Esperanza Divina
Enfermera. El lienzo es obra de Juan Luis Aguado y los bordados se
realizaron en el taller de bordados de la hermandad.
Hábito
Procesional
Las
túnicas son Capa y sotana de color crema; antifaz de raso encarnado;
cíngulo y botones igual tono, guantes blancos.
estación
de penitencia: MIERCOLES SANTO
Su
Templo
Iglesia
de San Martín
Su
origen se remonta al repartimiento de la ciudad que tuvo lugar en el
año 1250, tras la conquista de la ciudad por el Rey Fernando III el
Santo.
El
templo se levanta sobre los terrenos de una antigua mezquita. Si bien
no hay unanimidad sobre la fecha de su fundación, parece seguro que
se trata de una construcción gótica de principios del siglo XIV.
Fue parroquia desde su erección hasta el año 1911. En aquella fecha
pasó a ser templo filial de la Parroquia de San Andrés, hasta que
en el año 1966 el Cardenal Bueno Monreal cedió la iglesia en
“administración, usufructo y mantenimiento del culto”.
El
templo es de estilo gótico-mudéjar, presentado la particularidad de
que es la única de esta tipología en nuestra ciudad que consta de
una sola nave. Cuenta con dos puertas de acceso. La principal, de
estilo neoclásico se abre a la Plaza de San Martín tras un pequeño
compás con reja y se constituye por pilastras que sustentan un
frontón triangular. A su izquierda, en la fachada principal se alza
un retablo cerámico de María Santísima del Buen Fin, mientras que
en el lado contrario hacia la derecha se alza un retablo cerámico
del Santísimo Cristo de la Sagrada Lanzada.
La
otra portada es la que se abre a los pies y da a la calle Divina
Enfermera. Se trata de una portada pétrea de arco apuntado. Destaca
que todo el lienzo de esta fachada está realizado en ladrillo y
piedra, y se remata por medio de una bonita vidriera con lacería. A
la derecha de este ingreso se alza el retablo cerámico de la
Esperanza Divina Enfermera.
El
interior del templo es de una sola nave con cuatro tramos y
presbiterio, siendo este de planta cuadrada e iluminado por medio de
vidrieras de lacería.
El
retablo mayor es de estilo renacentista y fue proyectado por Vermondo
Resta en el año 1606 pero realizado por Diego López Bueno. Completa
la realización de este retablo Gaspar Ragis, quien lo policroma
entre 1606 y 1611. Este retablo consta de banco, dos cuerpos y ático,
y en él se alternan tanto la escultura como la pintura. Las pinturas
son obra de Gerolamo Lucente de Corregio, mientras que las esculturas
las realiza Francisco de Ocampo. En el primer cuerpo, y de izquierda
a derecha nos encontramos un lienzo de la caridad de San Martín, una
escultura de San Pedro, y ya en la parte central se abre el camarín
donde se halla una escultura de la Virgen con el Niño, obra del
siglo XVII conocida como “Divina Maestra”. A la derecha del
camarín se encuentra una talla de San Pablo y a continuación lienzo
con el Sueño de San Martín.
En
el segundo cuerpo, y en el mismo orden vemos, a la izquierda, un
lienzo con la Resurrección de un neófito, después una escultura de
la Virgen María anónima y un lienzo en el que se representa al
titular de la iglesia. En el ático podemos contemplar un crucificado
atribuido a Ocampo.
A
ambos lados del presbiterio, bajo las gradas, se sitúan cuatros
retablos colaterales, distribuidos de a dos sobre cada paramento.
En
el lado derecho (lado del Evangelio) se localiza el retablo de la
Piedad, obra anónima del siglo XVI. Consta de dos cuerpos. En el
segundo de ellos se encuentra un altorrelieve representando la
lanzada de Ntro. Señor Jesucristo. En el primer cuerpo, otro
altorrelieve con figuras de tamaño natural que representa a Cristo
muerto en el regazo de María.
En
este lado derecho también se encuentra el retablo de San José, obra
anónima del siglo XVIII realizado en estilo de transición entre
barroco y neoclasicismo, presentando elementos decorativos rococós.
Curiosa la decoración “chinesca” del banco.
Presenta
pinturas sobre la vida de San José y una talla del santo, obra
anónima de principios del siglo XVIII.
Al
otro lado del presbiterio en el lado de la Epístola, se encuentra un
par de retablos más. El primero de ellos, el de la Sagrada Familia
de la Virgen, se trata de una obra de autor anónimo del 1780 de
estilo de transición entre barroco y neoclasicismo. Aguarda una
bella representación de la Virgen Niña, San Joaquín y Santa Ana
atribuido a Benito de Hita y Castillo.
El
segundo es un altar dedicado a San Antonio, obra anónima de finales
del siglo XVIII. Contiene una talla del Santo, de autor anónimo del
S. XVIII. En esta parte se encuentra desde fechas recientes un
facsímil réplica a escala de la Sábana Santa, obra donada por el
escultor e imaginero Juan Manuel Miñarro.
En
la cabecera del lado de evangelio se alza el retablo de la Inmaculada
Concepción obra anónima del año 1603. En el descansa la imagen de
la Inmaculada Concepción que realizara el escultor Cristóbal Ramos
en el año 1794. El retablo fue encargado por la Hermandad
Sacramental de San Martín, siendo su uso original como alta del
Comulgatorio o del Santísimo. En el año 1810 se le dio la
morfología actual cruciforme para albergar en el mismo al
Crucificado del Amor, cotitular de la Hermandad de la Concepción de
Regina, fusionada con la Sacramental ese mismo año.
En
este lado del Evangelio y avanzando hasta la Capilla Sacramental nos
encontramos con el retablo de Nuestra Señora de la Europa. Se trata
de una obra de Juan Calero realizada entre los años 1779 y 1780.
Alberga la imagen de Nuestra Señora de la Europa esculpida en el año
1686 por Felipe Martínez. Esta imagen, que fuera titular de una
antigua hermandad fundada en el siglo XVII y que radicaba en la
cercana Plaza de la Europa, se trasladó hasta San Martín en el año
1854, extinguiéndose una década después.
Seguidamente
encontramos la Capilla Sacramental, donde se expone el Santísimo
Sacramento y alberga las imágenes del Santísimo Cristo de la
Sagrada Lanzada, San Juan Evangelista y María Santísima del Buen
Fin. El sagrario fue tallado por Dionisio Gutiérrez en el 1798,
corriendo la orfebrería a cargo de José Guzmán. La bóveda es del
siglo XV.
Avanzando
unos metros encontramos la Capilla de María Santísima del Buen Fin,
erigida en 1898 por cesión de la parroquia a la hermandad
Sacramental de San Martín. Está coronada por una interesante bóveda
del siglo XIV. El retablo se construyó en el año 1811, y en su
tabernáculo se veneraba la reliquia de la Santa Espina.
Al
final de este lado y ya los pies del templo se encuentra la Capilla
Bautismal, que aguarda una Pila de mármol del siglo XVII y en el que
recibieron el Sacramento del Bautismo personajes ilustres como Diego
Girón, Juan de Mal Lara, Juan Ramírez de Guzmán, Diego Ortiz de
Zúñiga y Benito de Hita y Castillo. En ella también se encuentra
una talla de San Juan Bautista de Diego López bueno, fechada en el
año 1617.
En
la nave central del templo y avanzando desde el presbiterio por la
nave de la Epístola, encontramos en primer lugar el altar de Nuestra
Señora de la Esperanza Divina Enfermera. Se trata de una obra de
autor anónimo realizado en el año 1667. En ella recibe culto la
venerada imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, talla anónima de
la segunda mitad del siglo XVI, aunque reformada ampliamente en el
XVIII y en el XX. Junto a este altar se encuentra enterrado el
analista Ortiz de Zúñiga, gran devoto de la imagen.
A
continuación encontramos el altar de San Francisco de Paula, del año
1827 y ejecutado por Francisco de Acosta. Corona el retablo una
pintura anónima de la Santa Faz. Preside una imagen de San Francisco
de Paula de autor también anónimo.
avanzando,
y a los pies del órgano encontramos la Capilla del Reposo labrada en
el 1500 por Juan Sánchez. Alberga un retablo del 1756, de autor
anónimo, con importantes pinturas de Juan Guy, de comienzos del
siglo XVI recientemente restauradas. También contiene una imagen de
Ecce-Homo del 1654 y un fabuloso paño de azulejos del siglo XVII.
2 comentarios:
todo muy bonito sobre todo el poner una foto de la lanzada de jerez.....
Lamento el grave error.
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