Imperial
y Venerable Hermandad Sacramental del Apóstol San Matías e Ilustre
y Fervorosa Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la
Paciencia y María Santísima de las Penas
Granada
Datos
Históricos
Tanto
el Ayuntamiento de Granada como la Diputación Provincial son
hermanos mayores honorarios de la cofradía, al estar ubicada sus
sedes dentro de la parroquia de San Matías. Especial es la relación
que mantiene la hermandad con la diputación, ya que la imagen de
Jesús de la Paciencia es propiedad de dicha institución, y hasta el
año 1997 la imagen no recibió culto en la iglesia imperial. Hasta
entonces Jesús de la Paciencia se encontraba en la capilla del
Hospital de San Juan de Dios. También tiene concedido este cargo
honorario la hermandad de Alférez Provisionales, cuya divisa lleva
prendida la Virgen de las Penas.
La Hermandad fue pionera en el movimiento costalero de Granada, ya que en 1978 surgió en ella, junto a la hermandad de la Concha, los primeros grupos de costaleros.
La Hermandad fue pionera en el movimiento costalero de Granada, ya que en 1978 surgió en ella, junto a la hermandad de la Concha, los primeros grupos de costaleros.
El
gran amor de la Hermandad por la Virgen se hizo patente cuando en el
año 1988 la cofradía decidió no salir a las calles de Granada como
protesta por la suspensión de la festividad de la Inmaculada.

Imágenes
Procedente
del antiguo hospital de San Lázaro, el Cristo flagelado de la
Paciencia posee todo el vigor de la plástica de Pablo de Rojas, el
maestro de Martínez Montañés, configurando definitivamente el
género procesional en la escultura granadina. Asombra el
preciosista estudio anatómico y la intensidad espiritual que emana
de su divino rostro, que se puede contemplar en todo su esplendor
tras la restauración a que fue sometido hace unos años.
Bajo
palio morado, la Virgen de las Penas, dolorosa de vestir, constituye
la única obra de José Jiménez Mesa (1960) en la Semana Santa
granadina, profunda y angustiada.
Pasos
Procesionales
Hábito
Procesional
Los
nazarenos visten hábito Morado, antifaz del mismo color, capa blanca
y cíngulo amarillo.
Estación
de Penitencia: Miercoles
Santo
Casa
Hermandad: C/
Coches de San Matias, 10
Su
Templo
El
templo se comenzó a construir en 1526, año en la que es
visitada por el emperador Carlos I, que ordena que se erija un templo
más monumental en el emplazamiento que actualmente ocupa. Las obras
concluyen en 1550,
siguiendo la tipología de iglesia mudéjar con reminiscencias
góticas ligadas a modelos levantinos.
La
iglesia imperial de San Matías se ubica en una plataforma de gruesos
sillares de cantería, que la elevan sobre la rasante de la calle del
mismo nombre, situada en el centro histórico de Granada,
constituyendo el eje que articula el barrio de San Matías, al ser
uno de los elementos arquitectónicos con mayor peso, resultando ser
un hito urbano de primer orden.
El
inmueble se conforma por una sola nave con cabecera poligonal y
cubierta a dos aguas que se sustenta sobre cuatro arcos diafragmas
apuntados, trasdosados angularmente para sujetar las vigas de la
armadura, conformando cuatro tramos rectangulares, cubiertos con
falsas bóvedas de yeso realizadas en 1775 por
Juan Castellanos decoradas con nervios y lunetos adornados con
molduras y pinturas. Los nervios descansan sobre capiteles corintios
dorados con semicolumnas estriadas y adosadas, prolongándose hasta
el suelo.
La
capilla mayor aparece individualizada mediante un arco toral, a
través del cual se accede desde la nave por una escalinata de siete
escalones y cubierta por armadura octogonal. El techo contiene
pinturas murales, donde se representan querubines jugando y en la
cubierta que da a la capilla mayor se ubica un Niño Jesús de la
Pasión, portando cruz de madera en la mano derecha, coronado por
nimbo solar y flanqueado por angelotes. En el lado derecho se
representa la Inmaculada Concepción, coronada por nimbo y en el
lateral izquierdo aparece simulando una gran balconada, quedando
enmarcada a su vez por pinturas que recrean motivos arquitectónicos.
En
el arco de separación de la nave-capilla mayor destacan los escudos
del emperador Carlos I y del arzobispo Gaspar de Ávalos.
En
el lado del Evangelio, en la primera capilla, se encuentra la pintura
mural, realizada por Nicolás Prados Pérez, que representa el
bautismo de Cristo. En dicha capilla se adosa el retablo de San
Antonio, formado por un cuerpo con hornacina central acristalada en
arco de medio punto, albergando la escultura de San Antonio de Padua
con el Niño. A sendos lados aparecen unos angelillos que sustentan
unos capiteles. Se representa a San Martín, montado sobre un caballo
blanco, compartiendo la capa con un mendigo; también se representa
la Virgen del Carmen entregando un escapulario a un santo, y San
Jorge luchando con el dragón. El cuerpo principal presenta una
procesión y la escena de un asno arrodillado ante San Antonio. En
ambos lados de las calles del retablo se representan unos angelillos
desnudos. El retablo se remata con un Cristo en la Cruz. El conjunto
muestra elementos ornamentales, tales como hojarascas, volutas y
escudo en la parte superior central, completando su decoración con
pinturas de diferente temática sobre placas de mármol, elevándose
el conjunto sobre un altar realizado en madera.
En
la primera capilla del lado del Evangelio, se sitúa el retablo de la
Virgen de Nuestra Señora de los Favores, compuesto de un podio sobre
el que se levanta un cuerpo, presentando entre columnas corintias una
hornacina acristalada en arco de medio punto que contiene el busto de
un Ecce Homo de estilo renacentista, y la imagen de Nuestra Señora
de los Favores, ubicada a la izquierda en la capilla mayor, siendo su
lugar el que hoy ocupa el Ecce Homo, y rematado por un entablamento
donde se encuentra una pintura de estilo barroco de la Virgen con el
Niño, dispuesta a modo de ático. Cierra la capilla una reja de
estilo neoclásico, con motivos decorativos en dorado.
En
la segunda capilla del lado del Evangelio se halla el retablo de la
Virgen de la Misericordia, de estilo barroco, compuesto de un banco
con sagrario y cuerpo de tres calles separadas por estípites, siendo
la calle central más ancha que las laterales, con una gran hornacina
acristalada en arco de medio punto que contiene la imagen de la
Virgen de la Misericordia con el Niño. Las calles laterales tienen
en la parte inferior pequeñas hornacinas, y en la superior, repisas
bajo doseles que contienen esculturas: San José con el Niño, San
Pedro de Dueñas, la Virgen con el Niño, y San Francisco de Asís,
obra de Pedro de Mena, apareciendo en la calle lateral izquierda un
santo y en la derecha un evangelista. El sagrario contiene un relieve
del Buen Pastor. En los laterales de la parte superior del retablo
hay unos tondos con pinturas que representan a los evangelistas, y
una decoración de motivos vegetales, volutas y placas recortadas.
Cerrando la capilla se encuentra una reja de estilo neoclásico.
En
la tercera capilla del Evangelio se adosa el retablo del Cristo de
las Ánimas, de estilo neoclásico, cuyos autores son Jaime Folch,
Domingo Torres Aguado y Francisco Vallejo. Está compuesto por un
solo cuerpo, donde se sitúa la escultura de Cristo Crucificado, obra
de Jaime Folch, y el busto de una Dolorosa, flanqueado por dos
columnas jónicas que sustentan un entablamento de friso liso y
cornisa denticulada y rematado por un frontón curvo con tondo
central en el tímpano, decorado con un crismón dorado. Sobre la
mesa de altar hay dos pequeños bustos que representan las ánimas
benditas del purgatorio.
En
la cuarta capilla del lado del Evangelio, se ubica el retablo del
Sagrado Corazón de Jesús, de estilo barroco, formado por un banco
con sagrario-templete, haciendo alusión a temas eucarísticos, de un
solo cuerpo y tres calles separadas por estípites. La calle central
tiene una hornacina acristalada en arco de medio punto, que contiene
la escultura del Sagrado Corazón. A sendos lados, pequeñas vitrinas
concebidas como soportes. En la parte superior posee una cabeza en
relieve y en las esquinas dos esculturas de bulto redondo, todo
ornamentado con motivos vegetales y volutas.
En
el muro del lado del Evangelio, se encuentra una pila de agua bendita
del siglo XVII realizada en mármol y compuesta de pedestal con fuste
abalaustrado y taza circular cóncava adornada en el borde superior
mediante una acanaladura.
En
ambos lados de los muros tanto del lateral del Evangelio como de la
Epístola, se encuentran ocho galerías de cortina, que están
doradas y molduradas, mostrando en el centro el símbolo de una
hermandad sacramental, representado como una S atravesada por un
clavo.
En
la primera columna del lado de la Epístola e inserta en el arco
toral, se halla otra pila de agua bendita, formada por pie cúbico y
fuste abalaustrado, rematado en recipiente cóncavo liso de mármol
blanco.
La
cuarta capilla del lado de la Epístola alberga el retablo de Nuestra
Señora de Consolación, formado por un banco, cuerpo principal de
tres calles separadas por estípites y un ático también de tres
calles divididas mediante estípites. El cuerpo principal queda
separado del ático por una cornisa, siendo curvilínea en la calle
central. Esta calle, más ancha que las laterales, tiene hornacina
acristalada en arco de medio punto, donde aparece la inscripción:
«D(O)ÑA ANGUSTIAS NUÑEZ DE HURTADO 1899», albergando en su
interior la imagen de Nuestra Señora de Consolación con el Niño
Jesús. Encima de ella hay una repisa con un Ángel Custodio. Las
calles laterales se muestran bajo doseles y sobre repisas, que
contienen las imágenes de San Gabriel, a la izquierda, y San Rafael,
a la derecha. La calle central del ático tiene una pintura que
representa la adoración de los Magos, y las calles laterales unos
tondos que representan a San Juan Bautista a la derecha y San Juan
Evangelista en el lateral izquierdo. El conjunto del retablo presenta
una ornamentación tallada y dorada de volutas, motivos vegetales,
florales y placas recortadas.
Entre
la cuarta y tercera capilla del lado de la Epístola se encuentra un
púlpito realizado en madera, constituido por pie poligonal,
presentando una decoración de placas recortadas y volutas en torno a
una hornacina avenerada sobre repisa de gallones, que contiene la
figuras de unos santos obispos. A su izquierda tiene una escalera de
acceso con baranda compuesta por balaustres y, adosado al muro, un
dosel decorado con rocalla que muestra a Cristo en la Cruz,
cubriéndose con tornavoz, decorado con volutas en torno a formas
ovaladas, molduras festoneadas y rematado mediante pináculos.
En
la tercera capilla del lado de la Epístola, se adosa el retablo de
San José con el Niño, compuesto de un banco con sagrario y cuerpo
principal de tres calles separadas por columnas salomónicas
decoradas con racimos de uvas. La calle central, más ancha que las
laterales, muestra una hornacina acristalada en arco de medio punto,
adornada con cabezas de querubines, que apoya sobre pilastras. La
hornacina contiene la imagen de San José con el Niño, de estilo
neoclásico, y sobre él un busto en altorrelieve, que representa a
Dios Padre entre dos cabezas de querubines. El remate superior es
curvo, decorado con volutas y un pelícano en el centro. Las calles
laterales muestran hornacinas que contienen esculturas,
representándose a San José, obra de Pablo de Rojas, en la calle
lateral izquierda, y San Ildefonso, del mismo autor, en la calle
lateral derecha, presentando en la parte superior angelillos desnudos
que sustentan la cornisa. Tras el retablo de San José con el Niño
se encuentra una lápida con inscripción, donde se dice que dicha
capilla, llamada de Nuestra Señora de Consolación, fue renovada en
1797, siendo hermano mayor José de Sebes y mayordomo D. Pedro
Antelo. Dicha capilla se encuentra cerrada mediante una reja con
barrotes abalaustrados que apoyan en un soporte horizontal, acabando
en otro soporte horizontal, más ancho, con rosetones dorados en el
frente, y coronado con remates verticales que van alternando
estrellas doradas, adornos en espiral con flores doradas y granadas.
Cerrando la capilla se encuentra una reja en hierro forjado, de
estilo neoclásico, compuesta por barrotes abalaustrados, y decorados
por estrellas y formas poligonales.
La
segunda capilla del lado de la Epístola contiene una serie de
pinturas entre las que se encuentran la conversión de Constantino en
la batalla del puente Mílvio y varias pinturas que representan a San
Miguel Arcángel, San Pedro, San Pablo y otra de San Nicolás de
Bari. Cierra dicha capilla una reja formada por barrotes
abalaustrados con decoración de estrellas y formas poligonales.
En
la primera capilla del lado de la Epístola se ubica la pila
bautismal, del siglo XVII, que consta de una base cuadrada en mármol
rojo, sobre pedestal cúbico moldurado y fuste abalaustrado que
remata en un recipiente cóncavo agallonado en mármol blanco,
cerrado por tapa de madera en amarillo. Tiene una reja que cierra la
capilla de forma rectangular con barrotes abalaustrados, y en cuyo
frente tiene decoración con roleos y entablamento en dorado. Queda
dividida en cuatro tramos por medio de una simulación de columnas
estriadas de orden jónico.
Sobre
la sacristía, que está situada junto a la cabecera en el lado de la
Epístola, destaca la habitación en la que vivió y fue enterrado el
cuerpo de Francisco Velasco en 1622, el llamado «cura santo» por su
vida ejemplar, situándose en el mismo lugar un lienzo que representa
al cura yacente, una gran cruz de madera y una lápida de mármol con
inscripción, fechada en 1677, y escudo. En el muro exterior de la
sacristía existe otra inscripción que recuerda la memoria del cura
párroco, donde dice: «AQUÍ ESTÁ DEPOSITADO EL CUERPO DE V. SIERVO
DE DIOS DON FRANCISCO DE VELASCO, CURA QUE FUE DE ESTA IGLESIA
PARROQUIAL DE SR. MATÍAS, VARÓN DE RAZA Y ADMIRABLE PENITENCIA,
PARA EJEMPLO DE LOS FIELES. MURIÓ EN 6 DE SEPTIEMBRE, A LOS 45 AÑOS
DE EDAD».
El
templo tiene una única entrada para el culto situada a los pies de
la iglesia, bajo el coro, apoyado en un alfarje de madera que, a su
vez, descansa sobre columnas de piedra de Sierra Elvira con zapatas
renacentistas, en blanco con adornos vegetales dorados. El órgano,
de estilo barroco, obra de Jorge Bosch entre 1750 y 1799, queda
dividido en tres calles, que contienen los tubos de metal, separadas
por unas pilastras acanaladas corintias, rematándose con el símbolo
de la hermandad de San Matías, entre volutas y elementos vegetales,
roleos y repisas agallonadas en las partes inferiores de los
laterales y superior de la parte central. Ubicado en los pies, tiene
un cancel, fechado en 1762, formado por cinco paños decorados con
cuarterones, y rematado por una barandilla abalaustrada que presenta
tres puertas, la central más ancha que las laterales; dicho cancel
contiene la siguiente inscripción: «TU ELEGISTI, DOMINE, DOMUM
ISTAM AD INVOCANDUM NOMEN FU/UM IN EA, UT ESSER DOMUS ORATIONIS, &
OBSECRATIONIS PO/PULO TUO. LIB. 1. MACH. CAP. 7. AÑO/1762».
Al
exterior el templo cuenta con tres portadas, dos de ellas sin acceso
realizadas en piedra del estilo de Siloé, una situada en el lado del
Evangelio y la otra en el lado de la Epístola, accediéndose
únicamente por los pies del templo.
La
portada principal se sitúa a los pies del templo, trazada por
Sebastián de Alcántara y realizada por el cantero Juan Ruiz, en
1543. La imagen del santo es obra de José de Luque. La portada
cuenta con altos pedestales que sostienen columnas corintias de fuste
estriado, superpuestas a dobles pilastras corintias, enmarcando un
arco de medio punto moldurado con una ménsula vegetal en la clave,
en cuyas albanegas destacan medallones con cabezas en relieve y, a su
alrededor, leones alados cuyos cuerpos terminan en roleos vegetales.
Encima se encuentra un friso que desarrolla un ornato compuesto de
rosetón central con figuras simétricas a ambos lados. Éstas están
formadas por leones alados y vegetalizados, cabezas barbadas y
cuernos de la abundancia, y a los extremos, tritones alados y
mascarones de perfil. Por encima de una corta cornisa destaca una
hornacina avenerada con la charnela en la parte superior, acabada en
arco de medio punto, albergando la imagen de San Matías. Ésta se
halla flanqueada por pilastras y coronada por frontón triangular,
del que surgen motivos vegetales y cornucopias por donde asoman
cabezas de querubines. La portada culmina en la fachada con dos
escudos del arzobispo Niño de Guevara y carteles con la inscripción:
«STE MATHYA, ORA PRO NOBIS».
La
portada lateral fue realizada en 1535 por el cantero Vicente
Fernández, siendo la estatua obra de José de Luque. Aquella consta
de pedestales que sostienen semicolumnas corintias adosadas a dobles
retropilastras del mismo orden, enmarcado en un arco de medio punto
moldurado, con una ménsula vegetal en la clave, y, apoyado en
pilastras, en cuyas albanegas destaca una ornamentación de bichas,
sobre el cual se desarrolla el entablamento, cuyo friso aparece
decorado con una cabeza de querubín en el centro y monstruos en los
laterales. Sobre dicho entablamento destaca una hornacina avenerada
con la charnela en la parte superior y rematada en arco de medio
punto, conteniendo la imagen sedente de la Virgen con el Niño,
quedando enmarcada entre pilastras corintias que sustentan un
entablamento coronado por un frontón triangular. El friso está
decorado con cabezas de querubines y en ambos lados aparece una
decoración de bichas acabadas en cabezas de monstruos vegetales y
flameros. Los clavos de ambas puertas, de dobles hojas de madera,
fueron realizadas por Juan de Cubillana.
Ambas
portadas conservan rastros de los vivos colores con que acostumbraban
a teñirlas en la época de su realización.
La
torre aparece ubicada a los pies del lado de la Epístola, siendo de
planta cuadrada y fabricada de ladrillo revestido, se divide en tres
cuerpos separados por estrechas cornisas. El primer cuerpo, de mayor
longitud, muestra tres vanos mudéjares. El primero es un arco
geminado con cerámica sevillana del siglo XVI en las albanegas, bajo
arco escarzano de ladrillo. Los otros vanos presentan arcos geminados
que, bajo dinteles, apoyan en unas columnas de polígonos de ladrillo
y tienen unas columnas de mármol como parteluces. El segundo cuerpo,
más estrecho, tiene un vano bajo arco de medio punto de ladrillo. En
el campanario aparecen seis arcos, dos en los laterales más anchos y
uno en cada uno de los frentes. Se cubre con teja de cerámica árabe
a cuatro aguas y se remata con cruz de hierro.
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