Hermandad
y Cofradía del Santísimo Cristo de las Penas, Nuestra Señora y
Madre de los Desamparados, San Juan Evangelista, María Santísima de
la Concepción y Santiago
Córdoba
Datos
Históricos
El
Santísimo Cristo de las Penas fue muy venerado por órdenes
religioso-militares como los Templarios y los Caballeros de Santiago,
con la advocación de Santísimo Cristo de la Sangre. Se ha afirmado
erróneamente, durante mucho tiempo, que los primeros datos
históricamente fechados que se conservaban se remontaban al 2 de
marzo de 1.564 en que el obispo de la diócesis aprobó las reglas de
la primitiva cofradía fundada en torno a la imagen, ya con la
advocación de Santísimo Cristo de las Penas, pero este extremo ha
sido posteriormente desmentido por el historiador D. Juan Aranda
Doncel ya que las visitas generales del obispado correspondientes al
periodo 1564-1637 refrendan la inexistencia de cofradía bajo el
título de Cristo de las Penas en el templo de Santiago Apóstol.
Al
final de la guerra civil española un grupo de fieles lleva a cabo la
fundación de una nueva hermandad en torno a la imagen. Esta
hermandad, con el título de Santísimo Cristo de la Lanzada, tuvo
tan solo un año de vida y se disuelve sin llegar ni tan siquiera a
salir procesionalmente debido a desavenencias surgidas entre sus
miembros.
Siendo
párroco don Juan Antonio Lozano González la imagen del Santísimo
Cristo de las Penas preside un solemne Vía Crucis en la Cuaresma del
año 1.951 y la Misión celebrada en marzo del año 1.952.
La
actual hermandad de las Penas tiene su origen en el seno de las
Juventudes de Acción Católica gracias al empeño de don Antonio
Jiménez García quien, en compañía de otros vecinos del barrio y
con el apoyo y colaboración del recién llegado párroco, don
Antonio Navarro Sánchez, consiguen el 25 de enero de 1.955
constituir la comisión gestora de la actual Cofradía del Santísimo
Cristo de las Penas. El día 2 de Enero de 1.956 son aprobados los
Estatutos por el Vicario General de la Diócesis y se nombra Hermano
Mayor a D. Eduardo Cuevas Sánchez. La Cofradía realizó su primera
estación de penitencia al año siguiente estrenando en breve espacio
de tiempo la cruz del Señor que actualmente conserva y el paso
tallado en madera color caoba obra del artista cordobés y hermano de
la Cofradía don Ricardo Castillo Gutiérrez.
Durante
16 años, el Señor salió en solitario hasta que en 1.973, siendo
hermano mayor don José María Ruiz Polo se incorpora la imagen de
Nuestra Señora Madre de los Desamparados, obra del escultor
sevillano Antonio Eslava Rubio, y posteriormente, en el año 1.978 la
de San Juan Evangelista también del mismo autor.
En
el año 1979, la Virgen y San Juan estrenan su propio paso de palio.
No obstante, en el mes de diciembre de ese mismo año, un incendio
asola en pocas horas la Parroquia de Santiago reduciendo a cenizas el
paso del Señor y los respiraderos del nuevo palio, si bien,
afortunadamente, las imágenes sufren daños de escasa consideración
necesitando la Virgen y San Juan una restauración que es acometida
por el imaginero sevillano Juan Ventura.
Tras
el incendio, la cofradía se ve obligada a trasladarse a la vecina
Parroquia de San Pedro. Gracias al tremendo esfuerzo de sus hermanos,
cuatro meses después, la hermandad realiza su estación de
penitencia en la tarde-noche del Domingo de Ramos de 1.980. En ella,
el paso de palio tiene que salir sin respiraderos, colocándose en su
lugar unos paños de terciopelo negro recogido a modo de bambalinas,
mientras que el Cristo es llevado en unas parihuelas a hombros de los
hermanos generosamente prestadas por la Hermandad del Santísimo
Cristo de la Expiración y Nuestra Señora de las Aguas de Sevilla.
Durante
dos años, el Cristo de las Penas tuvo que salir a hombros de los
hermanos, hasta que, en el año 1.982, se estrena el nuevo paso que
se termina en su primera fase dos años más tarde. En el año 1.985,
se estrena el frontal de los respiraderos del paso de palio, pero en
ese mismo año la parroquia de San Pedro, donde residía la Hermandad
desde el incendio de la de Santiago, es cerrada al culto por obras.
Tras un largo periplo, la hermandad de la Santísima Virgen del
Socorro ofrece su pequeña ermita para acoger a la Cofradía. Allí
van a recibir culto las Imágenes hasta el mes de Octubre del año 90
en que son trasladadas a la Iglesia del Carmen donde reciben unos
meses culto, hasta la apertura de la Iglesia de Santiago Apóstol en
la Cuaresma del año 91. Durante este periodo de tiempo, cada año,
las imágenes son trasladadas a la casa del General Varela sita en el
Realejo, desde donde realizarán su estación de penitencia.
En
el año 1.987 se incorpora a la hermandad la imagen de María
Santísima de la Concepción, donada a la Cofradía por el hermano
don Manuel Jiménez García. Así en un cabildo general
extraordinario celebrado el día 17 de enero, los hermanos presentes
aprueban por amplia mayoría su incorporación a la hermandad.
Inmediatamente, la junta de gobierno organiza su bendición , que se
celebra el 22 de febrero en el convento de la Piedad, celebrando el
acto fray Ricardo de Córdoba, concelebrando don Rafael Flores
Morante y actuando como padrinos doña Manuela García Perea y don
Carlos Rangel López. Ese mismo año, María Santísima de la
Concepción realiza, en el paso de palio, su primera estación de
penitencia, pasando las imágenes de Nuestra Señora Madre de los
Desamparados y San Juan Evangelista a los pies del Santísimo Cristo
de las Penas, donde ya habían procesionado anteriormente. También
en el año 1.987, concretamente el día 8 de diciembre, festividad de
la Inmaculada Concepción, la imagen de María Santísima de la
Concepción recibió la Coronación Diocesana en el Santuario de la
Fuensanta ante la imagen de la Virgen de la Fuensanta que había sido
nombrada esa misma mañana Patrona de las Cofradías cordobesas. Tras
la coronación, la imagen fue trasladada en solemne procesión a la
ermita de Nuestra Señora del Socorro.
Como
ya hemos indicado anteriormente, en el año 1.991 concluye la
restauración de la Iglesia de Santiago y la Cofradía vuelve a su
lugar de origen donde permanece hasta nuestros días.
En
el año 2005, la hermandad conmemora su cincuenta aniversario
fundacional con un extenso programa de actos (ver sección
cincuentenario) entre los que destaca la celebración en nuestra
ciudad durante los días 15 y 16 de octubre, del Congreso Nacional
sobre la advocación de las Penas organizado por nuestra Hermandad
con el patrocinio de la Excma. Diputación de Córdoba, el Excmo.
Ayuntamiento de Córdoba, Cajasur y la Agrupación de Hermandades y
Cofradías de Córdoba.
Estos
actos culminaron el día 29 de octubre de ese año con una salida
extraordinaria de los dos pasos de la cofradía desde la Santa
Iglesia Catedral, donde en los días previos se había celebrado un
Solemne Triduo Extraordinario. Hay que destacar que S.A.R. el
Príncipe de Asturias había tenido a bien aceptar la Presidencia del
Comité de Honor del Cincuentenario Fundacional de la Hermandad
mediante un escrito dirigido a nuestra hermandad con fecha del 22 de
diciembre del año 2004.
Imagenes
Es
una imagen de candelero, que lleva talladas la cara y las manos en
madera de pino de Flandes. Morfológica e iconográficamente,
responde al gusto neobarroco. Su rostro maduro, de pálidas
carnaciones, se anima con los consabidos postizos: ojos y lágrimas
de cristal y pestañas de pelo natural.

Pasos
Procesionales

Estación
de Penitencia: Domingo de Ramos
Enlace:
http://www.penasdesantiago.org/
Su
Templo
Parroquia
de Santiago Apostol
Construida
sobre la antigua mezquita musulmana del Amir Hisham, siendo esta
utilizada como templo hasta la construcción de la Iglesia. En el año
1635 se le pone una nueva techumbre obra de Alonso Muñoz. La torre
es el antiguo minarete al que se le añadió una espadaña en el
Siglo XVIII.
La fachada principal, abocinada, como la de casi todas las iglesias construidas inmediatamente después de la reconquista, tiene un rosetón con dos series concéntricas de arquillos, unos apuntados y otros lobulados. Se conserva una escultura de Santiago fechada en 1.770 y obras de escultores modernos como la Virgen de los Desamparados y San Juan, de Eslava Rubio.
En el Siglo XIX se realizo una profunda reforma en el edificio donde se le quiso dar a la Iglesia un aire Neoclásico, que tanto se llevaba en la época.
Muy reformada, ya que fue destruida por un incendio que la dejó en estado ruinoso, volvió a abrirse al culto en 1990. Conserva el primitivo ábside central.
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