sábado, 9 de febrero de 2013

Hermandad El Resucitado, Córdoba


Real e Ilustre Hermandad de Nuestro Señor Resucitado y María Santísima Reina de Nuestra Alegría.


Cordoba



Datos Históricos



La Real e Ilustre Hermandad de Ntro. Señor Resucitado y María Santisima Reina de Ntra. Alegría está erigida canónicamente en la Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas situada en el barrio del mismo nombre de la capital cordobesa.

La advocación del Resucitado ha estado ligada a este barrio desde muy antiguo; tenemos constancia de una Hermandad del Resucitado y Ánimas Benditas en 1585, lo que la convierte en una de las más antiguas de nuestra ciudad. Desde esta fecha en adelante, la Hermandad sufrió muchísimos altibajos: épocas de gran esplendor en las que, por ejemplo, se cubrían las calles con romero y juncia para la procesión, que alternaban con otras más decadentes. Hay constancias de que muy pocos años faltó la fiesta de Pascua en Santa Marina seguida de la procesión del Resucitado por las calles del barrio. Existe un asentamiento de hermanos con fecha de 1821, en el que se sobrepasaban los trescientos miembros de la Hermandad del Resucitado y Animas.

Hay numerosas citas de periodistas de distintas épocas exaltando la grandiosidad de los cultos y la procesión del Resucitado en Santa Marina, incluso se tiraban fuegos de artificio y se tenía la ya perdida tradición, al menos en la capital, de colocar judas en los balcones para que el pueblo los destrozara.

Tal era la tradición de celebrar la Resurrección en Santa Marina que, a principios de siglo, la corporación municipal acudía a Santa Marina para la solemne función religiosa y procesión del Resucitado que acompañaba la banda municipal y una sección de batidores de la guardia municipal montada abriendo la comitiva.

A este último punto hemos de unirle resurgir general de la Semana Santa de Córdoba, y como consecuencia la reorganización de la Hermandad, que se perdió por los avatares de la historia, en 1927 gracias al impulso de D.Jose Mora Cabrera Trillo-Figueroa, marqués de Villaseca.

También se sucedieron los altibajos a partir de esta fecha, cambios de día y hora de salida, de recorrido, etc..., pero aquel “empujón” del marqués de Villaseca, fue definitivo para que la Hermandad del Resucitado sentara una base firme sobre la que crecer hacia el esplendor actual de nuestra Hermandad acorde con el de la Semana Santa en general, hecho al que también contribuyó esta Hermandad jugando un importante papel en la fundación de la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba como elemento representativo de esta celebración.


Imágenes



La Imagen de Nuestro Señor Resucitado fue tallada en 1.989 por D. Juan Manuel Miñarro López, es de estilo barroco, realizada en madera de tilo policromada y tiene una talla 1.87 metros. Está de pie, en el momento de salir del sepulcro con la mano derecha alzada a media altura y en la izquierda sostiene una cruz, que labrada en plata, ha dejado de ser patíbulo para erigirse en símbolo de victoria. Su profunda mirada parece dirigirla hacia nosotros en una actitud de concesión de perdón y los abundantes pliegues del sudario denotan su barroquismo.

La Imagen de Nuestro Señor Resucitado llegó a Córdoba la noche del 14 de mayo de 1.988, siendo bendecida el domingo 15 de mayo de 1988 en una misa solemne, por el por entonces Vicario de la Diócesis de Córdoba D. Valeriano Orden Palomino.





La Imagen de María Santísima Reina de Nuestra Alegría la talló D. Juan Martínez Cerrillo en 1.951 para sustituir a la anterior y tiene una altura de 1.55 m. Si dicho imaginero se ha caracterizado por la brillante ejecución de sus Vírgenes que denotan en su rostro una serena belleza y emanan una dulzura exquisita en sus miradas, en María Santísima Reina de Nuestra Alegría tuvo la ocasión de recrearse en estas cualidades para obtener una de sus imágenes más logradas y más propias de su copiosa creación artística.










Pasos Procesionales




Paso de Misterio de estilo Neobarroco, fue estrenado en 1995. Está iluminado por candelabros de guardabrisa de Guzmán Bejarano (1989). La carpintería es de José Caballero Farfán, con diseño y talla de Antonio Ibáñez Valles. El Señor luce potencias de plata, con diseño de Julio Ferreira, y cruz triunfante de plata, ambas de José Jiménez Jiménez (1988). Los romanos del Misterio, lucen túnicas y capas con galones sobrepuestos de Rafael Rubio, corazas en cuero de José Rodríguez con aplicaciones de orfebrería y cascos en plata de ley realizados por Díaz Rocero, bajo el original diseño de Antonio Bernal Redondo, todo ello realizado en el 2004.



Paso de Palio de orfebrería plateada con varales de Ríos (1982), peana de Hnos. Delgado (1989), jarras laterales (1990) y respiraderos (1992) de José Jiménez Jiménez, así como candelería de 68 piezas y jarras frontales de Santos-Rodríguez Campanario (1998). El palio es de malla dorada y el manto de brocado en color crudo con encaje de oro (1988).



Hábito Procesional

Túnica y cubre rostro blanco y cíngulo azul



Estación de Penitencia: Domingo de Resurrección






Su Templo


Parroquia de Santa Marina de Aguas Santas



La iglesia, entre las más antiguas de las del grupo fernandino, fue edificada en la segunda mitad del siglo XIII en el lugar donde primero se emplazó un templo visigodo del siglo VII y posteriormente, aunque este dato es sólo probable, una mezquita mozárabe, de los que no queda el menor vestigio. En el medievo lindaba con la muralla que separaba la Ajerquía de la Villa, así como con la desaparecida Puerta del Colodro. Hoy, da nombre a uno de los barrios de más solera de la ciudad, conocido popularmente como "barrio de los toreros" por su tradición. Frente a la fachada principal se extiende la homónima Plaza de Santa Marina, presidida por el Monumento a Manolete.
El 23 de junio de 1880 el templo sufrió un incendio que le afectó considerablemente y que reclamó una reconstrucción de dos años de duración. El 17 de julio de 1882 el culto fue restablecido. En los siglos XIX y XX -la última vez en 1998- se acometieron varias restauraciones destinadas a recuperar el aspecto medieval de la fábrica, disimulado por las reformas de aires barrocos realizadas para reparar los daños sufridos en sendos terremotos, el de 1680 y el de 1755.

Bien de Interés Cultural (BIC), es Monumento Histórico-Artístico Nacional desde 1931.

De planta rectangular o basilical, está dividida en tres naves, siendo la principal notablemente más alta que las laterales. Las naves son separadas por amplios arcos formeros apuntados, formando pares, con el inferior embutido en el intradós del superior y generando unos lienzos de pared intermedios donde se abren ventana. Las cubiertas, siguiendo el modelo arquitectónico fernandino, no están abovedadas sino que consisten en techumbres de cubierta de armadura de par y nudillo de madera trabajada. Fueron contratadas por el artista carpintero Pedro Fernández hacia 1495. El artesonado original fue cubierto por falso abovedamiento de arista a mediados del siglo XVII a iniciativa del obispo D. Domingo de Pimentel.

Su fachada principal, de aspecto sólido, está caracterizada por cuatro potentes y asimétricos contrafuertes, rematados en pináculos, que marcan la separación de las naves; también presenta rosetón, óculos y un tejaroz con alfiz sobre las arquivoltas del arco ojival abocinado de la portada.


En la fachada de la nave del Evangelio (izquierda) se abre una portada abocinada y apuntada toda ella enmarcada en una espadaña triangular a modo de gablete y flanqueada por pilastras alancetadas. La traza arquitectónica general y detalles decorativos como el rosetón son característicos de las iglesias fernandinas cordobesas, propias de un gótico primitivo con remembranzas románicas y elementos tomados del arte Cisterciense.

Un ábside pentagonal remata la cabecera; poligonales son también los ábsides que cierran las naves laterales. En la nave de la Epístola (derecha) se abre la Sacristía, edificada en el siglo XV como Capilla de los Orozco, con finalidad funeraria. Hacia 1630 el arquitecto Sebastián Vidal trasformó el ábside del lado del Evangelio para alojar en él la Capilla de los Benavides, adaptándolo al gusto imperante de la época.

La torre-campanario, levantada en el siglo XVI y adosada al hastial de la derecha por su cabecera, es obra ejecutada por Hernán Ruiz el Joven y costeada por el obispo D. Leopoldo de Austria.

El retablo de la Capilla Mayor cuenta con pinturas de Antonio del Castillo y esculturas, como la Virgen de la Luz del escultor cordobés Gómez de Sandoval. El templo acoge las imágenes procesionales de la cofradía de Nuestro Señor Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría.




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